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Forestoindustria y cambio climático: ¿los mercados de carbono son viables en Argentina?

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SUSTENTABILIDAD. NUEVAS PROPUESTAS PARA CONTRIBUIR A LA CONSERVACIÓN DE RECURSOS

En el marco de un contexto internacional en el que cobra lugar la agenda ambiental, se conoció una propuesta a escala nacional. Detalles de la iniciativa y datos del escenario global

Por Luz Saint Phat / [email protected]

Cada vez más, cobra protagonismo la problemática del cambio climático y las consecuencias devastadoras que tiene sobre el planeta la explotación intensiva de los recursos naturales, que se lleva adelante sin considerar estrategias de conservación para generaciones futuras.

Así, en el marco del avance de la concientización sobre la temática y también debido a los efectos que tienen las modificaciones del medio ambiente en la vida de los seres humanos, distintos sectores y organizaciones se encuentran desarrollando iniciativas que buscan paliar la situación y se orientan por lineamientos internacionales.

Éste es el caso del sector forestoindustrial en Argentina, que divulgó una propuesta de avance en la creación y promoción de mercados de carbono a escala regional.

Esta iniciativa pertenece a la Mesa de Carbono Nacional Forestal (MCNF), que es parte de la Asociación Forestal Argentina (AFOA).

Según un comunicado emitido recientemente, la entidad indicó que «Argentina tiene hoy una oportunidad única para posicionarse en el mundo como uno de los mercados de carbono a nivel regional y global más fundamentales, estratégicos y con perspectiva de rápido crecimiento internacional, entendiéndolos como un mecanismo concreto y transparente para canalizar financiamiento a las acciones climáticas necesarias para mitigar el cambio climático».

El documento indicó, en esta línea, que la intención es contribuir con objetivos internacionales, ya que «el mundo se enfrenta a un tremendo desafío: no sobrepasar los 2 °C de calentamiento durante el siglo XXI, por las graves consecuencias ambientales, sociales, económicas y climáticas que traerá aparejado este aumento de la temperatura, a menos que se logren reducir profundamente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de forma urgente».

Al respecto, también se precisó que, en el país, 10% de las GEI provienen del cambio en el uso de la tierra y de la silvicultura que provocan la pérdida y degradación de los bosques, debido a las modalidades intensivas de explotación.

La MCNF está compuesta por unas 30 empresas del sector que trabajan en la conservación, manejo, mejora y restauración de los bosques nativos y en la producción forestal.

La agenda de trabajo de este espacio novedoso incluye temas, acciones y creación de alianzas que permitirán dar relevancia al sector y participar en las cuestiones públicas relacionadas a esta materia de manera propositiva, con la meta de contribuir al diseño de marcos normativos e instrumentos de política pública acordes.

Hoja de ruta y definiciones

Con vistas al futuro, la MCNF se ha propuesto elaborar un documento con conceptos mínimos respecto de los mercados de carbono.

La intención es que el reporte incluya un diagnóstico inicial considerando el estado de situación nacional, un relevamiento de cómo se encuentra la cuestión en el plano internacional y algunas pautas para considerar un marco normativo argentino. 

Esta labor se realizará, según especificó la mesa, estableciendo vínculos con distintos actores en la cadena, además de generar espacios de debate con la participación de legisladores de los ámbitos nacional y provinciales.

Con relación a esta propuesta, el novedoso espacio del sector forestal explicó en una misiva que “los mercados de carbono surgen en el mundo como una vía complementaria, alternativa y económicamente viable al compromiso asumido por muchos países, empresas e individuos para disminuir las emisiones de gases que contribuyen al efecto invernadero, una de las principales causas del cambio climático que está sufriendo el planeta y con los consecuentes impacto negativos sobre la salud de los seres humanos, su seguridad alimentaria, la actividad económica, el agua y otros recursos naturales”.

Con especificidad, se explicó que el mecanismo de bonos de carbono busca, con herramientas que otorga el mercado, generar incentivos para la captación o disminución de emisiones, volviéndolo viable económicamente. 

Con precisión, “los mercados de carbono son sistemas en los que gobiernos, empresas e individuos pueden comprar y vender unidades (créditos), ya sea para respaldar las emisiones de GEI o bien para compensarlas” detalló Juan Pedro Cano, coordinador de la Mesa.

En este sentido, la entidad destacó la importancia de los bosques como proyectos compensatorios de GEI, ya que contribuyen a la seguridad hídrica, mitigan fenómenos extremos de inundaciones y sequías, y preservan los suelos, la fauna y la flora.

