Adopción por integración del hijo mayor de la cónyuge

El joven convive con el actual marido de su madre desde sus primeros días. Sus propios hijos también usarán el apellido del adoptante [privado] El Juzgado 3º de Familia de Córdoba hizo lugar a la petición efectuada por el adoptante, quien solicitó la adopción plena del hijo mayor de edad de su cónyuge, con quien convive desde los primeros meses de vida del joven y a quien dispensó el trato de hijo, ejerciendo el rol de padre, y se desconoce el paradero del padre biológico del muchacho, quien nunca se ocupó de él. Asimismo, el fallo admitió la solicitud respecto de que el adoptado modifique su apellido y el de sus hijos menores de edad por el del adoptante. La jueza Julia Rossi recordó que la adopción de integración es aquella en la que el niño, niña o adolescente -en este caso, un mayor de edad- forma parte de una nueva conformación familiar entre uno de sus progenitores y la nueva pareja convivencial o matrimonial de éste, quien cumple un rol parental. La magistrada agregó que la adopción tendrá la finalidad de reconocer la existencia de una familia ensamblada, que convive, y que por la convivencia y las relaciones de crianza pueden ser dotados de efectos jurídicos propios, y que este tipo de adoptivo es siempre unipersonal, ya que el tercero -adoptante- convive con el padre o madre biológico/a, del niño, con quien no se afecta el lazo jurídico ya existente. La sentenciante verificó si se ha dado cumplimiento a los requisitos exigidos por la ley para tornar procedente la petición, así como su alcance y sus efectos. Así, el tribunal analizó que de la documental obrante surgió que se encuentra cumplido el artículo 601, inciso a), del Código Civil y Comercial (CCC), en relación con la edad mínima del adoptante, quien tiene 51 años. Asimismo, Rossi indicó que éste se encuentra conviviendo con la progenitora desde los primeros años de vida de C., y contrajo matrimonio con ella el 31 de julio de 1997. A su vez, la jueza examinó que del minucioso informe interdisciplinario -psicológico y social-, se concluye que desde que la pareja de M. y C. se unió, el hijo de la señora estuvo incluido en el proyecto familiar, que juntos lo criaron y que M. ejerció un rol parental afectivo, protector y responsable a lo largo de su crecimiento y su desarrollo. Entrevista Paralelamente, en la entrevista el joven manifestó con claridad su voluntad de ser adoptado por M., quien desde que recuerda lo había cuidado y acompañado como padre, y tiene al presente un vínculo paterno-filial, considerando que esta regularización legal una reivindicación necesaria respecto a su lugar en la familia. En este contexto, el joven consideró que la adopción contribuiría a dar legitimidad a una situación que de hecho se ha mantenido desde los primeros meses de su vida. La magistrada sostuvo que surgió de la entrevista y de los informes del Catemu (Cuerpo Auxiliar Técnico Multidisciplinario) que el adoptado conoce su realidad biológica y que el proceso de adopción es iniciado a su requerimiento, en reclamo de la paternidad adoptiva y el apellido del adoptante, de modo que queda cumplido lo dispuesto por el artículo 595, inc. e), del CCC. La jueza Rossi analizó que la normativa autoriza la adopción de integración con efectos de plena o simple, según la valoración de las circunstancias y el interés el niño, niña o adolescente, entendiendo que ella debe encuadrarse en este último supuesto legal, “dado que, no obstante existir un doble vínculo filial, merita otorgarla con carácter de plena, dado que no existe vinculación alguna entre C. L. G. y su padre biológico, Sr. E. L. G., ni con la familia extensa de éste, por lo que tales circunstancias meritan este efecto”. Así, el tribunal concluyó que, atento a encuadrarse la presente adopción en el caso previsto por la ley y existiendo petición expresa al respecto, corresponde otorgarla con carácter de plena. Audiencia Respecto al apellido, la jueza señaló que, teniendo en cuenta lo manifestado en oportunidad de celebrarse la audiencia prevista, “el pretenso adoptado, Sr. C. L. G., manifestó su deseo de que se sustituya su apellido ‘G.’ por ‘M.’ y que del mismo modo se proceda en relación con sus hijos, I. L. y V. A. (de 9 y 15 años respectivamente)”. La magistrada señaló que, atento a ello y resultando que fueron escuchados los hijos del pretenso adoptado y su madre, en presencia del Ministerio Público Fiscal y Complementario, teniendo en cuenta el contexto de la acción de que se trata, adopción de integración con efecto de la adopción plena, es que ordenó que los mismos deberán ser inscriptos con el apellido "M.". En definitiva, se resolvió "hacer lugar a la demanda de adopción de integración interpuesta por el Sr. E. L. M. (...), respecto de C. L. G. (...), con los efectos previstos por los arts. 627 a 629 y 630 a 633 del CCC, esto es, con carácter de plena”, y que “corresponde modificar el apellido de los hijos del adoptado, I. L. G., quien deberá ser inscripta como ‘I. L. M.’, y V. A. L. G., quien deberá ser inscripto como ‘V. A. M.’". Autos: "G. C. L. - Adopción" Descargá el fallo [/privado]

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