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Estrés en el tránsito y relatos salvajes

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Conducir es una acción compleja que involucra psicológica y físicamente a las personas y las obliga a convivir en la vía pública. Se trata de una situación que puede resultar estresante y desencadenar conductas hostiles y agresivas

Por María Cristina Isoba *

La agresividad en las calles es moneda corriente entre quienes se mueven en ellas, ya sea como peatones o como conductores. Pero en los últimos tiempos se percibe un incremento de la violencia en las ciudades y rutas.

En el Gran Buenos Aires, una conductora choca a un coche en una encrucijada, y su conductor se baja con un hacha y comienza a golpear el vidrio del lado de la conductora.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, un motociclista insulta a una mujer que le reprocha estar obstruyendo la vereda con su moto. La mujer lo empuja indignada y él la levanta en el aire y la estrella con fuerza contra el piso.

Es evidente que estas reacciones violentas no tienen proporción alguna con los hechos que le dieron origen. No hay un solo motivo que permita entenderlas.

Los estados personales alterados pueden tener orígenes psicológicos, físicos y sociales complejos, pero que esa violencia se manifieste en la calle tiene en parte explicación en el acto de conducir un vehículo.

Conducir es una acción compleja que nos involucra psicológica y físicamente y nos obliga a convivir con los demás en el espacio compartido de la vía pública. Esta situación puede resultar limitante y estresante, hasta el punto de desencadenar, en algunas personas, conductas hostiles y agresivas en calles y rutas.

Encuesta
Una encuesta realizada por Luchemos por la Vida, reveló que un 9% de conductores varones se había trenzado al menos una vez en una lucha corporal por una disputa de tránsito.

Investigadores del comportamiento en el tránsito han detectado hasta 15 factores de estrés en la conducción. Los más frecuentes son:
-La inmovilidad física, que favorece la acumulación de la tensión al volante, más aún cuando la circulación no es fluida o el tránsito está muy cargado.
-Los límites del flujo de tránsito, ya que los vehículos deben moverse en interdependencia los unos con los otros. En las congestiones, el no poder avanzar como se desea, puede generar ansiedad y hasta enojo en el conductor y el deseo de escapar de estos límites, lo que a menudo deriva en maniobras riesgosas o agresivas, que se descargan sobre los demás y que irrita a los otros conductores.
-Las normas limitantes: los límites de velocidad o las restricciones de circulación o estacionamiento en ciertas zonas, necesarias para la seguridad vial, molestan a muchos conductores, que piensan que no se justifican y tienden a incumplirlas y transgredirlas.
-El sentimiento de territorialidad y posesión: los conductores consideran el espacio de su auto como su territorio. Así, un roce o una aproximación peligrosa puede ser vivido como un ataque o provocación capaz de desencadenar situaciones de violencia entre los usuarios de la vía pública.
-La dispersión de la atención o atención dividida por la realización de varias tareas a la vez -como conducir y hablar o mensajear por celular y comer- incrementa la tensión del conductor.
-La negación de los errores. Manejar es un compilado de conductas automatizadas por años, por lo que muchas acciones están fuera de la conciencia de las personas. Y, por ende, de la autocrítica.

En los incidentes de tránsito hay una tendencia frecuente a atribuir la culpa más a los otros que a uno mismo y a sentir que las quejas de los demás no se justifican. Entonces, el perjudicado, puede indignarse y desear castigar y tomar represalias, sumando tensión y agresividad a la situación.

El abordaje de los problemas de agresividad y violencia en el tránsito es complejo y multidisciplinario, pero posible. Algunas acciones imprescindibles son:
-Mejorar la infraestructura vial, para una circulación fluida y segura de vehículos y personas con la menor conflictividad posible.
-Reducir las velocidades máximas en zonas densamente pobladas que permitan fluidez de circulación con especial cuidado a los más vulnerables en el tránsito.
-Dar vigencia plena de las normas de tránsito, difundidas y aplicadas con controles eficaces y sanciones severas a los transgresores.
-Educar para una movilidad segura desde la niñez y a todos los conductores de vehículos con conciencia de la interdependencia en el sistema del tránsito y el valor de las normas para una mejor convivencia en el espacio compartido de la vía pública.
-Educar a los conductores en las habilidades para detectar, en ellos mismos, las señales de estrés, y poder juzgar empáticamente las situaciones problemáticas con los demás para resolverlas con autocontrol y cooperación.
Mejorar la convivencia en el tránsito beneficia a la salud, al bienestar de todos y a la seguridad vial.

(*) Directora de Luchemos por la Vida Asociación Civil.

ANSV
Cabe recordar que a principios de este año, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), dependiente del Ministerio de Transporte, recordó que las personas que sean testigos de un hecho de violencia vial en cualquier parte del país pueden registrarlo y enviar el material por diferentes vías al organismo, que con los videos o imágenes podrá, si cabe, sancionar a los responsables.

Se trata de acciones tales como insultos, golpes, carreras callejeras, darse a la fuga y situaciones similares.

Al recibir los mensajes, la ANSV evaluará si corresponde identificar al o a los implicados y pedir la suspensión de licencias de conducir a la jurisdicción que las haya emitido.

Las vías habilitadas para denunciar son el WhatsApp 011-6207-0590; la cuenta de Twitter de la ANSV (@InfoSegVial) y el mail [email protected].

En todos los supuestos, la ANSV recibirá el material y lo derivará al área correspondiente, para su análisis.

El organismo precisó que gracias a las denuncias recibidas, por ejemplo, en enero pasado se quedó sin carnet un hombre que hizo manejar a su hijo menor de edad plena autopista y lo filmó y un conductor que golpeó al chofer de un colectivo.

Colectivero
Hace horas, la ANSV, junto al Ministerio de Transporte bonaerense, suspendió la licencia de conducir a un colectivero de la línea 338 por utilizar el celular mientras manejaba.

La infracción se conoció a través de un video filmado por un pasajero, en el que se ve al conductor escuchar y enviar mensajes de voz.

Tras recibir el material, la ANSV, identificó al chofer de la empresa que presta servicio a nivel provincial y junto a la cartera de transporte bonaerense decidió dejarlo sin licencia e inhabilitarlo hasta que sea evaluado con un examen psicofísico mediante el cual pueda demostrar su aptitud al volante.

“Estamos ante una persona que puso en peligro a los pasajeros y a otras personas por su irresponsabilidad, y por eso actuamos en consecuencia al suspenderlo junto a Transporte de Buenos Aires”, declaró Pablo Martínez Carignano, director ejecutivo de la ANSV. “Seguiremos en esta línea, sancionando a quienes protagonicen hechos de violencia en el tránsito y pedimos a la gente que utilice el canal de denuncias de la ANSV para exponer a los violentos al volante”, agregó.

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