Aplican la Ley de Defensa del Consumidor a servicios de un taller mecánico

Hubo destrucción de un automóvil y el tallerista invocó falta de legitimación del demandante, lo cual fue desestimado por el tribunal, aun cuando fue un familiar quien llevó el vehículo para su reparación

La Cámara Civil y Comercial de Séptima Nominación de Córdoba rechazó el argumento del demandado en cuanto a que no fue su demandante quien llevó el automóvil a su taller mecánico, razón por la cual no tenía legitimación para que se aplicara la Ley de Defensa del Consumidor (LDC).

El tribunal, integrado por los vocales Jorge Miguel Flores, Rubén Atilio Remigio y la vocal María Rosa Molina de Caminal, analizó el caso y señaló que, independientemente de quién llevó el rodado para su reparación, el accionante era el titular registral del vehículo y la LDC ampara los servicios dentro de su protección.

Sin controversia

El tribunal destacó que no había controversia sobre la entrega del vehículo al demandado para su reparación en el taller GCP Full Inyección ni sobre el traslado posterior del bien por aquél a otro taller, así como tampoco sobre la titularidad registral del automotor.

Además, el tribunal hizo hincapié en que la modificación del artículo 3° por la ley 26361 amplió el alcance de la relación de consumo, permitiendo la aplicación de la ley a cualquier relación jurídica en la que participe un sujeto débil.

En tal sentido y conforme ello, se considera consumidor o usuario a quien, "como consecuencia o en ocasión de una relación de consumo", adquiere o utiliza bienes o servicios como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social, gozando así de las garantías del régimen de protección del consumidor.

Relevancia

En este sentido, los camaristas argumentaron que no importaba quién llevó personalmente el automóvil al taller o realizó los reclamos de entrega. Lo relevante -dijeron- es identificar jurídicamente quién contrató los servicios del demandado, ya que el trabajo se encomendó sobre un bien del actor. Si fue el actor quien encargó el trabajo a través de otra persona -se definió-, esta circunstancia, aunque se haya ocultado al demandado, sigue siendo un mandato con sus consecuencias legales.

Por lo tanto, se consideró que, ya sea que la contratación se haya realizado a través del hermano o del padre, lo cierto es que el encargo se hizo para realizar un trabajo sobre un bien del actor, por lo que es él, como mandante, quien tiene derecho a exigir el cumplimiento y la entrega del vehículo, y a su vez, el demandado está obligado a cumplir las obligaciones que corresponden a su parte en virtud del mismo contrato.

Excepción

En consecuencia, la cámara concluyó que el rechazo de la excepción presentada por el demandado estaba debidamente fundamentado, ya que, independientemente de la persona de la familia que concurrió al taller y llevó a cabo las negociaciones para la reparación del automóvil, la gestión se realizaba en nombre del actor como titular del vehículo.

Además, destacó que estaba comprobado que el demandado emitió dos recibos a nombre del actor por el dinero entregado al momento de dejar el vehículo en el taller, sin que se haya alegado ni demostrado que dichos recibos se hubieran emitido por algún otro motivo.