ESCUCHARA 27 años de la denominada «masacre de Wilde», un caso de gatillo fácil en el que se dispararon cerca de 200 tiros que mataron a cuatro inocentes, los deudos de las víctimas -Edgardo Cicutín, Norberto Corbo, Claudio Mendoza y Enrique Bielsa- pidieron que la audiencia previa al juicio se realice cuanto antes y anunciaron que demarcarán la zona donde ocurrió el hecho.
Los familiares de Cicutín y de Corbo le reclamaron al Tribunal Oral en lo Criminal 3 de Lomas de Zamora que fije fecha para aquélla, a fin de que los ex policías Osvaldo Lorenzón, Eduardo Gómez, Marciano González, Roberto Mantel, Hugo Reyes, Pablo Dudek, Julio Gatto, Marcelo Valenga y Marcos Rodríguez se sienten en el banquillo de los acusados.
La audiencia previa al debate estaba prevista para el 20 de marzo de 2020 pero, a raíz del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO), fue postergada sin fecha, pese a que pudo haberse realizado de manera online.
Los jueces Jorge Camino, Claudio Fernández y Marcelo Dellature iban a reunirse con la fiscal Viviana Simón, con los abogados de las familias de las víctimas, divididos en cuatro querellas, y los de los imputados. Tanto los ex comisarios Mantel, Reyes y Gómez, como los ex subtenientes González y Dudek, y los ex oficiales Gatto y Valenga y Lorenzón llegarán al juicio oral en libertad.
El ex cabo Rodríguez es el único que está preso. Estuvo prófugo 20 años y fue detenido en 2014, en Córdoba.
En el debate, los acusados deberán responder por los delitos de cuádruple homicidio simple y homicidio simple en grado de tentativa, ya que una de las víctimas sobrevivió.
La «masacre de Wilde» ocurrió el lunes 10 de enero de 1994, cuando policías de la entonces Brigada de Lanús, de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, persiguieron a los ocupantes de dos autos, presuntamente al confundirlos con un grupo de delincuentes que buscaban, y los asesinaron a balazos. Las víctimas fueron el remisero Corbo y sus pasajeros Mendoza y Bielsa, quienes viajaban a bordo de un Peugeot 505, y el vendedor de libros Cicutín, que se trasladaba en un Dodge 1500, conducido por Díaz, el único que sobrevivió.
Según los peritajes, ambos vehículos y las víctimas recibieron unos 200 impactos de bala calibre 9 milímetros disparados con pistolas y al menos con un subfusil Uzi.
En principio, los 11 policías que intervinieron en el hecho fueron detenidos, pero luego la Cámara de Apelaciones y Garantías los liberó y finalmente fueron sobreseídos.
Después de apelaciones de familiares de las víctimas, en 2003 y en 2007 volvieron a ser sobreseídos por la misma medida, pero luego la causa siguió su curso hasta la Suprema Corte de Justicia bonaerense, que ordenó reabrir el expediente.
