ESCUCHAREl jefe de fiscales de Rosario, Patricio Serjal, investigado por sus presuntas conexiones con bandas delictivas vinculadas con el juego clandestino y el grupo narco «Los Monos», renunció. Lo hizo mediante una carta que le elevó al fiscal General de Santa Fe, Jorge Baclini.
En tanto, otro agente de la ciudad, Gustavo Ponce Asahad, también involucrado en la pesquisa, fue suspendido después de un allanamiento practicado en su vivienda.
A Serjal se le enrostra haberle entregado información importante a grupos delictivos a cambio de dinero.
Mediante un comunicado, la Asociación de Fiscales y Funcionarios solicitó que Serjal no sólo renuncie como jefe sino también como fiscal de grado. «Las conductas asumidas por el fiscal Regional de la Segunda Circunscripción no tienen correspondencia con el deber de transparencia del Ministerio Publico de la Acusación (MPA) ni con las prohibiciones y deberes que pesan sobre quienes detentan un cargo de fiscal», indicó.
La situación de Serjal, quien asumió en abril de 2017 (hasta 2023), será analizada hoy por la Comisión Bicameral de Acuerdos de la Legislatura de Santa Fe, mientras se aguarda un pronunciamiento en cuanto a su situación administrativa.
En tanto, Ponce Asahad será sometido a una audiencia imputativa el martes próximo.
La denuncia en su contra involucra también a uno de sus secretarios, Nelson Ugolini, y ambos podrían ser imputados por exacciones ilegales e incumplimiento de deberes.
Según precisó en conferencia de prensa Baclini, las sospechas de que Serjal y Ponce Asahad les cobraban a encausados a cambio de datos de los expedientes o, directamente, de no investigarlos, surgieron durante la instrucción de actuaciones por juego ilegal y extorsiones, en el marco de la cual Leonardo Peiti, un empresario imputado, reveló que les entregaba 4.000 y 5.000 dólares mensuales a los funcionarios desde hace un año, exposición que, según el fiscal General, fue corroborada con “evidencia objetiva”.
Peiti es dueño de salas de juego legales en las provincias de Formosa y Misiones y en Paraguay, pero quedó incriminado por participar de negocios clandestinos, como integrante de una banda cuyo jefe, Maximiliano «Cachete» Díaz, es subalterno del jefe de “Los Monos”.
