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Muebles de tela

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Mediante un proyecto de Generación Vitnik denominado Retazos que unen, se aprovecharán los residuos de la industria textil para fabricar muebles de diseño, placas de arquitectura y juguetes, entre otros objetos de uso en el hogar y la construcción. En Córdoba se generan seis
toneladas diarias de residuos textiles, volumen más que suficiente para abastecer la máquina desfibradora, encargada de transformar retazos en materia prima. Vitnik mandó a diseñar Tritu 2.0 con el fin de producir a gran escala. Comenzará con una primera línea de juguetes sustentables y el año que viene integrará la línea de muebles. El proceso contempla también la capacitación e inclusión de grupos vulnerables en el proceso de recolección y confección. La comercialización se hará por medio de una campaña solidaria y luego seguirá los canales tradicionales de venta

La empresa Vitnik, mediante su iniciativa Generación Vitnik y del proyecto Retazos que unen, proyecta fabricar muebles de diseño, objetos de decoración y componentes para la construcción con materiales provenientes de los residuos textiles.
Retazos que unen es un proyecto de responsabilidad socioambiental que busca generar la infraestructura necesaria para que la industria textil cordobesa gestione correctamente los residuos textiles y desarrolle su actividad en armonía con el medio ambiente.
Por segundo año consecutivo, con esta iniciativa la firma busca fomentar la mejora continua de sus procesos productivos, apuesta por la recuperación de los residuos textiles y su utilización en el desarrollo de nuevos productos y da así el primer paso en la configuración de una economía circular.

Desperdicios
La industria textil es una de las más contaminantes del mundo a raíz de la lenta descomposición de sus materiales y la alta producción de desperdicios.
En Córdoba se generan seis toneladas diarias de residuos textiles, de las cuales 90% se entierra en basureros municipales porque no existen alternativas para procesar y reutilizar el scrap textil a gran escala. Para poder hacerlo es necesario antes desfibrarlo.
La técnica del éxito
El uso del desfibrado textil es una de las técnicas de mayor éxito que contribuye a la conservación medio ambiental.
Con el reciclaje, en lugar de generar desperdicios y basura, es posible aprovechar esos materiales en la fabricación de otros productos como estopas, paños de limpieza, piezas de cama, mesa, sillas y baño, mantas, revestimiento acústico, paneles para la construcción, entre otros.
Otra ventaja del uso de desfibrado textil es la relación costo/beneficio porque al adquirir materias primas recicladas de alta calidad, es posible ofrecer productos con precios más competitivos al mercado consumidor y mejorar así la rentabilidad de la empresa.
Pasos del desfibrado textil
– Recolección de tejidos: residuos textiles (retazos y demás sobras) y piezas listas que se donan para reciclaje.
– Separar las piezas: todas las piezas se separan según las características: tipos de tejido, colores, tamaños, aprovechamiento, color, longitud, entre otros detalles.
– Trituración de los tejidos: los tejidos separados y agrupados se trituran en pedazos muy pequeños hasta que se obtienen las fibras.

En acción
Con todo, para poner en marcha este proyecto, la empresa cuenta con lo primero: los residuos textiles.
«El proyecto es por etapas. En principio lo que estamos buscando es, en un mediano plazo, colocar la totalidad del residuo textil de Vitnik en nuevos productos. Por un lado, una parte de ese residuo va a ser utilizado para estos productos que estamos desarrollando internamente, y la otra parte va a ser conectada con otras empresas que ya se dedican a la generación de productos utilizando residuos textiles como, por ejemplo, empresas que hacen trapos de piso o paneles insonorizantes. En este momento estamos en el proceso de gestión pero la idea es que a un muy corto plazo la totalidad de los residuos sea reinsertada en el proceso productivo», adelantó a El Inversor y la Construcción Constanza Cubas, coordinadora general de Generación Vitnik.

La adquisición de tecnología
Para la implementación de este proceso, la empresa continuó con la adquisición de la tecnología para reutilización de los desechos textiles. Para ello, mediante el Programa de Apoyo a Nuevos Talentos, dos jóvenes diseñadores industriales fueron seleccionados para recibir financiamiento, capacitación y mentoreo para el desarrollo de una desfibradora textil.
Los diseñadores industriales Milenta Priotti y Joel Garro confeccionaron la primera Tritu 1.0, máquina que les permitió desfibrar los residuos textiles que luego, mezclados con otro componente, utilizarían para generar ladrillos para la construcción.
En el marco de este programa, Vitnik les aportó 150 mil pesos para la generación de una nueva máquina que se ajustara a una mayor capacidad productiva. La Power Tritu 2.0 doblará su capacidad, utilizará materiales especiales para la actividad, mejorará el proceso de afilado de las cuchillas (de fácil acceso y retiro de ellas) y optimizará las aristas de corte -porque tiene ruedas giratorias con freno para poder posicionarlas sin esfuerzo-, entre otras mejoras.
Una vez que la desfibradora esté en marcha, durante la etapa 2 la empresa continuará investigando sobre nuevos materiales que puedan ser creados a partir de scrap textil y así generar productos basados en aquéllos.
«El desfibrado se mezcla con productos aglutinantes de distintas características. Con una prensa de calor se generan placas de distintas densidades y luego estas placas son tratadas de alguna forma, como si fueran madera o plástico duro, que posteriormente puede ser cortado, perforado o lijado. Se pueden hacer productos muy diversos según el aglutinante que se utilice. Aglutinantes más elásticos, más rígidos, menos rígidos, eso nos da las posibilidades de seguir explorando para generar nuevos productos de diversas características», añadió la coordinadora.
Así es que los primeros productos que lanzarán es una línea de juguetes. «Tienen todas las características propias que tiene que tener un juguete: no es tóxico, es durable, no es peligroso. Vamos a trabajar a partir de planchas de 60×60, a partir de las cuales se van a generar las piezas para el juguete. Hemos hecho otras exploraciones de la mezcla del desfibrado textil con cartón reciclado o con papel, por ejemplo, pero por el momento lo que vamos a hacer es un material que tiene 100% desfibrado y un aglutinante que le da las características que nosotros queremos lograr», especificó.

