Confirmaron rechazo a congelar la cuota de un crédito hipotecario UVA

El a quo se negó a dictar la medida, argumentando que lo pretendido implicaba interpretar cláusulas contractuales, una acción “impropia en el marco cautelar”. La alzada indicó que no se acreditó la verosimilitud del derecho

La Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal confirmó el rechazo de una cautelar tendiente a que se congelara la cuota del préstamo hipotecario UVA que tomó el actor, en 2017, por 800 mil pesos, para ampliar su vivienda. [privado]

A su turno, el demandante informó que la cuota inicial de capital se fijó en 432,72 UVAs, equivalentes a $20,69 cada una al día de la escritura.

Alegó que por la escalada inflacionaria el cumplimiento de su obligación se tornó “excesivamente oneroso” debido a la “alteración extraordinaria de las circunstancias existentes al momento de la celebración del contrato”.

En esa línea, sostuvo que en enero de 2019 abonó una cuota de $13.000 y -en febrero de 2020- ésta ascendió a $21.199,27.

“Es esencial acreditar que el pago de las cuotas del crédito constituye un gravamen que difícilmente pueda revertir el peticionante si espera a la sentencia final (urgencia impostergable)”.

(Del fallo de la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal).

Al hacer su planteo, solicitó que el monto de la cuota fuera idéntico al de la primera que pagó o que representara menos de 20% de su salario. Además, pidió que se aplicara un índice de actualización distinto.

El juez de primera instancia se negó a dictar la medida, argumentado que lo pretendido por el accionante implicaba interpretar cláusulas contractuales, una acción “impropia en el marco cautelar”.

El deudor apeló sin éxito, ya que la alzada ratificó la decisión del a quo.

Explicó que el actor acordó con el Banco Nación que el importe nominal de su obligación se actualizaría al momento de su cumplimiento conforme a un valor referencial que dependía “de un acontecimiento incierto".

La cámara consideró que, en el caso, no se acreditó la verosimilitud de derecho porque no se probó que los “avatares inflacionarios hubieran afectado la economía del deudor con relación al préstamo adquirido, generando la imposibilidad de hacer frente a su pago".

Consideró que en el caso no se acreditó la verosimilitud de derecho porque no se probó que los “avatares inflacionarios” hubieran afectado la economía del deudor con relación al préstamo adquirido, generando la imposibilidad de hacer frente a su pago.

Asimismo, indicó que el porcentaje de incidencia de la cuota en los haberes mensuales del accionante entre febrero de 2019 y agosto de 2020 rondó entre el 14% y el 30%, inferior al previsto en la comunicación "A" 6884 del Banco Central de la República Argentina (BCRA), emitida el 30 de enero de 2020, que lo fijó en 35%.

El tribunal reseñó que, al momento de la contratación, aquélla representaba el,49% del salario del deudor y que luego de iniciar el proceso era de 21%, por lo que no probó “el mentado desequilibrio significativo” en la relación cuota-ingreso.

“Es esencial acreditar que el pago de las cuotas del crédito constituye un gravamen que difícilmente pueda revertir el peticionante si espera a la sentencia final (urgencia impostergable)”, arguyó también.

"No puede sospecharse siquiera que haya aparecido o sobrevenido alguna cuestión novedosa con virtualidad para sorprender al actor con el transcurso del tiempo pues en el marco propio de la autonomía de la voluntad, desde el comienzo estuvo previsto el ajuste de las cuotas conforme lo dispuesto por la ley 25827", añadió.

Bajo esas premisas, ordenó que el deudor continúe abonando las cuotas ajustadas a UVA hasta la sentencia de fondo, "sin perjuicio de lo que se pudiera decidir en el futuro ante la existencia de nuevas probanzas, dado el carácter mutable propio de las medidas precautorias". [/privado]