Ratifican responsabilidad de la transportadora por daños a estudiante en viaje de estudios

El joven sufrió una caída de un tobogán que le provocó lesiones, en un complejo de juegos donde el contingente que transportaba la empresa demandada hizo escala previo a seguir su traslado a Bariloche

La Cámara 9ª Civil y Comercial de la ciuda d de Córdoba rechazó el recurso de apelación interpuesto por Nueva Chevallier SA y confirmó la resolución de primera instancia que hizo lugar a la demanda de daños y perjuicios sufridos por un pasajero de un viaje de estudios a Bariloche, quien se accidentó al caer de un juego ofrecido por el predio “El viejo W”, donde el accionante pasó un día, previo a continuar su trayecto.

La empresa demandada sostuvo que la responsabilidad debía recaer sobre el propietario o dueño del referido establecimiento, ubicado frente al lago Gutiérrez. Añadió que el sentenciante omitió considerar la responsabilidad que en esta materia recae sobre los dueños (o guardianes) del parque de diversiones por las eventuales lesiones que pudiere padecer el menor.

Deber de seguridad

En relación con el artículo 5 de la Ley de Defensa del Consumidor (LDC), la transportista insistió en que el deber de seguridad recae en “El Viejo W”, pidió que se anule el fallo dictado por el sentenciante y que se disponga el rechazo de la demanda, con costas.

El establecimiento mencionado argumentó que existía culpa de la víctima (menor) porque no atendió las sugerencias dadas al grupo estudiantil para el uso del juego en cuestión, y añadió que se trató de culpa de la víctima o de un caso fortuito y que ella debió demostrar la existencia del riesgo y del perjuicio. Agregó que “El Viejo W” es un lugar de encanto y disfrute para los contingentes estudiantiles plenamente reconocido, y que el juego en el cual se lesionó el accionante es totalmente básico y sencillo, lo que fue indicado por los propios testigos ofrecidos por el actor, y expuso que la responsabilidad contractual no abarca todas las acciones de un menor, y tampoco las consecuencias encuadrables en caso fortuito (como ilícitos, etcétera), y que una visión sobreprotectora del usuario/consumidor provocaría una inadmisible extensión de responsabilidades.

Refirió que la sentencia nada dice sobre cómo el grupo utilizó dicho juego sin inconveniente alguno (no hubo ningún otro lesionado), e incluso que se rieron luego de la caída del menor lesionado; que ello evidenció que el juego era, precisamente, para divertirse, pasarla bien entre amigos, compañeros de curso.

Defensa

El tribunal integrado por los vocales Jorge Arrambide, Verónica Martínez y María Mónica Puga indicó que la transportista introduce una defensa –la de la responsabilidad del propietario del predio “El Viejo W”– que no había sido invocada ni en su contestación ni en los alegatos, derivando que esta circunstancia implica, por sí misma, que no pueda ser tratada en los agravios por afectación del principio de congruencia y del derecho de defensa.

Asimismo, valoró la cámara que la prueba de una culpa o negligencia de la víctima recaía sobre la demandada, dado que la aplicación del régimen de defensa del consumidor implica la responsabilidad objetiva a su cargo, lo que no ha sido rebatido.

Luego se analizó que la demandada se agravia porque la jueza omitió considerar que el resto del contingente utilizó el juego sin problemas y que hasta se rieron luego de la caída del damnificado, considerando al respecto que la valorización de las declaraciones testimoniales es errada porque los testimonios deberían revelar datos concluyentes en cuanto a actos negligentes del afectado para conseguir que el hecho de la víctima hubiere interrumpido total y completamente el nexo causal de manera inequívoca.

Para el tribunal, ello no es lo que revelan las constancias de autos y que tal apreciación de la demandada consiga desvirtuar la responsabilidad objetiva de la que es pasible por el régimen de la LDC.

Instrucciones

Por lo contrario, se apuntó que el damnificado, siguiendo instrucciones del coordinador en relación con la posición de sus brazos, se deslizó por un tobogán empinado que carecía de baranda y “cayó sobre una superficie más bien dura, mezcla de tierra y algo de barro”.

La cámara valoró que las declaraciones son contestes en que la caída del actor fue durante un juego en el que todos debían participar, siendo alentados para ello por los coordinadores. Se resaltó que en este tipo de viaje la arenga continua de coordinadores para que los estudiantes participen en todas las actividades que de acuerdo a las circunstancias del caso, ello tuvo como riesgo implícito la exigencia física.

Finalmente, respecto a la procedencia el daño punitivo, el tribunal sostuvo que tampoco es impugnado en lo que respecta a sus elementos, siendo insuficiente la alegación de haber cumplido con sus obligaciones como prestador de servicio, remarcando que nada dice para controvertir el fundamento de la sentencia de falta de trato digno hacia el consumidor, tampoco en punto al cumplimiento de las obligaciones como prestador de servicio ni a la base fáctica ya analizada que da cuenta de lo contrario.

Autos: “A., O. contra Nueva Chevallier SA (Buen Viaje) – Ordinario – Daños y Perjuicios – Otras formas de Responsabilidad Extracontractual”, Expte. Nº 5930296