Por esta razón, «los proyectos de captura o reducción de emisiones de carbono son una oportunidad para generar ingresos económicos a quien, por ejemplo, conserve, haga un uso mejorado o restaure o reforeste bosques”, indicó la Mesa.

“Ante la necesidad de conservar, recuperar nuestros bosques y ecosistemas, este mecanismo se presenta como una alternativa o complemento económico para el sector agroforestal, y de esta manera, una vía para aportar al logro de los compromisos de reducción de emisiones por parte de Argentina” comentó Cano. 

“Hoy hay una gran demanda de proyectos de captura y reducción de emisiones por parte de empresas que quieren equilibrar su huella de carbono. La oferta de proyectos está muy por debajo de la demanda internacional, lo cual se

presenta como una oportunidad para atraer inversión en este sector. Esta inversión implica no sólo réditos económicos para los propietarios o

poseedores de las tierras sino para los trabajadores necesarios para el desarrollo y el mantenimiento de estos proyectos, además de los beneficios ambientales locales y globales ya mencionados” agregó el especialista.

No obstante, el referente advirtió de que “a pesar de que se han hecho avances a nivel internacional en acordar las reglas para los mercados de carbono, en Argentina aún hay muchas incertidumbres para que se desarrolle un mercado que sea atractivo y confiable para el desarrollo de este tipo de proyectos”.

“Es necesario contar con marcos normativos y políticas públicas que establezcan con claridad cuestiones básicas como las alternativas de comercialización y la titularidad de los créditos de carbono generados, como así también los beneficios o requerimientos impositivos de potencial aplicación” reclamó. 

Avances y sugerencias

En cuanto a la propuesta en sí, Cano indicó en diálogo con Comercio y Justicia que «se han solicitado reuniones a autoridades nacionales y provinciales de ambiente y producción/agricultura, así como a legisladores nacionales de ambas cámaras del Congreso de la Nación». 

«Hasta el momento, hemos tenido respuesta por parte de la Dirección Nacional de Desarrollo Foresto Industrial de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, del Ministerio de Ecología de la Provincia de Misiones y de la Secretaría de Biodiversidad y Desarrollo Sustentable de la Provincia de Jujuy, los que han mostrado interés en trabajar de manera conjunta y participativa. Es muy importante poder generar espacios de participación en la formulación de normativas y políticas que ayuden a promover los mercados de carbono en Argentina», agregó el referente.

El especialista también destacó que «es necesario presentar de manera muy clara la oportunidad que brindan los mercados de carbono para canalizar financiamiento privado en la acción climática, para que los actores gubernamentales clave a nivel nacional y provincial puedan comprender dicha oportunidad y ver los beneficios que pueden generarse no sólo a nivel global sino a nivel local».

«Creemos que hay interés en ellos en promover los mercados de carbono pero que también es necesario brindarles información y propuestas para enriquecer las discusiones y los procesos de toma de decisión al respecto», consideró.

En materia de sugerencias y desafíos, aseguró que es importante generar «incentivos que sirvan para apoyar el desarrollo e implementación de proyectos de captura o reducción de emisiones de carbono, pero más aún que se brinde certidumbre respecto de cuestiones clave como las alternativas de comercialización y la titularidad de los créditos de carbono generados, así como los beneficios o requerimientos impositivos de potencial aplicación».

«Por otro lado, es preciso comunicar de manera clara no sólo los beneficios ambientales y sociales, sino también los beneficios económicos que los mercados de carbono generan», indicó.

Datos sectoriales nacionales

Según datos de la plataforma multisectorial forestoindustria Argentina, el país actualmente posee un patrimonio de alrededor de 50 millones de bosques nativos y 1,3 millón de hectáreas de plantaciones forestales, de las cuales 50% está certificado con sellos de gestión sostenible avalados internacionalmente.

Estas plantaciones abastecen 95% del mercado interno y el valor agregado del sector incluye la producción de celulosa y papel, madera y tableros para viviendas y muebles, energía eléctrica y térmica y diversos productos químicos. Se trata de producciones en general de muy baja huella de carbono.

Además, el sector cuenta con 13 mil productores forestales, más de 6 mil empresas, alrededor de 100 puestos de trabajo y exportaciones por 700 millones de dólares anuales.

Investigación 

Recientemente, se informó que las plantaciones forestales almacenan 70 millones de toneladas de carbono orgánico, según un estudio realizado por el INTA y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación que analizó esta capacidad de los suelos en los diversos ambientes del país.

El trabajo buscó recabar información para el diseño de estrategias de mitigación de gases de efecto invernadero y la obtención de certificaciones ambientales.

