La prestadora deberá cubrir una prótesis de mejor calidad

La obra social había ofrecido una que no se adecuaba a las necesidades de la paciente, a quien le amputaron la mano derecha. La que reclamó y obtuvo le permite realizar gran parte de sus actividades cotidianas y profesionales

El juez de La Plata Emir Caputo Tártara, del Tribunal en lo Criminal Número 4, hizo lugar a la acción de amparo promovida por una bailarina de 24 años en contra del Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA), y le ordenó que le provea una mano mioeléctrica con cinco dedos articulados, con 12 movimientos de prensión, tal como había reclamado la actora, sin éxito. [privado]

A su turno, el lOMA cubrió una prótesis que no se adecuaba a las necesidades de la paciente, quien sufrió la amputación de su mano derecha en un intento de ponerle fin al cáncer que está transitando.

Ella había reclamado una que le permitiera usar por completo su brazo derecho y realizar la mayor parte de sus actividades cotidianas y profesionales.

Ante el rechazo de su petición por la obra social, accionó manifestando que la decisión lesionó con arbitrariedad e ilegalidad manifiesta, y en forma directa, su dignidad personal, su derecho a la vida y, en particular, su derecho a la salud y a su integridad psicofísica.

Caputo Tártara le otorgó la cautelar a la joven e intimó al IOMA a que costee íntegramente la prótesis que requirió.

El juez platense que admitió el amparo recalcó que, a diferencia de la otorgada por el IOMA, la prótesis que pidió la amparista incluye la posibilidad de movilidad de la muñeca, que también le amputaron, y de las articulaciones de los dedos.

El magistrado consideró que quedaron acreditadas las diferencias cualitativas entre los bienes y concluyó que el solicitado inicialmente garantiza en mayor medida el derecho a la salud y a una vida digna.

Destacó que, a diferencia de la otorgada, la prótesis que pidió la amparista incluye la posibilidad de movilidad de la muñeca, que también le amputaron, y de las articulaciones de los dedos.

“La verosimilitud del derecho invocado resulta ampliamente acreditada con los antecedentes médicos”, enfatizó el sentenciante.

Asimismo, indicó que las intervenciones quirúrgicas y prácticas médicas que debió afrontar S.B. tuvieron como punto de partida una tumoración identificada como “sarcoma de partes blandas indiferenciado”, que derivó en la necesidad de amputación, no sólo de su mano derecha sino también de la articulación de la muñeca (parte distal del antebrazo).

En esa línea, las repercusiones físicas y psíquicas de esa cirugía podrán paliarse con la utilización de una prótesis como la solicitada, que es para la joven “lo más asemejable a la movilidad normal”.

Por otra parte, resaltó que quedó probado que no hay razón plausible, médica ni científica, para suponer que la joven no estaría preparada para recibir una prótesis de tales características sino que, por el contrario, tanto su edad como la preparación que viene realizando la colocan en una situación conveniente y propicia para aprovecharla.

Finalmente, señaló que en el expediente -a partir de las opiniones vertidas por los profesionales de referencia- no se demostró que para “adaptarse” o utilizar una prótesis como la que IOMA deberá pagar, sea necesario que la joven deba transitar de modo previo un proceso que implique usar un adminículo que la limite funcionalmente.

“Primordialmente, debe tenerse presente que el derecho a la salud y el derecho a una vida digna se encuentran expresamente amparados y garantizados por la Constitución Nacional y Tratados Internacionales de Derechos Humanos, tutela que corresponde hacer prevalecer frente a cualquier restricción que implique un retaceo o cercenamiento de la calidad de vida que el Estado debe garantizarle a un ser humano afectado por una discapacidad como la acreditada”, resaltó el juzgador en su sentencia. [/privado]