La Corte estableció que hubo discriminación en el despido de una preceptora

La mujer fue desvinculada luego de que se conoció su relación amorosa con un ex alumno. El TSJ de Córdoba rechazó su planteo recursivo pero la Máxima Instancia nacional consideró que lo hizo con excesivo rigor formal y sin analizar las pruebas

La Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) revocó una sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Córdoba en el marco de una causa en la que se analizó si existió discriminación en el despido de una preceptora, quien tenía una relación amorosa con un ex alumno. [privado]

El Máximo Tribunal acogió los fundamentos del dictamen del procurador fiscal Víctor Abramovich y consideró que el Alto Cuerpo cordobés rechazó el recurso de la docente con injustificado rigor formal.

La mujer fue despedida del Colegio Nuestra Señora de Loreto luego de que apareció en el programa televisivo "Operación Triunfo", en el que hizo pública su relación de pareja con un ex alumno de la institución educativa en la cual se desempeñaba como preceptora.

Al resolver, el juez Carlos Rosenkrantz destacó que resultaron dogmáticas las afirmaciones del TSJ de que correspondía descartar un proceder discriminatorio del colegio.

La mujer fue despedida del Colegio Nuestra Señora de Loreto luego de que apareció en el programa televisivo "Operación Triunfo", en el que hizo pública su relación de pareja con un ex alumno de esa institución educativa en la cual se desempeñaba como preceptora.

En ese sentido, afirmó que el punto central para determinar si el despido fue arbitrario consistía en establecer si la difusión de la relación sentimental de la actora con quien fue un alumno del colegio tuvo también “incidencia determinante en la decisión rescisoria” y si, siendo ello prima facie discriminatorio, la empleadora logró probar que no lo fue; aspectos que, según el magistrado, el TSJ omitió examinar.

La Corte aclaró que, si bien el empleador tiene la facultad de despedir sin causa, existen límites en la ley 23592 y que, por consiguiente, no puede encubrir un trato discriminatorio.

Así, estimó que el TSJ debió examinar si de acuerdo con las constancias del expediente el despido pudo haberse producido como resultado de una circunstancia discriminatoria y si, en tal caso, la empleadora demostró que el móvil fue ajeno a toda discriminación.

Dictamen

En su dictamen, el procurador fiscal estimó que la sentencia del TSJ desconoció los estándares vigentes para analizar los supuestos de despido discriminatorio en los términos de la ley antidiscriminatoria, que debe ser interpretada en consonancia con el artículo 16 de la Constitución Nacional y los instrumentos internacionales de derechos humanos.

Destacó la simultaneidad entre la difusión pública de la relación sentimental y las reacciones negativas de la comunidad educativa y que el tribunal no ponderó que cualquier restricción del derecho a trabajar vinculada con aspectos de la vida privada puede configurar un acto discriminatorio.

En su dictamen, el procurador estimó que la sentencia del TSJ desconoció los estándares vigentes para analizar los supuestos de despido discriminatorio en los términos de la ley vigente, que debe ser interpretada en consonancia con el artículo 16 de la Constitución Nacional y los instrumentos internacionales de derechos humanos.

Abramovich precisó que el artículo 1 de la ley 23592 contempla las acciones discriminatorias basadas en la ponderación negativa de conductas, hábitos, sentimientos o creencias, estado de salud, apariencia física, condiciones o características personales o formas familiares, que integran la esfera íntima y autónoma de la persona que trabaja y que, por tal razón, se encuentran reservadas a su fuero personal y deben quedar inmunes a la injerencia arbitraria del Estado o de particulares, y no pueden, en principio, acarrear consecuencias jurídicas en la relación de empleo.

Sobre esa base, el agente concluyó que la conducta del empleador que restringe el derecho a trabajar con motivo de aspectos de la vida privada, como la elección de una pareja, que no guarda relación con las obligaciones laborales específicas, puede configurar un trato discriminatorio en los términos del artículo 1 de la ley 23592.

Además, recordó que la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) contiene disposiciones dirigidas a preservar a las personas que trabajan de determinados comportamientos patronales que se reputan discriminatorios; precisamente, por asignar consecuencias en la esfera contractual a actos que pertenecen a la vida privada, y que esas disposiciones pretenden evitar que la empresa someta a su propio juicio el proyecto de vida de quien trabaja bajo su dependencia económica, o que le imponga “paternalmente modelos o estereotipos de conducta”, pues las facultades de dirección del empleador deben ejercerse con carácter funcional y no pueden servir de excusa para anular derechos constitucionales.

A su vez, agregó que, según los criterios establecidos por la Corte, cuando existe una potencial discriminación en el despido le corresponde a la demandada demostrar una justificación objetiva y razonable ajena a esa imputación.

Bajo esas premisas, resaltó que el TSJ debió examinar si, más allá de que la empleadora no hubiera expresado causa en la desvinculación, el despido pudo haberse producido como resultado directo de la difusión pública del vínculo afectivo entre aquélla y un ex alumno, mayor de edad, quine no tenía a esa fecha nexo alguno con el establecimiento escolar, y si, en tal caso, una decisión basada en esa razón constituía una justificación objetiva y razonable.

Qué constituye discriminación

El segundo párrafo del artículo 1 de la ley 23592 dispone que entre los actos discriminatorios "se considerarán particularmente" aquellos basados en una serie de motivos tales como raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición social o caracteres físicos. “La conducta del empleador que de algún modo restringe derechos del trabajador y que resulta motivada en aspectos de su vida privada, como la elección de una pareja, que no guardan relación con las obligaciones emergentes del contrato de trabajo, puede configurar un trato discriminatorio comprendido en el artículo 1 de la ley 23.592”, explicó la Corte Suprema.