Privan de responsabilidad parental al progenitor de una niña pero mantienen el apellido paterno

El Juzgado de Primera Instancia de Familia de Quinta Nominación de Córdoba admitió la demanda de privación de la responsabilidad parental por abandono planteado por la madre de una niña, a raíz de la incomparecencia del padre demandado, quien no cumplió su obligación pese a tomar conocimiento efectivo del pleito en su contra.

No obstante lo resuelto, el tribunal rechazó el pedido de supresión del apellido paterno.

La titular del juzgado, Susana María Squizzat o, al analizar la cuestión indicó que la privación de la responsabilidad parental implica “ una sanción seria y vital que atiende al mantenimiento genuino de la protección de los legítimos derechos e intereses del menor de edad involucrado ”, pudiendo disponerse “ cuando por la gravedad de las faltas imputadas al progenitor se advierte inequívocamente la desaparición del beneficio de la niña, niño o adolescente y la pertinencia de la sanción legalmente prevista ”.

Fundamento

En cuanto a la privación de la responsabilidad parental por abandono del hijo, la magistrada sostuvo que la madre “ funda su pretensión en la causal prevista en el art. 700 inc. b del CCC, que contempla el supuesto de privación de la responsabilidad parental ” por el “ abandono del hijo, dejándolo en un total estado de desprotección, aun cuando quede bajo el cuidado del otro progenitor o la guarda de un tercero ”.

En ese sentido, el tribunal puntualizó que la ley “ no atiende ni espera a que el menor de edad padezca física o espiritualmente el desamparo, de allí que es indiferente que haya quedado al cuidado de otro progenitor o de un tercero, sino que el abandono importa la negación de aspectos esenciales de la función parental, la que perturba la plena formación y realización del hijo ”.

Por otra parte, Squizzato aclaró que, pese a la privación de la responsabilidad parental, en virtud de lo dispuesto por el artículo 704 del Código Civil y Comercial (CCC) “ subsiste el deber alimentario a cargo del progenitor durante la privación y la suspensión del ejercicio de la responsabilidad parental y que tampoco no cesa la responsabilidad civil del progenitor que le es atribuible ”.

Luego de un profundo examen de las constancias de la causa y la prueba rendida, la jueza señaló que “ surge que se ha incorporado prueba documental y que debe valorarse especialmente la opinión expresada por L. de 12 años de edad atento su capacidad progresiva y derecho a que su opinión sea tenida en cuenta ”.

Conducta

A ello la sentenciante agregó la conducta procesal del progenitor demandado, “ quien nunca compareció a estar a derecho, no obstante haber tomado conocimiento efectivo de los obrados (recibió personalmente la cédula), lo que significa un reconocimiento de los hechos relatados en la demanda ” y que no ha tenido nada que objetar, en tanto que del informe escolar aportado por la institución educativa a la que asiste la niña, surge que su progenitora “ es la única responsable, como así también la única interesada en su rendimiento y desempeño escolar, el informe elaborado por la perita en psicología del cual surge que L. no tiene relación ni contacto alguno con su progenitor desde una edad temprana ”.

Seguidamente, la jueza se explayó sobre su impresión tras escuchar a la niña, destacando que ésta expresó que “ no conoce el Sr. P. -su progenitor- y que, por ende, no tiene registro del demandado ”, aun cuando “ se reconoce con el apellido paterno y que su identidad se conforma como P. C. ”.

Por ello, Squizzato entendió que la intención de la menor es mantener ese apellido, lo cual la llevó a analizar el tema, “ atento a lo manifestado por la propia niña, teniendo en cuenta su edad y grado de madurez, y con el cual manifestó que se identifica y que forma parte de su identidad adquirida durante estos años ”.

Deseo

El tribunal la niña “ remarcó claramente (...) su deseo de mantener la integración de su actual apellido desde que así se reconoce e identifica”, derivando que “el respeto de su interés superior impone no suprimirle el apellido paterno ”.

Por lo expuesto, cual en el fallo se resolvió “ de todo lo examinado surge que corresponde admitir la demanda, y por lo tanto privar de la responsabilidad parental al Sr. N. A. P., atento lo prescripto por el art. 700 inc. b del CCC, habiéndose expedido en igual sentido, la Fiscal de Cámaras de Familias y la Asesora de Familia del Tercer Turno como representante complementaria de la niña L. ”.

En cuanto a la supresión del apellido paterno, se resolvió que no corresponde hacer lugar a lo solicitado por la progenitora, “ en total coincidencia con lo dictaminado por las representantes de los Ministerios Públicos, lo dicho encuentra sustento en la escucha directa e indirecta de la niña (art. 113 del CCC) ”.