Haters: diálogo para «desarmar el golpe certero de la violencia”

La psicoanalista Natalia Andreini aceptó la invitación para reflexionar sobre una problemática que afecta -predominantemente- a las juventudes, y cuyo ámbito principal de circulación son las redes sociales .

Una adolescente publica en sus redes sociales una foto y, junto a los halagos, también se hacen escuchar las fuertes críticas. Comentarios despectivos respecto de su apariencia física o de su forma de pensar ejercen una violencia incalculable a través de los comentarios.

Lo mismo puede suceder con una figura pública o quizás con las personas que trabajan en política, pero sin dudas son las juventudes las que expresan cómo estas formas de acoso y descarga negativa que ejercen los haters (“odiadores”, en inglés) impactan de lleno en sus pensamientos e inhiben comportamientos y participación en los entornos digitales.

Natalia Andreini es psicoanalista miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) y de la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL). En diálogo con Comercio y Justicia, delineó algunos aspectos que explican el fenómeno y cómo es posible encontrar caminos para navegar en estos espacios tan complejos creados por las nuevas tecnologías.

Para eso, dijo Andreini, es necesario "abordar este fenómeno como algo que nos está ocurriendo en tanto sociedad", por lo cual no sucede como "un hecho aislado" sino que "nos pasa, se generaliza y se sostiene en el tiempo".

Como primer punto a considerar , la psicoanalista indicó que "el uso que se hace de las palabras es otra de las perspectivas desde dónde abordar el fenómeno denominado hate ".

"En principio, observamos que se usan como vehículo de la injuria y se busca atentar contra otro. Cuando surgen las palabras, más de una vez, están al servicio de un ataque al otro y con un baño de certeza aparentemente inapelable", interpretó.

Según datos de Unicef correspondientes a 2021, 70% de jóvenes consultados en una encuesta cree que aumentaron las actitudes de odio en las plataformas digitales . Además, más de nueve de cada 10 han sido en el transcurso de su vida testigos de un ataque contra una persona o grupo . Mientras, 44% de quienes participaron en la investigación manifestó haber sufrido agresiones de este tipo .

"Es un inefable ataque al otro que cuando empieza nadie sabe cuál será su final. De la enseñanza de Jacques Lacan se desprende una orientación que por evidente no vemos siempre con claridad, y es que en el origen de este afán de destrucción al otro anida el odio a sí mismo", precisó.

Y es, justamente, sobre la base de esta conceptualización que es posible comenzar a dialogar para " desarmar el golpe certero de la violencia" , en palabras de Andreini.

Esto implica, primero que nada, preguntarse sobre qué sucede con quien agrede.

" Hay aquí uno que padece, no sabe de su odio sobre sí mismo y lo pone en juego contra otros. No sé trata de justificar, sino justamente de disminuir un poco el poder que se le atribuye", siendo está última otra cuestión central.

Al respecto, la psicoanalista explicó que actualmente "aunque se la condena, la violencia tiene un costado de idealización respecto de quien la ejerce" y que, en este sentido, interrogar y preguntarse sobre lo que realmente le pasa a quien injuria es una manera de deconstruir el peso de la palabra violenta.

En tanto, otro aporte significativo es poder pensar qué se hace con eso que acontece. Está claro que si estas prácticas son recurrentes es porque hay quien valida la acción.

"En principio, cabe dimensionar que estar del otro lado de la pantalla se trata de 'un lugar', no de un 'no lugar'", aseveró Andreini y agregó la importancia de considerar que sin este "lugar", "el espectáculo, en tanto tal, no existiría".

Así, advertir sobre el protagonismo de cada quien frente a lo que sucede permite "salir de un lugar pasivo o de espectador" para poder tomar decisiones y acompañar desde esa orientación a quienes hoy transitan la adolescencia y la juventud.

"El hecho de estar viendo es una decisión, entonces hay márgenes para hacer. No es un destino quedarse mirando, uno puede ubicar allí un margen de acción respecto de eso", enfatizó.

En este sentido, vale tomar la propia participación y la propia palabra en otra dirección, siempre entendiendo que la violencia -en cualquier ámbito- supone un ejercicio de poder.

"El poder, sobre todo en estas redes, es algo que uno le atribuye al otro. Que no está dado. Reconociendo esto, socavamos esa escena de un poderoso que parece tener en sus manos al otro ", dijo la psicoanalista.

"Hay que crear las condiciones de conocimiento para saberse con esas posibilidades. Sin aspirar a grandes resultados. Simplemente a conmover la inercia de una escena , sin ser parte de algo que no queremos", concluyó.

ARGENTINA

Recomendaciones del Observatorio de Internet

En Argentina, en la órbita del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) funciona un Observatorio de Internet , el cual estudia y acciona sobre este tipo de fenómenos como los haters .

Este espacio busca "contribuir a la prevención y concientización de los discursos sociales discriminatorios y de odio en el ámbito de las Tecnologías de la Información y la Comunicación".

Según un informe sobre la temática que fue emitido en 2020 y que se encuentra disponible online , " los haters forman parte activa y protagónica de la disputa de contenido que se da permanentemente en el terreno de lo simbólico y la formación cultural de nuestras sociedades ".

En esta línea, se explica que "sus prácticas (...) se orientan hacia el fortalecimiento de una cultura del odio que, en principio, no parece tener límites en materia de desarrollo e incidencia, ni tampoco respeto alguno por la historia y sus conquistas en materia de derechos humanos".

Ante la presencia de prácticas de este tipo, se sugiere denunciar estas acciones ante las políticas de uso de cada plataforma, bloquear los usuarios e ignorar los comentarios. Por su parte, las plataformas están invitadas en el documento a mejorar sus políticas de seguridad y convivencia y a profundizar en campañas de prevención.