ESCUCHARNació en Buenos Aires en 1930 y 25 años después se graduó en la Universidad de Buenos Aires como abogado y procurador. Con simpatías por el radicalismo, ingresó en la carrera judicial en 1957 y con el advenimiento de la democracia se convirtió en ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Al cumplir 85 años renunció a su cargo.
Es Augusto Belluscio, es el ex juez al que sus colegas definen como “un animal jurídico” por su capacidad para resolver los planteos haciendo oídos sordos a los conflictos de poder, quien durante el menemismo integró la minoría de cuatro magistrados que se opuso a los fallos de la “mayoría automática”.
Belluscio será uno de los reconocidos juristas que participará hoy en Córdoba del V Congreso de Derecho Civil. Antes de su arribo a esta capital, Comercio y Justicia dialogó en exclusiva con él.
– Durante 25 años fue miembro de la Corte Suprema, ¿extraña ocupar ese cargo?
– No, la verdad que no. Estoy ocupado, dedicado a la profesión, a los temas jurídicos y a escribir; no tengo tiempo de extrañar.
– ¿Si tuviera que elegir un momento difícil de su carrera como juez de la Corte, cuál fue el caso más complejo que le tocó resolver?
– Es difícil decirlo. Creo que el tema de la pesificación fue uno de ellos. Era un momento muy delicado para el país y era muy complejo llegar a un acuerdo entre los miembros de la Corte. Finalmente, la resolución salió cuando me fui, pero estoy convencido de que si no se avalaba en aquel momento la legislación de emergencia, hubiera sido un desastre para el país.
– ¿Se sintió presionado en algún momento por el poder político?
– No, nunca. La presión depende de quien la recibe. Hay gente presionable y gente no presionable, a mí me resbala.
-¿Qué opinión le merece la actual integración de la Corte?
– Yo creo que la Corte está desempeñando un papel muy importante, ha tomado decisiones justas y razonables.
– ¿Considera que es una Corte independiente?
– Hasta ahora, se ha mostrado independiente. Yo espero que resuelva el tema de los decretos de necesidad y urgencia, pero desconozco si el tema está o no a resolución.
– ¿Cómo evalúa el actual funcionamiento del Consejo de la Magistratura de la Nación?
– Nada bueno. Antes funcionaba mal, pero desde que cambiaron su integración terminó de destruirse del todo. Lo que habría que hacer es volver a su antigua integración, pero con algunas modificaciones. Yo no estoy de acuerdo con que los legisladores tengan esta doble tarea. En todo caso, deberían tener algún representante porque es casi imposible cumplir las dos funciones al mismo tiempo: estar en el Congreso y en el Consejo de la Magistratura.
-¿El presidente de la Corte debería presidir el Consejo?
-No es imprescindible, al contrario, le resta tiempo. Ya era una tarea abrumadora cuando el presidente de la Corte presidía el Consejo. Así fue hasta la última modificación de su integración.
-¿Cómo ve la Justicia argentina?
– No se puede hacer un juicio general sobre la Justicia. Hay tribunales que funcionan bien y otros que funcionan mal,
