Brass, la pyme cordobesa que convirtió 800 kilos de vidrio reciclado en objetos de diseño

Brass es una marca dedicada a la investigación y producción en vitrofusión. Con scrap (chatarra) de vidrio reciclado elabora productos de diseño. Desde que inició su actividad ya recicló 800 kilos de vidrio. Incubó en la Fundación e+e en 2017, luego lo hizo en la Fundación Gen E en 2020 y actualmente lo están haciendo en Mayma. Además, forma parte del Clúster de Economía Circular del ente municipal BioCórdoba.

“Soy la segunda generación de vitrofusión; la marca que le precedió fue LeLe. Mi madre, Elena Franco, comenzó con la vitrofusión primero como hobbie pero luego con su marca propia combinó el vidrio con metales como el cobre y el bronce, desarrollando múltiples técnicas. Con ella comenzamos las primeras pruebas de hacer fuentes con vidrio templado reciclado. Luego, seguimos la investigación terminando en el concepto de vitroexpansión”, relata Fernando Brian Álvarez, CEO de Brass, en diálogo con Comercio y Justicia.

Brass nació a raíz de un trabajo final de la carrera de Diseño Industrial, cuyo tema era iluminación y vidrio, una investigación de moldes y termomodelado en vidrio. Después indagó con el reciclado del vidrio y comprobó que éste, templado, no se recicla. Así surgió como oportunidad diseñar productos con este material de descarte como materia prima para un nuevo proceso productivo, que consiste en utilizar pedacitos de vidrio templado reciclado que se unen en un molde mediante la cocción técnica de vitroexpansión. Tiene entre 36 y 40 cm de diámetro y forma circular irregular; y un peso de entre 1,2 a 2 kilos, y 10 mm de espesor. Existe una textura principal que la dan los pedacitos de vidrio templados vinculados por la cocción mediante la técnica de expansión del vidrio, y una segunda textura dentro de estos pedacitos que se trabaja, en este caso, con colores cálidos y la mezcla de tres en particular: rojo, naranja y amarillo.

Se trata de productos de bajo impacto ambiental porque su elaboración está basada en la reutilización de material reciclable, para fomentar la decoración de manera consciente, mediante el aprovechamiento de una oportunidad en el material que no se reciclaba, estudiándolo y sacando lo mejor de él.

Menos vidrios al vertedero

¿Por qué, si el vidrio templado tiene un potencial como materia prima, no se recicla y termina enterrado? “Es hasta injusto que ocupe un lugar en las napas o que termine en vertederos”, reflexiona Álvarez, quien empezó investigando con el vidrio templado de vidrieras y luego con los vidrios laterales y de las lunetas de los autos. “Cuando hablamos de reciclado de vidrio, en general se conoce como reciclado de botellas de frascos. Pero nosotros reciclamos vidrios que no se reciclaban, generando una técnica que denominé vitroexpansión”, precisa.

Los nuevos desafíos para Brass de aquí en adelante son seguir diseñando productos y mejorando procesos que se vayan integrando con la economía circular. “La iluminación es nuestro próximo desafío. También queremos diseñar nuevas líneas de productos integrando otras tecnologías y materiales, como la impresión 3D con las bobinas de ecofilamentos, y seguir innovando en el vidrio con otras tecnologías”, agrega.

Además, quiere consolidar alianzas que ya tiene con emprendimientos que comparten sus valores, como buceo urbano pet, oruga, fábrica de soluciones 3D. “Nos gustaría generar nuevas alianzas con cooperativas de reciclado, empresas con responsabilidad social y ambiental y poder captar la atención de fábricas que se dedican a la fabricación de vidrio”, añade el emprendedor.