En detalle, los datos científicos mostraron que la región mesopotámica lidera la reserva nacional de bosques cultivados y que las plantaciones de pino son las que registran el mayor almacenamiento de carbono orgánico.

Como base para la producción de alimentos, fibras y muchos servicios ecosistémicos esenciales, el suelo representa un componente importante de los sistemas productivos y un recurso clave para la mitigación y adaptación al cambio climático por su capacidad de almacenar compuestos carbonados tanto orgánicos como inorgánicos.

En esta línea, las plantaciones forestales son muy valoradas por los numerosos servicios ecosistémicos que brindan, entre los que se destaca, la capacidad de secuestrar gases de efecto invernadero (GEI) y almacenar carbono orgánico del suelo (COS).

Según Pablo Peri, coordinador del Programa Nacional Forestal del INTA, “en los primeros 30 centímetros de suelo de las plantaciones forestales se almacenan unas 70 millones de toneladas de carbono orgánico».

Además, la región mesopotámica representa 74% de la reserva nacional de COS de las plantaciones forestales, en correspondencia con la mayor superficie de bosques cultivados que concentra esta región; mientras que la región Patagonia, Pampeana y Delta del Paraná almacenan 20,2% del total.

Por especie forestal, 69% del COS se encuentra almacenado en plantaciones de pino.

En esta línea, Peri aclaró que “esa capacidad de almacenamiento puede ser modificada con el cambio de uso de la tierra, la puesta en producción -ya sea agrícola, forestal u otra- y la implementación de diferentes estrategias de manejo de suelos, cambiando la dirección de los flujos de Carbono en el sistema suelo-atmósfera”.

En el mundo

Con relación a estas temáticas y la importancia de los bosques para mitigar el efecto del cambio climático, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) emitió durante este mes de octubre un documento titulado “El estado de los bosques del mundo 2022”.

En este reporte, básicamente se advierte de las dificultades que enfrenta el planeta y detalla algunas alternativas basadas en bosques y árboles que pueden contribuir a la recuperación económica y ambiental.

“No es viable continuar con las vías actuales de producción agroalimentaria”, advierte el documento que se encuentra disponible online, enfatizando en la necesidad de desarrollar nuevas estrategias para la recuperación posterior a la pandemia de coronavirus.”

“Para lograr esa recuperación y combatir el cambio climático y la pérdida de biodiversidad -las dos crisis ambientales inminentes-, las sociedades deben reconocer el papel crucial de los bosques” insiste la FAO.

En este contexto, resulta clave realizar acciones de manera conjunta entre todos los actores sociales en relación a tres vías: detener la deforestación y conservar los bosques; restaurar las tierras degradadas y ampliar la agroforestería; y utilizar los bosques creando cadenas de valor verdes de manera sostenible.

En números, explicó la agencia de la ONU, el primer conjunto de acciones podría evitar la emisión de 3,6 +/– 2 gigatoneladas de dióxido de carbono al año entre 2020 y 2050 de forma eficaz en función de los costos, protegiendo al mismo tiempo más de la mitad de la biodiversidad terrestre.

Por su parte, la restauración “beneficiaría 1.500 millones de hectáreas de tierras degradadas y el aumento de la cubierta arbórea podría impulsar la productividad agrícola en otros mil millones de hectáreas”, indicó un comunicado de Naciones Unidas y precisó que “las tierras degradadas restauradas por medio de la forestación y la reforestación podrían absorber de la atmósfera hasta 1,5 gigatonelada de dióxido de carbono al año entre 2020 y 2050”.

Finalmente, se explicó que “utilizar los bosques de manera sustentable y crear cadenas de valor verdes ayudaría a responder a la demanda futura de materiales y respaldaría economías sostenibles”.

En conclusión, la FAO enfatizó que “cumplir las metas relativas al clima, la biodiversidad y la neutralidad de la degradación de las tierras requiere triplicar el financiamiento a las tres vías forestales de aquí a 2030, es decir, superar los 200.000 millones de dólares al año destinados al establecimiento y la gestión de los bosques”.

VENTAJAS Y RECOMENDACIONES

Cómo el mercado ayuda a reducir emisiones

Un reporte del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) sobre la Brecha de Emisiones de 2021 concluyó que las Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de todo el mundo deberían reducirse casi a la mitad para 2030, con el objetivo de limitar el calentamiento global 1,5° C.

No obstante, el documento también advirtió de que las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) según lo establecido en el Acuerdo de París continúan siendo insuficientes.

En este sentido, un folleto de esta agencia de la ONU que se encuentra disponible online destaca cómo pueden contribuir los «mecanismos de mercado» a contener la situación.