Valor agregado
Los materiales son sumamente resistentes, ignífugos, impermeables y no son tóxicos. Por eso también pensamos usarlos para juguetes. Además, es un material de larga duración porque también creemos que de esa manera el producto es sustentable y duradero.
Con base en proyectos internacionales, los diseños que podrán elaborar son múltiples, entre muebles y otros objetos; comenzarán a abordarse el año próximo.
«Si bien en países como Chile, Inglaterra y Dinamarca hace mucho tiempo existe ya investigación y realización de este tipo de productos, en nuestra ciudad no tenemos referencia de su existencia. La realización de muebles es el próximo proyecto a ejecutar, a partir del año que viene. Si bien las características del material son similares a las de la madera -pero más fina-, luego, para la realización de mobiliario, las densidades son otras», amplió.

El caso Demodé
Bernardita Marambio es chilena, diseñadora industrial y gráfica y desde hace algunos años se dedica a hacer muebles a partir de desechos textiles. Centrada en la comuna de Recoleta de Santiago de Chile, donde se generan cerca de 46 mil toneladas de residuos textiles por año, Bernardita crea sillas y taburetes que aseguran el cuidado del medio ambiente desde su cadena productiva hasta el fin de su vida útil. ¿Cómo lo hace? Los residuos textiles son mezclados con un adhesivo 100% biodegradable a base de almidón, que otorga alta resistencia estructural.

De esta mezcla resulta un material aglomerado, que posee gran resistencia y versatilidad para ser utilizado en diferentes aplicaciones y ser trabajado por medio de moldes, obteniendo productos como revestimiento de muros interiores, objetos y accesorios, y aplicación en mobiliario. Posee 36% de contenido reciclado, 40% de contenido de material renovable y 40% de material regional.
Demodé no sólo intenta solucionar un problema ambiental sino que también tiene como objetivo crear conciencia en las nuevas generaciones sobre que la manera de producción actual no es sustentable en el tiempo.
En línea con Demodé, también se encuentra otro proyecto precursor, Rememberme Chair, una iniciativa internacional que diseña mesas hechas de retazos.
Desafíos de la arquitectura
Otro ejemplo es Really, una empresa oriunda de Dinamarca basada en una economía circular que se encarga de reciclar los textiles para crear nuevos materiales que desafían las industrias del diseño y la arquitectura.

De los textiles que se usan en la vida diaria, 95% puede reciclarse pero sólo 25% es reutilizado. Teniendo en cuenta estos datos, Really realizó sus primeros experimentos, que consistían en triturar tela a mano en pedazos pequeños y unirlos con pegamento para hacer placas sólidas. Años después, la empresa lanzó sus primeros productos aprovechando el potencial de los desechos textiles: Solid Textile Board y Acoustic Felt, hechos de algodón y lana al final de la vida útil de las industrias textil y de la moda, lavanderías industriales, hogares, así como cortes de Kvadrat, diseñados para muebles e interiores.
Durante la etapa tres, la empresa busca concretar la producción a gran escala surgida de residuos textiles. Por ello, impulsa la generación de un modelo de negocio con el reciclado textil como base, que a su vez posibilite la inserción al mercado laboral de comunidades productivas pertenecientes a sectores sociales vulnerables.

Los productos creados serán comercializados en una campaña solidaria especial y la totalidad de las ganancias será entregada a la comunidad productora.
Para poner en marcha esta tercera fase, se abrirá espacio a la capacitación profesional de una comunidad productiva autogestionada, perteneciente a una comunidad vulnerable, en el proceso de producción de un producto que utiliza como materia prima el scrap textil.
De esta forma, la comunidad recibirá capacitación en temas como la reutilización textil, metodologías de trabajo, tipos de talleres, requisitos legales, maquinaría, layout productivo, requisitos ergonómicos y control de la calidad, entre otros.
Luego, durante el proceso de producción a gran escala, la comunidad continuará siendo acompañada y guiada por los profesionales vinculados con el proyecto, para enfrentar juntos posibles complicaciones que pudieren surgir y ajustar así los procesos.

Los productos originados durante el proceso de investigación, y luego producidos por la comunidad productora, serán comercializados por Vitnik en una campaña solidaria especial con el fin de llegar al público de todo el país.
Finalmente, la totalidad de las ganancias será entregada a la comunidad productora con el objetivo de que puedan no sólo mejorar sus espacios de trabajo sino también su calidad de vida.
Para llegar más allá con esta misión y otorgar continuidad laboral a las comunidades productoras, una vez finalizado el proyecto se ofrecerá a diversas empresas los productos generados para que éstos puedan continuar siendo comercializados.

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