Tres siglos de historia cordobesa digitalizados

La organización Family Search pone en marcha en el Archivo Histórico de Córdoba la preservación de 65 mil registros a partir del año 1574. Cámaras fotográficas de alta resolución y software que legibilizan contenidos son sus principales herramientas.

“Sólo conociendo el pasado podremos comprender el presente y predecir el futuro”, versa una frase que ya forma parte del imaginario colectivo y que da rienda suelta a muchas familias que, indagando sobre sus orígenes y ascendencia, han podido descubrir y entender su historia cultural, social y sanguínea. Ni hablar del flujo de información y del acervo de datos con que se encuentran algunos escritores literarios que husmean en los árboles genealógicos para hilvanar frondosas novelas históricas.

Ahora bien, investigar el paradero de un nombre o de una fecha de nacimiento resulta un tanto díficil de imáginar si nos ubicamos en los vastos archivos históricos, donde el polvo y el amarillo añejo hacen estragos en las páginas de los libros de actas.
Sin embargo, y con el sólo fin de brindar un servicio a la comunidad, la organización Family Search se dedica a digitalizar estos documentos de manera gratuita, por todo el mundo.
En esta oportunidad, la Sociedad Genealógica de Utah (GSU), que se dedica a recopilar, preservar y compartir información genealógica, arribó a Córdoba para digitalizar tres siglos de registros pertenencientes al Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba.

“Digitalizaremos, por caso, el primer expediente judicial, que data del año 1574, y los censos provinciales que van desde esa fecha hasta el año 1920”, apuntaron a Comercio y Justicia Don Harris, responsable de la organización para Centroamérica, Sudamérica y Caribe, y Aníbal Martín Cristeche, representante de Relaciones Estratégicas de América del Sur.
Ellos calculan que se documentarán más de 65 mil registros provinciales – cada uno equivale a una página- en un plazo de dos meses, tarea que dará comienzo hoy en la sede del Archivo Histórico provincial.

El proceso tecnológico
La organización instalará una computadora y una cámara digital de alta tecnología, capaz de producir fotografías de hasta 50 megapíxeles. Está integrada a un software de desarrollo propio, que permite autorregular el contraste y los monocromáticos de la cámara para crear el “mejor constraste” entre el fondo del registro y la tinta.
“Como el papel en estos documentos antiguos toma coloraciones diferentes, al igual que la tinta, el contraste no es muy óptico; para subsanarlo hemos desarrollado un software que es capaz de autorregularlo para que la captura de la fotografía sea de máxima calidad”, explicó Cristeche.
Las cámaras fotográficas son provistos por fimas multinacionales -como Luimx- que se abocan a la fabricación de equipos destinados a la digitalización. “Son importantes por la potencia del zoom, que permite acercar el documento y dilucidar su escritura, sobre todo en los casos donde el deterioro ha sido importante al punto de volver ilegible el dato”, añadió el representante de relaciones estratégicas.

Otra prestación del sistema es que permite guardar los registros de dos páginas como archivos independientes. “Reconoce la mitad del libro y va guardando dos imágenes, es una cámara programable que tiene distintos discos”, añadió.
El equipo tiene la capacidad de capturar grandes cantidades de fotografías sin necesidad de cambiar la lente. “Nuestras cámaras extraen desde 200 mil a 400 mil imagenes en un año”, precisó Harris, quien añadió que la organización hoy cuenta con 220 equipos en todo el mundo.
La búsqueda de los registros se hace posible gracias a la confección de un índice, también cargado por los miembros de la organización. En caso de que la asociación cuente con el derecho a la publicación, los archivos digitalizados se pueden visualizar en el portal www.familysearch.org. A su vez, las instituciones de origen guardan una copia.

Con presencia en 120 países
más de 12 millones de registros

Family Search fue fundada en 1894. Es una una institución educativa sin fines de lucro, financiada  en su totalidad por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Su sede se encuentra en Salt Lake City, Utah, EE.UU.  Tiene presencia en más de 120 países y a la actualidad ha digitalizado 12 mil millones de registros (entre nacimientos, defunciones, matrimonios, bautismos, comuniones y  casamientos). Las principales organizaciones que contratan sus servicios son archivos históricos, iglesias o registros civiles.  Funciona gracias a la colaboración de 240 mil voluntarios en todo el mundo y al trabajo de un plantel de profesionales rentados.