El uso de “Su Señoría” no va más

La Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires comunicó a los miembros del Poder Judicial que dejen de utilizar este tipo de expresiones. Se refirió a la necesidad de actualizar ciertas fórmulas y reemplazarlas por otras más acordes con los principios republicanos

La administración de justicia debe comenzar un camino de acercamiento permanente a la sociedad y, en ese sentido, el lenguaje que utilizan los operadores judiciales es clave.

Recientemente, la Suprema Corte de Justicia (SCJ) de la Provincia de Buenos Aires comunicó a los miembros del Poder Judicial que deben evitar ciertas expresiones para dirigirse a los titulares de los órganos jurisdiccionales .

Mediante la resolución SC N° 2204-2, los magistrados plantearon que el uso oral o escrito de expresiones como “Su Señoría”, “Excelentísimo Tribunal”, “Dios Guarde” y “Vuestra Excelencia” ya no deben formar parte de los escritos judiciales .

La disposición -que lleva las firmas de los magistrados Sergio Torres y Daniel Soria- se funda en la necesidad "de actualizar el uso de ciertas fórmulas y expresiones a los efectos de hacerlas compatibles con los principios republicanos y el contexto social actual ".

En el texto se explicó que la decisión también se basa en la tarea que la CSJ realiza para "la consolidación de grados crecientes de mejora en la gestión y en la comunicación". Por ello, se resolvió instruir a las secretarías jurisdiccionales y de superintendencia de la Corte para que elaboren un sistema de modelos tipo de presentaciones, documentos y actos en formato digital, en línea con lo establecido en el nuevo Reglamento para las Presentaciones y Notificaciones por Medios Electrónicos de la Provincia de Buenos Aires.

La decisión de la Justicia bonaerense es un paso muy importante para desformalizar el Poder Judicial. Pero no es el primero. Diez años atrás, en 2011, el Superior Tribunal de Justicia de La Pampa resolvió suprimir “la terminología, tratamientos o alusiones honoríficas, tanto en los encabezamientos como en los cuerpos de los actos administrativos o jurisdiccionales” que dicten los magistrados . Locuciones como “Su Señoría” o “Vuestra Excelencia” fueron calificados como “exóticos para el lenguaje corriente”.

La decisión del máximo tribunal pampeano se fundó en el artículo 30 de la Constitución de la Provincia de La Pampa, que dice: “Quedan prohibidos los tratamientos honoríficos a los funcionarios y magistrados de la Provincia, cualquiera sea su investidura”.

Un poco más cercano en el tiempo, aunque de una manera mucho más informal, en 2014, un grupo de jueces penales de La Plata pidió expresamente a los abogados que dejaran de lado ciertas formalidades en el uso oral o escrito de las palabras .

Lo hicieron de una manera muy sencilla: colocaron carteles en el ingreso de sus despachos en los que pidieron eliminar esos términos formales.

"Se solicita a los señores profesionales, a las personas citadas como testigos" y a otras que "en forma verbal o por escrito" se dirijan a los jueces que "eviten utilizar los términos ‘Excelentísimo Tribunal’ o ‘Su Señoría’, pudiendo reemplazarlos por ‘Señor Juez y Señora Jueza", expresaron Ernesto Domenech, Andrés Vitale y Santiago Paolin.

En 2017, la Procuración General de la Nación también se encaminó en el mismo sentido . El entonces procurador Nicolás Becerra permitió a los fiscales llamar simplemente “Señor” a los magistrados, legisladores y funcionarios del Estado en sus frecuentes comunicaciones verbales o escritos.

“La administración de justicia de nuestro país debe comenzar un camino de acercamiento permanente a la sociedad, del cual muchas veces se ha alejado, por ejemplo, a través del uso de un lenguaje inaccesible para el ciudadano común ”, expresó la resolución 92 de la Procuración.

Cabe recordar que l as formalidades extremas fueron impuestas por decretos de los ex dictadores Juan Carlos Onganía y Jorge Rafael Videla, en épocas en que los presidentes eran llamados obligatoriamente “Excelentísimos” . Esto fue modificado por Raúl Alfonsín quien, en el retorno de la democracia de 1983, se hizo llamar simplemente “Señor Presidente de la Nación”.

Sin honores

En el decreto honorario que redactó Mariano Moreno en 1810 podía leerse: “¿Si me considero igual a mis conciudadanos, por qué me he de presentar de un modo que les enseñe que son menos que yo? Mi superioridad sólo existe en el acto de ejercer la magistratura que se me ha confiado; en las demás funciones de la sociedad soy un ciudadano, sin derecho a otras consideraciones que las que merezca por mis virtudes”.