ESCUCHARTensa calma hasta los anuncios de Caputo. Se descuenta que tras sus palabras, la industria acomode nuevas listas de precios de los productos, incluyendo alimentos
El primer día del nuevo gobierno nacional se vivió con incertidumbre casi absoluta en la gran mayoría de las empresas así como en el comercio, a lo largo y ancho del país. La demora en el anuncio de medidas concretas extendió de modo exasperante la parálisis que ya venía instalada desde antes de que Javier Milei asumiera la primera magistratura nacional y el retail no fue la excepción. En supermercados, distribuidoras de alimentos e hipermercados se observaba este lunes una tensa calma, a la espera de los anuncios que previsiblemente hará mañana el ministro de Economía, Luis Caputo.
«Hoy estamos tranquilos, después de un fin de semana complicado en cuanto a la cantidad de gente, al manejo de stock y a la reposición de la mercadería. No hay tanta gente y nos estamos acomodando después de algunos días fuertes, incluyendo especialmente el viernes pasado», relató a este diario el gerente de la proveeduría mutual más grande de Córdoba. Testimonios similares al de Hernán Garbero, gerente de La Mediterránea, se repetían entre otros supermercadistas. Miguel Falabella, responsable de la cadena Almacor, confirmaba a media tarde del lunes que era un día «tranquilo, con mucha gente pero más tranquilo» que los anteriores.
Todos los consultados coincidieron literalmente en un punto: «La industria no envió ninguna lista de precios». Las empresas productoras de alimentos «están esperando a los anuncios del martes para acomodar los precios a lo que se defina desde Economía», explicaron desde las cabinas de mando de las grandes superficies.
No obstante, el vacío de anuncios oficiales prohijó una multiplicidad de novedades oficiosas. Rumores de todo tipo circulaban entre operadores comerciales de pequeño tenor a medianos: que la cámara mayorista nacional «autorizó» un aumento generalizado de 15% o de 25%, según la fuente; que el Gobierno anunciaría un congelamiento de algunos precios después de la escalada registrada entre jueves y viernes pasados… Fake news ambas, fácilmente desarmables pero efectivas para su reproducción como reguero de pólvora por las redes sociales, es especial X, ex Twitter.
Lo que sí se pudo chequear desde el periodismo especializado fue la falta de stocks en algunos supermercados (góndolas semi vacías) e incluso las puertas cerradas de grandes distribuidoras o hipermercados, especialmente en la zona del Área Metropolitana de Buenos Aires. ¿Los motivos? Ya están dichos: liquidación de stocks; indefinición de precios; incluso especulación.
Durante el fin de semana, el panorama en los supermercados argentinos fue caótico. Largas filas de compradores se observaron abarrotando los pasillos de supermercados y mayoristas en el Área Metropolitana y principales ciudades del país. Esta agitación surge como respuesta a la subida del precio de los combustibles y las anticipadas medidas económicas que se esperan del nuevo gobierno, incluyendo un aumento en el valor del dólar oficial.
Con changuitos repletos, los consumidores buscaron resguardarse frente a la inminente inflación pronosticada por las medidas económicas de Javier Milei. La advertencia de un duro ajuste ha impulsado a la población a anticipar sus compras, aprovechando promociones de fin de semana y la proximidad de las festividades, especialmente en la adquisición de productos alimenticios.
La situación se replica en diversas regiones del país, desde Córdoba y Santa Fe hasta Mendoza, Tucumán y Entre Ríos. Además, la demanda no se limita a los residentes locales, ya que extranjeros de Chile, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia cruzan la frontera para aprovechar las ventajas del tipo de cambio.
El nuevo Gobierno anunció cambios significativos, indicando que la Secretaría de Comercio dejará de ejercer el control de precios. En respuesta, algunas cadenas de supermercados presentaron listas con aumentos de hasta 40%. En las redes sociales, los usuarios describen escenas de compras apocalípticas, con largas filas, establecimiento de cupos por persona y una creciente sensación de incertidumbre entre los consumidores. La anticipación y la búsqueda de protección económica marcaron el inicio de una nueva etapa que promete desafíos y ajustes para la economía argentina.
