Teletrabajo y género, dos temas centrales relativos a los riesgos psicosociales del trabajo que se visibilizaron en la pandemia

Las problemáticas y soluciones que surgieron al momento de las disposiciones de aislamiento son consideradas en un último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)

Sin dudas, 2020 será recordado históricamente por la crisis sanitaria acontecida en todo el mundo frente a la pandemia de covid-19 , que -aún hoy, a pocos días de fin de año- no encuentra una salida definitiva y se conocen nuevas mutaciones del virus que ponen en jaque nuevamente los sistemas de salud de los distintos países. [privado]

Mientras las expectativas están puestas en las campañas de vacunación que se encuentran dando sus primeros pasos en algunos puntos del mundo, ya se advierte que los efectos de esta coyuntura perdurarán en un futuro.

Entre los principales ámbitos que sintieron de lleno el impacto de este contexto desfavorable, se encuentra el mundo del trabajo , el cual se vio fuertemente resentido por la caída general de la actividad económica, la pérdida de puestos en todo el globo y por los desafíos que se impusieron para quienes -sobre todo en una primera etapa- debieron realizar sus tareas cotidianas de manera remota.

En este sentido, recientemente , la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indicó varias de estas cuestiones en un extenso informe presentado recientemente y titulado “Panorama Laboral 2020. América Latina y el Caribe” , en el que muestra el disruptivo escenario en el que se encuentra esta región.

Si bien son varias las problemáticas que se abordan, hay dos puntos relacionados con los riesgos psicosociales que se destacan: las implicancias subjetivas y ergonómicas de la fuerza laboral frente a la modalidad de teletrabajo y una mayor visibilización de las desigualdades de género.

Con relación al primer punto, la entidad internacional pudo constatar que “el teletrabajo puede evitar o reducir algunos riesgos laborales tradicionales, tales como los accidentes de trayecto, pero a su vez puede dar origen a algunas enfermedades profesionales”, aunque se debe considerar que “ las altas cargas y ritmos de trabajo, largas jornadas laborales, la percepción de tener que estar disponible en todo momento, entre otros muchos factores, puede afectar negativamente la salud mental de los trabajadores, con la aparición de estrés laboral, ansiedad o depresión”.

Esto se registró desde el momento de las medidas de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) que se aplicaron en muchos países . “El paso al teletrabajo de manera repentina y forzada como consecuencia de la pandemia hizo que muchos teletrabajadores y sus empresas tuvieran que adaptarse rápidamente al cambio y no siempre cuidaran los aspectos ergonómicos”, aseguró la OTI y agregó que “además, las circunstancias en que se ha desarrollado el teletrabajo durante este período, con mayor aislamiento, sedentarismo y problemas de conciliación entre trabajo y familia por el cierre de instituciones educativas y de cuidado, han motivado la aparición de nuevos factores de riesgo psicosocial”.

En este sentido, el informe precisa que “es necesario reconocer la existencia de riesgos laborales asociados al teletrabajo, incluyendo los factores psicosociales y ergonómicos a fin de evitar que queden invisibilizados, reforzando la adopción de medidas preventivas adecuadas”.

“Para fortalecer la gestión de los mismos, se hace necesario incorporar contenidos de seguridad y salud en los marcos regulatorios , como es el derecho a la desconexión y el reconocimiento del origen laboral de los daños sufridos en la salud de los teletrabajadores, y establecer los mecanismos de aseguramiento”, indica y aclara también que “asimismo, corresponde establecer con claridad la forma en que la inspección del trabajo podrá verificar el cumplimiento con la normativa”.

Por otro lado, la cuestión de género ha sido aún más visibilizada, dado que muchas de las trabajadoras tuvieron que encontrar nuevas maneras de conciliar la vida laboral y la vida doméstica, considerando que -en general- son quienes realizan tareas de cuidado dentro de los grupos familiares.

“En sociedades donde las responsabilidades en el hogar no están distribuidas en forma equitativa, el teletrabajo puede resultar desventajoso para las mujeres quienes al trabajar desde el hogar terminan haciéndose cargo de las tareas del mismo y de cuidado”, asegura la OIT.

“Es importante que desde las empresas se apoye a las mujeres que se tuvieron que hacer cargo de las tareas del hogar y de cuidados y evitar que deban reducir sus horas de trabajo y comprometer sus carreras”, se exhorta el documento, al mismo tiempo que establece la urgencia de “promover políticas organizacionales y públicas que promuevan una forma más equitativa en la asignación de responsabilidades domésticas entre hombres y mujeres”.

Aun así, los datos demuestran un retroceso en este ámbito ya que, según se consigna en el comunicado , “lo que ha sostenido a la participación y ocupación regional ha sido la incorporación de las mujeres en el mercado laboral”, aunque debido a la pandemia “este proceso claramente enfrenta un retroceso”. En cifras, la reducción en tasa de participación en todo el mundo proporcionalmente fue más importante entre las mujeres durante el año 2020 ya que cayó 10,4% entre las mujeres, mientras que 7,4% la retracción en la población laboral masculina.

RECOMENDACIONES

Para tener en cuenta

Según la OIT, al momento de implementar y avanzar en nuevas modalidades de teletrabajo es fundamental considerar distintas variables:

- Retomar el principio de voluntariedad y acuerdo entre las partes

“En la medida que mejora el control de la propagación del virus y las empresas van retomando progresivamente el trabajo presencial, resulta pertinente regresar al principio de voluntariedad de las partes para trabajar en forma remota algunos días a la semana o en forma completa. Sería conveniente que sindicatos y empleadores también pudieran hacer una evaluación de lo sucedido en estos meses y acordar políticas para la implementación del teletrabajo en las nuevas fases”.

- Tiempo de trabajo y su organización

“Si bien esta flexibilidad en la organización del tiempo de trabajo ayuda a un mejor equilibrio entre las necesidades personales y la vida laboral, es importante que esto no resulte en una extensión de la jornada de trabajo”.

- Equipamiento, capacitación, productividad y protección del derecho de privacidad de los trabajadores

“La productividad del trabajo remoto requiere de una buena gestión por resultados, comunicación clara y metas específicas y alcanzables. Si bien existen una serie de herramientas y software que permiten monitorear la actividad de los trabajadores que se desempeñan a distancia, se debe evitar su uso ya que puede invadir espacios personales y pasar por sobre el derecho a la privacidad”

- Cultura organizacional y diálogo

“Resulta fundamental recrear espacios de diálogo entre las partes en los que se pueda intercambiar sobre los desafíos que se deberán enfrentar en cada establecimiento”.

- Legislación y el rol de los actores sociales

“Es muy probable que desde la experiencia adquirida en estos últimos meses y a partir de una aplicación más significativa del teletrabajo, surjan iniciativas que tomen en consideración alguno de los aprendizajes alcanzados” [/privado]