La actividad del empleador determina el convenio colectivo aplicable a sus trabajadores

El tribunal interviniente rechazó el planteo por diferencias de haberes pretendido por un chofer de una empresa constructora, quien solicitaba ser encuadrado como camionero

Siguiendo el criterio que fija que la actividad de la empleadora es la que define el convenio colectivo de trabajo (CCT) que se aplica a sus empleados, la Sala 8ª de la Cámara del Trabajo de Córdoba rechazó una demanda por diferencias de haberes de quien pretendía ser encuadrado en el gremio de camioneros, habiendo prestado tareas para la empresa Getres SRL, y su correcto encuadramiento correspondía al CCT 76/75, de la Unión Obrera de la Construcción, en la categoría “oficial especializado chofer”, pues la empleadora demandada se dedica exclusivamente al rubro de la construcción.

Al analizar la cuestión, el tribunal integrado por el vocal Jorge Alberto Vega precisó que no se encontró entredicha la existencia de la relación laboral entre actora y demandada, así como tampoco el objeto de explotación de la accionada (construcción) ni la actividad desplegada por el actor a las órdenes de Getres SRL (chofer de camión), ni la modalidad de extinción de la relación (renuncia del actor).

El tribunal observó asimismo que los puntos controvertidos en la causa estaban en el encuadramiento convencional del actor, referido a si estuvo correctamente encuadrado en la normativa de la construcción o, en su defecto, si debió registrárselo en el convenio de camioneros, como el demandante reclamaba. También, si el vínculo laboral con la empresa accionada se desarrolló, en los hechos, sin solución de continuidad en un único período de tiempo o si se desenvolvió con discontinuidad, en dos períodos diferenciados -con una interrupción de un mes-, como lo aseveró la demandada.

Así las cosas, después de analizar la prueba rendida, el magistrado consideró que en lo atinente a la controversia del encuadramiento convencional, le asistía razón a la empleadora toda vez que, como lo afirmó -y lo ha sostenido reiteradamente la jurisprudencia desde tiempo inveterado-, lo que define el encuadramiento sindical es la actividad objeto de la empresa y no la particular tarea -u oficio- que desempeña el dependiente en ella.

En esa dirección, el fallo apuntó que las tareas cumplidas por el actor no fueron objeto de discusión en la causa, y coincidieron ambas partes en que se desempeñó como chofer de camión, lo que, para mayor abundamiento, fue corroborado con la testimonial recibida.

Asimismo, el vocal sostuvo que tampoco se verificó controversia respecto del objeto de explotación de la empleadora; esto es, la actividad de la construcción, según consta en su acta constitutiva.

Conclusión

Por lo expuesto, Vega concluyó que el accionante fue correctamente registrado como obrero de la construcción, no sólo por estar comprendido en el ámbito personal y territorial de ese convenio sino también porque su empleadora desarrolla como objeto social esa actividad y, además, porque ambas partes contaron con las respectivas representaciones gremiales en la formulación del CCT 76/75.

Finalmente, el magistrado acotó que el criterio expuesto sobre el encuadramiento convencional “se encuentra inveteradamente acuñado por la jurisprudencia a partir del Plenario 36 de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo (22.3.1957), en autos Risso, Luis c. Química Estrella”, el cual fijó la doctrina que sostiene que “en los casos en que el empleador tenga a su servicio trabajadores que realizan tareas distintas a las de su actividad específica, no debe considerárselos comprendidos en las convenciones colectivas que contemplan especialmente la profesión o el oficio de esos trabajadores”.

Segundo aspecto

Luego, con relación al segundo aspecto controvertido, el juez señaló que le asistía razón al trabajador en cuanto a que el vínculo laboral mantenido con la demandada se desarrolló en los hechos, sin interrupción, desde el 1.6.2011 hasta el 8.9.2014, no como lo sostuvo la demandada, que invocó una interrupción -en julio de 2014- conteste con la formalidad de una renuncia del actor y un alta posterior.

Al respecto, el tribunal precisó que ello quedó evidenciado con las informativas provenientes de las firmas Canteras Amadeo SRL y Arenera Magris SRL, “que fueron lapidarias frente a las afirmaciones de la accionada”, toda vez que ambas revelaron varios transportes realizados por el actor en el citado mes de julio de 2014, lo que echa por tierra la defensa Getres SRL sobre el punto y ratifica lo sostenido por el demandante.

Sin embargo, el vocal advirtió de que, atento a lo expresado y teniendo en cuenta que la presente causa tenía por único objeto el reconocimiento y pago de diferencias de haberes emergentes de un incorrecto encuadramiento convencional, lo que -como se ha visto- no se verificó en autos, “deberá admitirse la defensa de falta de acción opuesta por la demandada y, en consecuencia, desestimarse in totum la demanda instaurada”.