¿Cuánta penetración de las fake news hay en Córdoba?

El actual contexto hipermediático y digitalizado ha potenciado el alcance y velocidad de las noticias falsas. Resultados de un relevamiento sobre el uso de WhatsApp como medio noticioso, realizado por un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UNC, junto a Mutual Conexión

¿Cuántas personas se preguntan si es verdadera toda la información que reciben por WhatsApp o consumen por otras redes sociales? Con el objetivo de indagar sobre los usos de WhatsApp como fuente de información y las herramientas utilizadas para analizar la veracidad de las noticias, el grupo de investigación Experiencias de Comunicación Transmedia Social/Educativa, de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), junto a la Mutual Conexión -que agrupa a personas que trabajan en la comunicación y la cultura-, realizó un estudio exploratorio.

Claudia Ardini, directora del equipo, explicó que la proliferación exacerbada de noticias falsas en el contexto de la pandemia superó todos los límites conocidos y, de un modo u otro, afectó a toda la ciudadanía. Por ese motivo, consideraron necesario analizar sus efectos en Córdoba y otras provincias.

La recolección de datos se concretó mediante una encuesta que se distribuyó y circuló de manera aleatoria desde el 16 de junio hasta el 8 de julio pasados, entre usuarios y usuarias de la red WhatsApp, en diferentes provincias de Argentina. La respondieron 445 personas, de las cuales el mayor porcentaje correspondió a Córdoba, seguida por Buenos Aires y Santa Fe.

Entre los ejes abordados se encuentran la identificación de noticias verdaderas o falsas; el uso general y por actividades de WhatsApp; el acceso a la información y el análisis de veracidad de las noticias e informaciones que se reciben y se comparten.

Uno de los datos más significativos del estudio surge de la pregunta “¿Alguna vez compartió información por WhatsApp dudando sobre su veracidad? ”, que obtuvo respuestas afirmativas de 18% de las personas, 13% manifestó no estar segura, 32% contestó negativamente y 36% de las personas consultadas no respondió a la consulta.

De la población encuestada, 44% tenía estudios universitarios, 23,5% posgrado universitario, 20% estudios terciarios y el 12% restante, secundarios. De acuerdo con los datos obtenidos, las personas con alto grado de formación también constituyen un segmento susceptible a las fake news, “lo que deconstruye prejuicios hacia sectores con menor acceso a la educación, considerados más permeables al engaño”, sostiene el texto.

“En este punto, notamos dificultad para asumir que también pueden ser víctimas de la desinformación –señala Ardini–, probablemente porque la formación académica está sobrevaluada en relación con otros saberes, pero tal como revela el estudio, no alcanza con que tengamos conocimiento sobre determinados temas para actuar de manera asertiva”.

Según apunta la especialista, entre tanta información circulando velozmente en los entornos digitales, a veces es difícil detectar los rastros que revelen sus faltas a la verdad, el sesgo más o menos explícito o sus incoherencias.

Detector de falsedades

Ante la consulta “ ¿Alguna vez detectó falsedad en noticias o informaciones recibidas por WhatsApp?”, más de la mitad de las personas encuestadas (59%) dijo que sí, 36% evitó responder y 5% contestó por la negativa.

El equipo de especialistas entiende que el fenómeno de las noticias falsas y su efecto negativo, así como la defensa de la calidad de la información, son tareas que involucran a cada persona pero también a toda la ciudadanía.

“Quizás es momento de desmitificar la idea de que la información falsa es algo que sólo afecta a otras personas. Las fake news son un fenómeno social a la vez que individual, con lo que sus posibles soluciones deben abordarse también en sus diferentes dimensiones”, reflexionan.

Para Ardini, la salida está en “promover el diálogo colectivo y avanzar en instancias pedagógicas que problematicen y desnaturalicen la información recibida. Buscar un mayor apego a la diversidad de fuentes pero advirtiendo de que esa pluralidad no significa que todas las fuentes estén legitimadas y tengan la misma rigurosidad”.

Evitar caer en la trampa Entre las estrategias puestas en juego para evitar la trampa de las noticias falsas, las 445 personas consultadas mencionaron realizar una o varias de las siguientes: - chequear la información en Google o en algún otro buscador (56%) - descubrir el origen de la información y su pertinencia (52%) - reconocer al contacto que envía la información y la confianza que genera (51%) - leer el texto completo, además del título, y comprobar la coherencia de la información (50%) - analizar si las fotos y/o videos se corresponden con la información (49%) - Identificar la fecha y la actualidad de la noticia (47%)