Un cliente asaltado deberá ser resarcido por los dueños del local

El juez de Santa Fe que intervino en el caso consideró que entre las partes hubo una relación de consumo y que la demandada tenía a su cargo un deber accesorio de seguridad, ya que le indicó al reclamate en dónde debía depositar dinero para adquirir un bien y no cumplió con las obligaciones a su cargo. [privado] El juez en lo Civil y Comercial de 7ª Nominación de Santa Fe, Luciano Pagliano, condenó a una concesionaria a resarcir a N.D., quien sufrió un asalto en las instalaciones de la firma. El accionante concurrió al local de la demandada para entregar la seña por un vehículo, y a raíz del delito perdió 44% del valor total del rodado. El magistrado estimó que existió entre las partes contratantes una relación de consumo en los términos del artículo 5 de la ley 24240, en virtud de la cual el accionante estaba amparado por la obligación tácita de seguridad correspondiente a la demandada. Analogía “Las cosas y servicios deben ser suministrados o prestados en forma tal que, utilizados en condiciones previsibles o normales de uso, no presenten peligro alguno para la salud o integridad física de los consumidores o usuarios”, reseñó el juez, quien consideró que esa pauta general es aplicable por analogía a “la seguridad que deben prestar las cosas por medio de las cuales la relación de consumo se establece”. En esa inteligencia, enfatizó que la consagración de la protección de los derechos de los consumidores y usuarios llegó a la “cúspide normativa” de nuestro orden interno al incorporarse el artículo 42 de la Constitución Nacional, que estipula que los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho a la protección de su seguridad e intereses económicos, entre otros. Buena fe “La específica relación de consumo -como la entablada en el caso- se encuentra impregnada por un deber de seguridad que surge del juego armónico de las normas aludidas, en coincidencia con el deber de buena fe en las relaciones contractuales”, opinó. Pagliano recordó que, en el caso, el contratante estaba a punto de efectuar el depósito de parte de la suma acordada por la compra de un vehículo en la oficinas de la accionada, en un sector especialmente habilitado para ello, y determinó que, por ello, regía una “cláusula sobreentendida de garantía a cargo de la empresa”, que se traducía en atender a la seguridad del cliente. Daños “La aquí demandada no solamente es responsable por la obligación principal, sino que también debe procurar su cumplimiento en forma adecuada, eficiente y segura, preservando a los consumidores contra los daños que puedan generarse en la ejecución del contrato”, consignó. En consecuencia, concluyó que de la relación de consumo entre las partes derivó un deber accesorio de seguridad. [/privado]

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