Gambito de dama, a juicio

Por causa de la serie Gambito de dama , en septiembre de 2021 Nona Gaprindashvili demandó a Netflix por los términos en que fue mencionada en la serie por la suma de cinco millones de dólares. Se trata de una jugadora de ajedrez georgiana que fue la primera mujer en lograr el título de Gran Maestro de la FIDE y la quinta campeona del mundo de ajedrez, de 1962 a 1978.

Una sola escena y una única mención bastaron para detonar el conflicto: cuando se la mencionó en el episodio final por parte de un comentarista que se estaba refiriendo a Beth después que derrota al gran maestro ruso Viktor Laev, personaje ficticio, en los Moscow Invitationals: "Lo único inusual en ella, en realidad, es su sexo. E incluso eso no es único en Rusia. Está Nona Gaprindashvili, pero es la campeona mundial femenina y nunca se ha enfrentado a hombres" . Tras esas palabras, la cámara enfoca a una mujer en la audiencia que, según la demanda, “obviamente se supone que es Gaprindashvili”.

Tras reclamar ante Netflix por tales inexactitudes sin que la empresa se retractara por entender “inofensiva” la mención, volver a doblar la voz en off o emitir una declaración pública aclarando el tema, la siguiente movida de la ajedrecista georgiana fue interponer una demanda por difamación pública de 25 páginas.

Se presentó, en virtud de la distinta vecindad de los litigantes, ya que la actora tiene su domicilio en Georgia, en el Tribunal Federal para el Distrito de Los Ángeles, entendiendo que "Netflix mintió descarada y deliberadamente· sobre sus logros con el propósito fácil y desfachatado de 'intensificar el drama' al hacer parecer que su heroína de ficción había logrado hacer lo que ninguna otra mujer, incluida Gaprindashvili, había hecho" .

Es que para 1968, año en el que se desarrolla el episodio, la demandante ya se había enfrentado a al menos a 59 jugadores masculinos, incluidos al menos 10 grandes maestros de esa época, por lo que se entendía que la afirmación sobre Gaprindashvili, además de falsa, era también a su entender “tremendamente sexista y denigrante".

En igual sentido, se expresaba que, por contarse con esa información, Netflix no cometió un error sino que mintió de forma deliberada, por lo que existe en su conducta "malicia real", lo cual la hace incursa dentro de la figura de difamación pública.

Luego de presentarse la demanda, Netflix solicitó su desestimación, alegando que la serie resulta del relato de un personaje puramente ficticio. Tal planteo ha sido rechazado recientemente por la jueza federal Virginia A. Phillips, quien dictaminó que la plataforma sigue siendo responsable de lo que se menciona en la pantalla sobre jugadores de ajedrez reales.

En tal sentido, afirmó el tribunal que no existe base para excluir de la posibilidad de juicio a las “demandas por difamación por las referencias a personas reales en obras ficticias” , en atención a que el hecho de que la serie sea una obra ficticia “no exime a Netflix de la responsabilidad por difamación si todos los elementos de presunta difamación están presentes” .

Adicionalmente entiende que, desde la óptica de un espectador promedio, la mención puede ser interpretada “fácilmente” como “una forma de menospreciar los logros de la demandante y llevar acarreado el estigma de que las mujeres llevan una insignia de inferioridad que la mujer estadounidense ficticia Harmon, pero no la demandante, podría superar” . De allí que: “Como mínimo, la línea desdeña los logros fundamentales para la reputación de la demandante” .

A tenor de lo antes expuesto concluye respecto de la escena que: “Netflix intenta dar la impresión de que estaba refiriéndose a hechos objetivos, pero la demandante argumenta suficientemente la falsedad porque la línea en cuestión es razonablemente susceptible de una interpretación que implica una afirmación demostrablemente falsa” .

La consecuencia procesal de esto es que la demanda presentada resulta admisible y se llevará adelante el juicio contra la demandada. Quedan para el recuerdo la línea argumental presentada por Netflix en el documento de desestimación planteando que la referencia a la actora en la serie “tenía la intención de reconocerla, no de denigrarla” , así como los dichos anteriores de afirmar sentir “el mayor respeto por la señora Gaprindashvili y por su ilustre carrera” , para acto seguido expresar que el reclamo no tenía “ningún mérito” y que defendería “enérgicamente el caso” .

No se está viendo tal energía, y remontar un error histórico no es fácil en los términos que ha quedado planteada la litis. En nuestra opinión, se podría haber atacado la cuestión desde otros puntos de vista; a fin de cuentas, son los dichos de un personaje anónimo, pero al querer tapar el sol con las manos y decir que es un relato “ficticio” concedían más de lo que defendían. De hecho, era un reconocimiento implícito de que los dichos de la actora sobre su carrera eran verdaderos.

Por experiencia personal, las “metidas de pata” en el contenido deben ser remediadas lo antes posible, siendo ideal subsanarlo dentro del mismo material, de resultar posible. Otro personaje que corrija al que da el dato erradamente, al inicio de la otra temporada, para solo dar una posibilidad de subsanación.

Si la decisión es ir a juicio, debe tenerse presente que los casos de derecho de imagen y contenido audiovisual son demasiado técnicos para dejarlos librados a planteos procesales de corte general, tal como parece haber encarado la cuestión la empresa estadounidense. Algo que ya le ha causado un importante traspié procesal y puede darle, a futuro, muchos más dolores de cabeza.