«Los mecanismos de mercado, incluyendo los precios, los límites máximos y el intercambio de las emisiones de carbono, así como las transacciones voluntarias, pueden ser un componente importante de estrategias más amplias para lograr los objetivos a largo plazo del Acuerdo de París», asegura el dossier explicativo. 

Así, estas herramientas pueden «ofrecer a los países, empresas y otros actores involucrados la oportunidad de alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones a un costo menor y aumentar así su ambición climática».

En detalle, el documento específica que ya existe en todo el mundo una «experiencia considerable» de aplicaciones de mecanismos de mercado, como los de carbono. 

Aunque el estado actual de este tipo de mercados es muy diverso, sí se ha podido constatar que «incluyen programas voluntarios y de cumplimiento», utilizándose «tanto a nivel nacional como internacional para reducir las emisiones, con diferentes tipos de prestaciones y de créditos, y la participación de entidades del sector público y privado como compradores y vendedores».

En números, se estima que si todas las NDC devinieran en una reducción de emisiones «comercializables» y «todos los países tuvieran objetivos de escala macroeconómica», se podrían intercambiar alrededor de 4-5 GtCO2 para 2030.

En este escenario, las deducciones de emisiones podrían duplicarse para la próxima década.

Aún así, el PNUMA advirtió de que este tipo de propuesta puede funcionar si las normativas están «claramente definidas» para poder garantizar «que las transacciones reflejen las deducciones reales».

UN AVANCE EN TERRITORIO NACIONAL

Jujuy ingresa al mercado de bonos de carbono

El Gobierno de Jujuy, por medio del Ministerio de Ambiente y Cambio Climático, suscribió recientemente un convenio con la desarrolladora internacional Allcot, para potenciar proyectos que califiquen en el mercado de bonos de carbono y financien la protección a los bosques nativos, en el marco de la estrategia de Jujuy Verde Carbono Neutral 2050.

El acuerdo, rubricado por la ministra de Ambiente y Cambio Climático de Jujuy, María Inés Zigarán, y el CEO y fundador de Allcot, Alexis Leroy, reafirma la política de alcanzar las metas de Jujuy Verde Carbono Neutral 2050, mediante la conservación de los bosques mediante financiamiento internacional.

Las partes acordaron «aunar esfuerzos para lograr la eventual implementación, desarrollo, validación y verificación de un proyecto agrupado con metodología específica Verra, que estará situado en la provincia de Jujuy a fin de implementar acciones orientadas a gestionar la conservación y restauración de ecosistemas boscosos jujeños».

Se apunta a que «los beneficiarios de la Ley de Bosques, es decir, quienes tienen en propiedad tierras con áreas boscosas en algún nivel de conservación, puedan presentar proyectos para calificar en el mercado de bonos de carbono que serán desarrollados por Allcot y les permitan acceder a financiamiento internacional para gestionar mejor los bosques para la adaptación al cambio climático y reducir las vulnerabilidades frente a los incendios forestales».

De esta manera, se «propiciará el aumento de almacenamiento de carbono y lograr la emisión y comercialización de unidades de carbono verificadas», según el comunicado del Gobierno provincial.

Finalmente, la misiva especificó que Allcot es una desarrolladora de proyectos reconocida mundialmente por sus resultados, conocimiento, experiencia y gestión en iniciativas de reducción de emisión de gases de efecto invernadero (GEI) para combatir activamente la crisis climática bajo el Artículo 6 del Acuerdo de París y alineándose con la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

CALCULADORA 

Carbón Neutral + seleccionada por Córdoba Ciudad Inteligente

Este mes de octubre, la Municipalidad de Córdoba difundió emprendimientos tecnológicos que contribuirán con la innovación a nivel local, recibiendo un fondeo específico para tal fin. 

Se trata de diez startups que fueron seleccionadas por el Fondo Córdoba Ciudad Inteligente en una primera convocatoria.

Una de las plataformas elegidas fue Carbón Neutral+, que permite medir la huella de organizaciones y compensar emisiones remanentes con bonos de carbono certificados.

Al momento de anunciar las iniciativas, el intendente Martín Llaryora señaló que «el Municipio privilegia generar recursos y disponerlos a largo tiempo, porque es una gestión que entiende que gobernar es generar trabajo y oportunidades; y para eso hay que generar empresas”.

“Córdoba es una de las ciudades más importantes de Latinoamérica. Estamos dentro de las 250 ciudades del mundo, entre las siete de América Latina y somos la segunda en Argentina en abrir las puertas al govtech”, remarcó el mandatario, que aseguró que “para crecer es necesario generar políticas activas».

El proyecto recibirá 117.288 dólares, según se informó.

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