“Siempre hay un sueño que despierta en Madrid”

Viajar a la ciudad europea más querida por los argentinos es hacer realidad un deseo, más aún en estos tiempos en que toda experiencia turística se vive como una verdadera conquista

Soñé y programé mi viaje a Madrid varias veces durante el último año y medio, hasta que finalmente llegó el gran día. Air Europa confirmó mi vuelo y logré reunir todos los requisitos de ingreso que exigía España a los argentinos. Como una carrera de obstáculos, fui cumpliendo con los PCR, declaración jurada y Formulario de Control Sanitario (FCS) de Spain Travel Health (SpTH) para presentar antes de mi embarque. 

Los vuelos internacionales aún no operan desde el Aeropuerto Internacional de Córdoba, por lo que debí viajar a Buenos Aires para abordar mi avión en Ezeiza. Opté por hacerlo en auto y dejarlo en el estacionamiento de la terminal aérea.

Antes de ingresar para hacer el check in, noté que en la parte externa del edificio había algunos food trucks para comer algo al aire libre, pegados a la carpa de Stamboulian, el laboratorio que se ocupa de los hisopados tanto para quienes tengan que volar (y no lo hayan hecho con anticipación) como para los que deben realizarse el test obligatorio al arribar al país. 

Dentro del aeropuerto, la oferta gastronómica es más amplia y hay sitios para desayunar, almorzar o cenar, además de las salas vip que ofrecen diferentes menús según el momento del día. En mi caso, elegí el Aeropuertos VipClub, que tiene una confortable sala de estar y propone un servicio buffet que se solicita a través de un código QR. 

Como amo volar, una vez en el aire decidí relajarme y disfrutar. Air Europa opera esta ruta con el moderno Boeing 787 Dreamliner que es más silencioso, sostenible y luminoso que el resto, y por si esto fuera poco, acorta los tiempos de vuelo.

Dentro del avión es obligatorio el uso de barbijo y se recomienda no circular por los pasillos, en tanto que el servicio de catering se sirve en bolsas reciclables cerradas listas para su consumo.

Al arribar al Aeropuerto Internacional Adolfo Suárez Madrid-Barajas, de Madrid, luego de migraciones me hicieron un test rápido y gratuito de covid-19, que en quince minutos dio el resultado negativo tan esperado para comenzar esta aventura.

Experiencias imperdibles

Tantos preparativos y expectativa ameritaban que me diera un lujo y por eso elegí para hospedarme uno de los mejores hoteles de la ciudad, el Gran Meliá Palacio de los Duques, un edificio del siglo XIX que tiene una ubicación privilegiada en el barrio de Los Austrias, a metros de los principales puntos históricos y turísticos del destino. (Ver nota: Un hotel palacio inspirado en las obras de Velázquez).

Su ubicación estratégica me permitía acceder a pie a los mejores sitios de la capital española pero, al consultar las diferentes propuestas de excursiones que ofrece Civitatis, decidí contratar el tour en segway por la ciudad, lo cual resultó una excelente idea. 

El punto de encuentro estaba en pleno centro, donde me recibió Agustín, el guía cordobés que se ocupó de enseñarme a dominar el segway y acompañar la visita con historias, mitos y leyendas de cada parada. 

En estos simpáticos vehículos eléctricos recorrimos las concurridas calles madrileñas. Nos detuvimos en lugares emblemáticos como el Palacio Real, la Catedral de la Almudena, los jardines de Sabatini, el Teatro Real, la plaza Callao, la plaza Mayor, el Mercado de San Miguel, la plaza de la Villa y la convocante Puerta del Sol, flanqueada por la Real Casa, la estatua del Oso y el Madroño, el cartel tradicional de Tío Pepe y el Kilómetro Cero, inicio de las carreteras radiales del país.

También pasamos cerca de la Gran Vía, la avenida más glamorosa de esta metrópolis, famosa por sus cuatro torres, las más altas del país, coronadas por sus impactantes esculturas y por concentrar la mayor oferta de tiendas comerciales como Zara, Primark, H&M, Fnac, El Corte Inglés, Tuss, Mango y Nike, entre otras. 

Luego nos sumergimos en el barrio de Las Letras (el nombre turístico del barrio Cortes) en un circuito relatado por nuestro coordinador sobre la vida y obra de los grandes escritores que vivieron en sus calles durante el Siglo de Oro español, como Miguel de Cervantes, Lope de Vega Carpio y Francisco de Quevedo. Estos referentes prolíficos de la cultura universal dieron nombre a algunas de las arterias más transitadas del vecindario, donde se pueden apreciar algunas de sus citas literarias sobre el pavimento en letras doradas, como la calle Lope de Vega, donde se encuentra el Convento de las Trinitarias Descalzas de San Ildefonso, del siglo XVII, y se enterró a Cervantes.

A mi impresión, es uno de los sitios ideales para degustar las típicas tapas y beber unas pintas durante las noches templadas que abundan durante estos meses, sobre todo en las terrazas que cada restaurante tiene instaladas en la plaza de Santa Ana, centro neurálgico del barrio custodiado por el Teatro Español y las estatuas de los dramaturgos García Lorca y Calderón de la Barca.

Museos y parques

Madrid se caracteriza por su oferta cultural. Afortunadamente, todos los museos están abiertos y muchos de ellos ofrecen horarios de ingreso gratuito. Los más importantes son los museos nacionales Del Prado, Centro de Arte Reina Sofía y Thyssen- Bornemisza. Otros menos emblemáticos son los museos Sorolla, Arqueológico Nacional, Naval, Del Romanticismo, de Arte Contemporáneo, Cerralbo, de Cera, y Casa de la Moneda, entre otros.

También merece un paseo el Parque de El Retiro y la laguna frente al Palacio de Cristal, la Puerta de Alcalá y la Fuente de Cibeles. 

En este circuito, que puede realizarse a pie, vale la pena visitar el barrio de Salamanca, reconocido por sus tiendas exclusivas, edificios señoriales y restaurantes de alta gama.

Si el viaje coincide con un domingo, no dejen de reservar una mañana para conocer El Rastro, el mercado callejero del barrio Lavapiés que convoca a millares de españoles y turistas con centenares de puestos donde comercializan antigüedades, objetos de decoración, indumentaria y otros menesteres. La historia de esta costumbre se remonta al año 1740 cuando era un mercadillo semiclandestino de venta de objetos usados.

Además, el primer sábado del mes se organiza el Mercado de las Ranas, otra propuesta similar a puertas abiertas en la que los establecimientos comerciales ubicados en el barrio de las Letras abren sus puertas con el objetivo de mostrar y compartir la oferta comercial, turística, cultural y gastronómica del lugar con descuentos, menús especiales y actividades en la calle.

Consejo: si la idea en España es hacer compras, hay que tener en cuenta que quienes residen fuera de la Unión Europea pueden solicitar la devolución de los impuestos mediante el formulario electrónico DIVA tax free. 

A Madrid hay que caminarla, saborearla sin horarios ni presiones. Recomiendo dejarse llevar por sus calles y su espíritu festivo. Hoy se la ve vivaz, despierta, desperezándose de tiempos complejos y dispuesta a ser disfrutada. No olvidar que, como dice el cantautor Joaquín Sabina, “siempre hay un sueño que despierta en Madrid”.

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