ESCUCHARPor Nicolás Alfonso*
Los mercados internacionales no tuvieron una buena semana por las noticias de caída en la actividad exportadora de China, la continuidad de la política monetaria expansiva en Europa para pelearle a la desaceleración económica y los flojos datos del mercado laboral americano .
Esto se vio reflejado en la depreciación de las monedas respecto al dólar y las caídas en las bolsas, ya que las proyecciones de la mayoría de los analistas es que al mundo le vaya «menos mejor».
Los indicadores de tendencia a la baja en las cuentas con margen y el acorte de plazos en las carteras de fondos de renta fija, avizoran una postura más conservadora en los estrategas de inversiones. Postura a imitar.
Mientras tanto, en el país de la incoherencia, y a años de distancia de esa realidad internacional, el baile de carnaval lo tuvimos el jueves cuando la disparada del tipo de cambio puso nervioso a más de uno.
Hay que reconocerle a nuestro mercado algo. y es que aquí no hubo ninguna noticia de fondo relevante, por lo que buena parte de la volatilidad que vimos en el mercado cambiario y de capitales local, con la caída fuerte de la acciones el miércoles y la posterior baja de los bonos del jueves, estuvo dada en realidad por el comportamiento del contexto internacional. Lo que pasa es que los activos argentinos son lo que técnicamente se llama high beta. En otras palabras, en Argentina las noticias resuenan con amplificador.
En el mercado financiero ya sabemos que el ticket que compramos es para el paseo en la montaña rusa y que por lo tanto, este año nos esperan muchos momentos de fuertes emociones. No hay sorpresa, y hasta puede ser divertido.
Las consecuencias más negativas son los costos que estos movimientos dejan para la economía real, que ya viene muy castigada, porque cerramos la semana con un ajuste al alza en las tasas de interés.
Se insiste con la política monetaria para domar al dólar y a la inflación que no afloja.
La recesión se acentúa y se «siente» la falta de dinero en la calle, con repercusión en el mercado laboral que ya están a la vista. Pero al mismo tiempo todas las listas de precios llegan con fuertes aumentos.
La nuestra es una profecía auto cumplida. Acá nadie le cree a nadie.
Ojala que algún día un «iluminado» nos grite lo suficientemente fuerte como para que todos podamos escucharlo «Argentinos: cuando se está metido en el pozo, lo primero que tienen que hacer es dejar de cavar».
* Analista Financiero de Focus IM
