ESCUCHAREl emprendimiento más que un proyecto ecoturístico es un ejemplo único en el país y en el mundo.
Se destaca por cuidar el medio ambiente (usa acondicionadores de gas ecológico, no tiene televisores ni frigobares y sólo utiliza materiales nobles en su edificio). Además, se caracteriza por consumir alimentos frescos producidos en la zona, capacitar a sus empleados, exhibir exclusivamente obras de arte originales, aprovechar la luz solar, utilizar agua de vertientes naturales y evitar las interferencias electromagnéticas, ruidos y otras emisiones nocivas.
En el último mes, el Castillo hotel fue analizado por decenas de universidades y organizaciones. Su caso se expuso en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de Quilmes, la Universidad Católica de Córdoba, la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), la Universidad Nacional del Nordeste, además del Centro Metropolitano de Diseño de la Ciudad de Buenos Aires y el Encuentro Federal de Desarrollo Local.
El año anterior, el Castillo también fue motivo de análisis internacional, cuando las universidades Insead (Francia) y Rensselaer Polytechnic Institute (EEUU) estudiaron su infraestructura y funcionamiento y publicaron un paper académico que actualmente se usa como material de estudio en distintas universidades del mundo.
El complejo se desarrolló sobre un modelo de negocio distinto del de la hotelería tradicional.
Éste consiste en elaborar y dictar para cualquier tipo de organización programas educativos que combinan la ciencia de sus seminarios teóricos con el arte de sus actividades integradoras.
Cada organización se aloja en el Castillo con exclusividad de uso de la totalidad de los servicios e instalaciones. Los programas para familias se ofrecen durante dos meses al año, que coinciden con las épocas de receso escolar.
A diferencia de la hotelería tradicional, El Castillo Hotel no persigue la alta ocupación, sino el desarrollo de programas educativos cada vez más complejos.
