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Predominio femenino, disparidad de formatos de lectura con el digital en alza y la continuidad de ciertas conductas tradicionales, como el leer antes de dormir o preferir la narrativa. Éstos son algunos de los rasgos de nuestros lectores en el siglo XXI.
En Argentina, según la Encuesta Nacional de Consumos Culturales 2022, la mitad de la población leyó al menos un libro el último año. La lectura, tanto habitual como ocasional, se verifica más en el formato papel. Asimismo, el hábito de leer se incrementa en los hogares con mayor cantidad de libros.
Néstor García Canclini, en El consumo cultural y su estudio en México: una propuesta teórica, define el consumo cultural como «el conjunto de procesos de apropiación y usos de productos en los que el valor simbólico prevalece sobre los valores de uso y de cambio, o donde al menos estos últimos se configuran subordinados a la dimensión simbólica».
El término “consumo” -aunque su uso no termina de convencerme (el disfrute del arte es algo más complejo que un simple consumir)- brinda una definición que resulta de utilidad para entender de lo que estamos hablando.
Encuesta
La mencionada encuesta se aplicó a una población de 13 o más años, residente en hogares particulares en aglomerados urbanos de más de 30.000 habitantes. El correspondiente trabajo de campo se llevó a cabo entre noviembre de 2022 y enero de 2023.
Entre sus datos, puede verse que la mayoría de los lectores (39%) lo hace para entretenerse; 18% lee por estudio y seis por ciento, por trabajo. El principal motivo de elección de los libros leídos es el género o tema tratado. Somos los argentinos lectores lúdicos, por lo que se ve.
Entre los géneros más leídos destaca en primer lugar la narrativa (27%), comprensiva de la novela y el cuento. Le sigue la historia (18%). Empatan el tercer lugar, con 11% cada uno, los textos escolares y los científicos o técnicos.
Las biografías logran nueve por ciento; las historietas, comic o novela gráfica, ocho por ciento, al igual que los textos de autoayuda. Empatan los de religión, de salud y vida sana, de política y la poesía con siete por ciento cada uno.
En tanto, 26% de los consultados leyó un libro de un autor nacional en el último año. Es decir, casi tres cuartos sólo leyeron autores extranjeros. Si eso nos hace cosmopolitas literarios o revela una falta de concordancia entre autores y lectores argentinos, es materia para un debate mucho más extenso.
En cuanto a las noticias, siete de cada 10 argentinos las leen en redes sociales, diarios en papel y/o digitales. La lectura de carácter frecuente se registra más en redes sociales y en diarios digitales. Leer para informarse sigue vigente, pero en formato digital.
Entre quienes leen con frecuencia noticias en redes sociales (48%), se destaca la presencia de personas de entre 18 y 29 años (59%), llevándose a cabo dicha lectura, sobre todo, a través del celular.
Asimismo, 18% de la población leyó revistas el último año y sólo uno por ciento de las personas encuestadas está suscrita a revistas digitales.
Mujeres
En el artículo “Lectoras del siglo XXI” producida por la redacción de la revista BEPÉ de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares, se consigna que, de todos los lectores de libros en la Argentina, 60% es mujer, según datos relevados por la Secretaría de Cultura de la Nación. Además, las encuestas indican que ellas participan más en otros ámbitos relacionados con la lectura, como las bibliotecas populares: siete de cada 10 personas que participan en esos espacios son mujeres.
Estos datos surgen de una encuesta llevada a cabo por la comunidad Entre Editores, de la que participaron 5.119 lectoras mayores de 18 años, de todo el país. Algunas completaron un cuestionario on line y otras respondieron por medio de sus libreros.
En líneas generales, la encuesta reveló que las argentinas leen a toda edad; que prefieren las ficciones literarias; que el ritmo promedio es entre uno y dos libros por mes; y que las lectoras más voraces son las más jóvenes.
En cuanto a qué elegir para leer, las lectoras se guían por recomendaciones, aunque acudiendo a vías diversas: entre las más jóvenes, Internet y a las redes sociales (83%) es su ámbito de consulta; pero a partir de los 36 años rota a la opinión de amigos, familiares, libreros y bibliotecarios; y -si bien disminuye- la mirada a lo dicho en Internet no desaparece.
En cuanto a la edad, la mayoría tiene entre 26 y 35 años (28,8%), seguidas por aquellas de entre 36 y 45 (23,8%). Luego vienen aquellas con más de 46 años (27,5%).
Soportes
El crecimiento del e-reader como soporte de lectura es uno de los datos más sobresalientes, si bien el libro en papel sigue siendo el preferido de las lectoras (86,2%); luego hay 11,6% que prefiere los e-book y un 2,2% que consume audiolibros.
En cuanto al momento en que se lee, la mayoría lo hace antes de dormir por la noche; pero también se lleva a cabo en los fines de semana, durante las vacaciones; en los medios de transporte y en las salas de espera. El libro como compañía de momentos libres y, en particular, de momentos muertos, sigue tan vigente como nunca.
Entre los géneros que más se eligen se encuentran el romance, la historia, el thriller, la fantasía, los ensayos, la ciencia ficción y los libros de negocios. Según la encuesta, las que más leen son las jóvenes de entre 18 y 25 años: entre cuatro y cinco libros por mes, resultando el promedio general de lectura de uno a dos libros mensuales.
Podemos comparar estas cifras con las que mostró el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España de 2023, un informe elaborado por Conecta para la Federación de Gremios de Editores (FGEE), con el patrocinio del Ministerio de Cultura y el Centro Español de Derechos Reprográficos (Cedro).
En ese sentido se aprecia, en los últimos años, un aumento significativo en el porcentaje de personas que dedican su tiempo libre a la lectura, con un incremento de cinco puntos porcentuales en el número de lectores y de 4,8 puntos porcentuales en el número de lectores frecuentes, aquellos que leen al menos una vez por semana.
En cuanto al género de los lectores, las mujeres lideran todos los grupos de edad, con una diferencia de hasta 17,5 puntos porcentuales en el grupo de 25 a 34 años: las mujeres llegan a 73,4% mientras que los hombres, a 55,9%.
En contraposición, el lector varón es más reservado en sus lecturas: lo hace de modo individual y no lo socializa por regla general. Pero esto no parte de ninguna encuesta sino de la observación propia.
En cualquier caso, quizás lo mejor de tanta cifra estadística es la constatación de que, pese a todas las adversidades vitales y la multiplicidad de formatos alternativos de entretenimiento, la lectura sigue gozando de una razonable buena salud. Sin embargo, obviamente, siempre debe aspirarse a que puede mejorarse. Pues a la par del enriquecimiento personal en múltiples aspectos, como dice Isabel Vassallo en su obra Clases de teoría literaria, la lectura es y ha sido, además, una importantísima praxis social que “permite establecer una continuidad cultural entre generaciones y nos hace sentir partícipes de una comunidad”. Nada más y nada menos.
