Científicos argentinos crean un potabilizador que imita el ciclo del agua

El nuevo potabilizador de agua que creó un grupo de científicos tiene el objetivo de facilitar la desalinización de agua de mar. El equipo puede funcionar a base de hidrógeno, por lo que no generaría gases contaminantes para el ambiente.

El equipo de investigadores encabezado por Adrian Brunini, científico del Conicet en la Unidad Académica Caleta Olivia (UACO), de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, desarrolló un calentador de agua de mar para la obtención de agua potable.

"Tratamos de buscar una solución, algo que tuviese impacto en la comunidad", indicó Brunini con relación a la escasez de agua que se registra en Caleta Olivia, provincia de Santa Cruz.

El equipo de investigación construyó una planta piloto desalinizadora que funciona con la quema de hidrógeno, por lo tanto no afecta al ambiente: "El hidrógeno sólo produce vapor de agua y no genera ningún gas de efecto invernadero", explicó Brunini.

E n marzo de 2021, el Programa para el Medio Ambiente de la ONU indicó que, en el mundo, más de 3.000 millones de personas corren el riesgo de contraer enfermedades porque desconocen la calidad del agua de sus ríos, lagos y subterráneas.

Mientras tanto, una quinta parte de las cuencas hidrográficas del mundo están experimentando fluctuaciones dramáticas en su disponibilidad y 2.300 millones de personas viven en países que padecen "estrés hídrico", incluidos 721 millones en áreas donde la situación del agua es "crítica", según una investigación del organismo especializado.

Energía térmica

El potabilizador que imita el ciclo de agua funciona calentando el agua de mar. “Luego se la pone en contacto con aire seco, al hacer eso inmediatamente el aire seco se humedece", explica Brunini. El aire absorbe la humedad del agua. "La cuestión es que sólo absorbe el agua, no la sal", agrega el científico. El siguiente paso del procedimiento es condensar la humedad del aire para recuperar el recurso que se encontraba, hasta ese momento, en forma de vapor. Si a este proceso se le agrega la producción de hidrógeno por medio de energías limpias, como paneles solares o molinos eólicos, será posible hablar de un circuito doblemente noble.