ESCUCHARSegún un estudio realizado en Buenos Aires, quienes cursan el último año del nivel medio manifiestan confianza en el esfuerzo personal, aunque identifican las dificultades que presenta el mercado
Por Luz Saint-Phat – [email protected]
En un mundo cada vez más competitivo, las posibilidades de inserción laboral de los más jóvenes se ve restringida. Específicamente, según cifras mundiales, quienes integran la población económica de menor edad poseen las tasas más altas de desocupación.
Además, los especialistas señalan que las transformaciones ocurridas en las últimas décadas en el mundo del trabajo propician una demora en el ingreso de los más jóvenes, dada la complejidad, la precariedad, la inestabilidad y la inseguridad que se presenta en el mercado.
Así, existen más bien experiencias laborales fragmentadas que, en la mayor parte de los casos, no contribuyen a que los individuos logren mayores certidumbres en sus proyectos de vida hacia la adultez.
En este contexto, una investigación llevada adelante en Buenos Aires indaga sobre las expectativas de ingreso al mundo del trabajo que poseen los jóvenes urbanos que se encuentran cursando el último año del ciclo educativo medio.
Si bien el estudio fue realizado con adolescentes que habitan en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y el Gran Buenos Aires, los resultados pueden dar una pista de cómo se orientan a futuro y cómo reflexiona sobre sus proyectos de vida adulta esta franja de población en el país.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Perspectivas en Psicología, en el número correspondiente a junio del año pasado. El artículo se titula “Expectativas de inserción laboral en adolescentes de sectores urbanos” y está escrito bajo la autoría de María Elena Colombo, Lorena Canle, Lucila Vallejos, Marcelo Morillo, María Sol Otero y Carolina De Grandis.
El trabajo, según se precisa en el documento publicado, también pertenece a un proyecto de investigación trienal de la cátedra de Psicología del Desarrollo de la carrera de Psicología de la Universidad Abierta Interamericana.
“Se considera que el conjunto de transformaciones que han acontecido en las últimas décadas en la organización educativa, social y del trabajo concita importantes interrogantes acerca de cómo los jóvenes ingresan en la vida adulta, cómo configuran sus identidades, y en especial qué expectativas laborales organizan, y cómo generan proyectos para ingresar en el mundo del trabajo”, señala la publicación en su introducción. Así, el estudio “se interesa por comprender cómo los jóvenes construyen sentidos de sí mismos y orientan sus acciones en el marco de sus propias experiencias de vida para proyectarse”, dice la publicación consultada.
Para la investigación, se entrevistaron 25 jóvenes cuya edad promedio era de 17,3 años. En tanto, 56% de los encuestados era de género femenino, mientras el resto correspondía al masculino. En cuanto al tipo de institución donde cursaban sus estudios secundarios, 32% de los participantes asistía a escuelas públicas; 39%, a confesionales, y 29%, a privadas.
De acuerdo con los resultados a los que llegó la indagación, se pudo apreciar que -en general- los jóvenes entrevistados poseían buenas expectativas de inserción educativa y laboral.
En esta misma línea, dice el documento, los entrevistados expresaron “proyectos de continuación de estudios para poder insertarse mejor en el trabajo a futuro” y “si contemplan la opción de trabajar, ésta se considera siempre y cuando no interfiera” en la formación.
En tanto, los adolescentes también manifestaron “confianza en el propio esfuerzo para ubicarse mejor”, dicen las conclusiones del trabajo.
Sobre este punto, los individuos lograron identificar que existen precarias condiciones en el mundo del trabajo y que, en general, los puestos son de baja calidad. Así, reconocen también la exigencia de mayores calificaciones aun para tareas de bajo perfil.
Como un dato importante, destaca el artículo publicado en la revista especializada, “los jóvenes no manifestaron una urgencia por salir al mercado laboral; de acuerdo al perfil de los padres, de nivel socioeconómico medio, puede entenderse que los mismos pueden colaborar con sus hijos por un tiempo mayor hasta que logren su autonomía. En este sentido, la adolescencia se prolonga, pues no aparecen definiciones precisas acerca de la identidad laboral”.
Con estos resultados, los autores del artículo especificaron al finalizar la publicación que “si bien los alcances de una investigación cualitativa no permiten ir más allá de las fronteras de los participantes investigados, se vuelve valiosa por el hecho de propiciar un campo de generación de nuevos interrogantes e hipótesis de trabajo como el que ofrece el presente estudio”. En tanto, también destacaron la importancia de reconocer “los avatares históricos, políticos y sociales que configuraron nuevos escenarios en los cuales los jóvenes intentan cumplir la difícil tarea de insertarse en el mundo laboral”.
