Consideran la bicicleta objeto riesgoso en una condena por accidente de repartidora de boletas

Al considerar la bicicleta un objeto riesgoso, la Sala Laboral del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) admitió la casación presentada por una trabajadora y condenó a la Cooperativa de Energía Eléctrica y Otros Servicios Públicos de Las Varillas Ltda a abonarle una diferencia de la indemnización por incapacidad con fundamento en la ley civil, por el accidente que padeció mientras realizaba su tareas habitual, movilizándose en el biciclo provisto por su empleadora para repartir boletas de pago.

La accionante sostuvo que el juez de grado, al rechazar el reclamo por responsabilidad civil de la empleadora, “vulneró la traba de la litis, omitió valorar prueba dirimente e incumplió el deber que le cabía en la elección del marco legal aplicable”.

Así, la mujer se agravió porque pese a tener por cierto el infortunio y calificarlo como “accidente en ocasión del trabajo”, limitó su análisis a la suficiencia del pago efectuado por la ART y desestimó la indemnización extra sistémica porque “omitió brindar detalles sobre aspectos básicos de atribución de responsabilidad a la patronal por el hecho ilícito, lo cual no se ajusta a lo que aconteció”.

Claridad

La trabajadora destacó que en la demanda expuso con claridad las circunstancias de modo, tiempo y lugar que rodearon el siniestro, acaecido cuando cumplía sus tareas en la bicicleta, que de por sí son de naturaleza riesgosa.

La repartidora consideró que por la sola condición de haber delegado en ella la ejecución de una actividad riesgosa, sin cumplir con el deber de prevención y seguridad adecuado, la atribución de responsabilidad de la empleadora era objetiva.

Finalmente, señaló que existen diferencias económicas sustanciales entre el sistema de reparación de la LRT y el del derecho común, argumentando que el daño y su magnitud (77,21% TO) justifican lo reclamado para obtener la reparación integral por el infortunio padecido.

A su turno, el Alto Cuerpo -integrado por Luis Eugenio Angulo (autor del voto), Mercedes Blanc de Arabel y Luis Enrique Rubio- indicó q ue lo determinante en la causa “ es que el accidente de tránsito en ocasión del trabajo fue aceptado de consuno por las co-demandadas y se verificó que como consecuencia del mismo, la actora porta una incapacidad del 77,21% TO en base al diagnóstico de pérdida de piezas dentarias, cicatrices en pómulo, nariz, supralabial y desviación del tabique y MID, fractura del tobillo unimaleolar y reacción vivencial neurótica Grado 4 y trastorno de estrés post traumático DSM 4 ”.

Circunstancia

Además, se señaló que no resultó controvertido que el siniestro se produjo cuando la demandante, en cumplimiento de tareas encomendadas por su empleadora circulaba en una bicicleta de la cooperativa cuando fue arrollada por un rastrojero.

En ese marco, el TSJ sostuvo que “ era posible identificar el factor de atribución objetivo previsto en el entonces vigente art. 1113, 2° párr., 2° parte del CC toda vez que cabe considerar a la bicicleta en marcha o funcionamiento como ‘cosa riesgosa’, equiparable al automotor ”.

El alto cuerpo recordó que ha señalado que: “ Todo vehículo en movimiento, es decir, acorde con su naturaleza y destino normal (la circulación), constituye una de las cosas especialmente peligrosas que reconoce la civilización actual ”, añadiendo que la actividad de la manera en que se efectuaba, “ devino peligrosa desencadenando el daño que hoy padece la trabajadora ”.

Luego, el TSJ indicó que la circunstancia de que la actora fuera embestida por un tercero “ no constituye eximente de responsabilidad en los términos pretendidos, porque debe tratarse de un tercero ajeno al riesgo que integra habitualmente la actividad ”.

En esa dirección se apuntó que “ la intervención debe ser imprevisible o imposible de evitar, resultando irrelevante ” que la actora le atribuyera la ‘culpa’ del accidente al conductor del Rastrojero, porque lo decisivo es que el empleador colocó causalmente el factor objetivo de atribución del riesgo.

Concurrencia

El Alto Cuerpo aclaró que, aun si así no se entendiera, “ no resulta posible declarar siquiera la concurrencia en la producción del suceso dañoso, en cuyo caso, la doctrina mayoritaria en torno a la manda sustancial aplicada, interpreta que no cabe eximir de responsabilidad a quien es demandado en virtud del riesgo creado, sino que ambos responden indistintamente ante la víctima, dejando a salvo el ejercicio de acciones regresivas en las relaciones internas ”, remarcando que el sustento de la imputación “ no reside en el hecho lesivo último sino en la primaria esfera de peligro en que se ve inmerso el trabajador a expensas de la dadora de trabajo ”.

Finalmente, se subrayó que probada la disminución en la capacidad de la accionante y la responsabilidad objetiva de la empleadora, ésta debe resarcir las secuelas del infortunio mediante la aplicación de la fórmula “Marshall” sobre la diferencia que resultare de dicha fórmula y lo que debió pagar Galeno ART en virtud de la condena dispuesta con fundamento en la LRT.