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Tiene experiencia laboral, creó más de una empresa y se apoya en redes de contacto, según una investigación realizada por Fundes y BID
Profesionales universitarios de clase media que trabajan en equipo, tienen experiencia laboral, se apoyan en redes de contacto y han creado más de una compañía son los típicos emprendedores de Latinoamérica, según una investigación publicada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Fundes Internacional.
De acuerdo con el estudio, las personas de la región generalmente adquieren la motivación por ser empresarios a los 25 años, pero sólo hasta los 30 ponen en marcha el proyecto.
Estas conclusiones se basan en encuestas realizadas a cerca de dos mil emprendedores en Argentina, Brasil, Costa Rica, Chile, El Salvador, México, Perú, España, Italia, Japón, Corea, Taiwán y Singapur.
Uno de los objetivos fue comparar la creación y desarrollo de empresas en América Latina con respecto a ciertos países de Europa y Asia.
Con respecto a los contrastes regionales, Christine Ternent, consultora del BID, dijo que “las pymes asiáticas son líderes en crecimiento de empleos y ventas, seguidas por las de Europa con un comportamiento intermedio, mientras que América Latina está bastante rezagada”.
Influencia del entorno
El estudio de Fundes y el BID también muestra que en el contexto regional la decisión de crear una empresa no está relacionada directamente con factores negativos como la falta de oportunidades laborales.
Por el contrario, la realización personal, el interés por hacer realidad una idea, la intención de mejorar el nivel de ingresos y así contribuir a la sociedad son los motivos iniciales para la mayoría de emprendedores.
“Pensábamos que las principales motivaciones iban a estar vinculadas con la falta de empleo o la imposibilidad para acceder a la educación. Sin embargo no es así”, explicó Virginia Moori, una de las expertas que participó en la investigación.
Con relación al perfil de las empresas desarrolladas en América Latina, la especialista aclaró que están orientadas a mercados locales, inician con inversiones pequeñas, basan su actividad en la diferenciación de productos o servicios, parten del esfuerzo de un equipo y tienen a otras compañías como clientes, porque comúnmente no llegan al consumidor final.
Como conclusión, la investigadora comentó que “crear una compañía es un proceso complejo, influenciado por situaciones particulares del contexto como las condiciones socioeconómicas, el sistema educativo, la estructura y dinámica productivas y la existencia de redes de contacto institucionales e individuales”.
