ACA y espectador embestido fueron responsables del siniestro durante el Rally 2015

El tribunal confirmó la distribución de culpa en 50%, en tanto el voto en minoría concluyó que la organización debía afrontar 90% de las consecuencias del luctuoso episodio

La Cámara 7ª en lo Civil y Comercial de Córdoba, por mayoría, confirmó la mitad de responsabilidad del Automóvil Club Argentino (ACA) por los daños que sufrió un espectador en el Rally Mundial 2015, como organizador del evento, al adjudicarle fallas en la seguridad. El fallo ordenó indemnizarlo e hizo extensiva la condena a la citada en garantía Caja de Seguros SA.

El Alto Cuerpo adjudicó el 50% restante de la culpa a la propia víctima, por su incidencia causal en el siniestro al estar ubicada en un lugar demarcado como “prohibido” con cintas rojas, cuando ya conocía el funcionamiento del evento por ser un habitual concurrente.

En la casación, el damnificado endilgó la responsabilidad total por el acaecimiento del siniestro a la entidad organizadora, argumentando que se encontraba correctamente ubicado en un sector habilitado para espectadores en el momento en que el vehículo se despistó e impactó contra el público.

La aseguradora consideró que el hecho debió imputarse exclusivamente al demandante porque su conducta había tenido incidencia exclusiva en el accidente y se habían cumplido todas las medidas de seguridad exigibles.

Primer voto

El vocal Jorge Miguel Flores -autor del primer voto y por la mayoría- desestimó las impugnaciones pues existieron abundantes elementos que acreditaron que el actor se encontraba incorrectamente ubicado, en una zona de riesgo extremo, que estaba visiblemente demarcada con cinta roja, lo cual indicaba prohibición de permanencia de espectadores en el sitio.

Asimismo, se valoró que el actor, por ser un aficionado al rally experimentado en la competencia y asiduo concurrente a este tipo de eventos, conocía acabadamente los peligros de ubicarse en ese tipo de sectores, como asimismo el significado de la demarcación con cintas rojas.

El juez valoró prueba que acreditó el deficiente cumplimiento del deber de seguridad por parte de los organizadores y de la Policía de la Provincia, cuyos agentes, lejos de impedir que el público se apostara en un sector de riesgo, toleraron y autorizaron su presencia en dicho lugar.

En ese aspecto, la mayoría hizo referencia a los videos del accidente, en los que puede apreciarse claramente que cuando los damnificados -entre ellos el actor- fueron impactados, se encontraban próximos al borde del camino, en el sector vedado.

La vocal María Rosa Molina de Caminal adhirió al primer voto, concluyendo que por las testimoniales rendidas resulta que la atribución causal dispuesta por el a quo debe mantenerse, por la entidad de la conducta desplegada por la propia víctima en el siniestro.

Minoría

El vocal Rubén Atilio Remigio votó en disidencia, opinando que espectadores van a tales eventos a disfrutar y relajarse, y no para terminar lesionados; y que ante semejante pasión de la gente, el organizador debe saber que esos desbordes ocurren comúnmente (la gente no respeta la cinta roja), debiendo tomar todas las precauciones para evitarlos, ya que la ley le exige una obligación de seguridad que implica un mayor resguardo a los espectadores por la velocidad de las pruebas y los riesgos propios de la competición.

Para el vocal, la demandada era la encargada de organizar el evento, por lo que un error del comisario a cargo de la seguridad de la zona del accidente, tolerando la ubicación de público en un lugar que se había determinado como de extremo peligro, demuestra la falta de cumplimiento de la obligación de seguridad solidaria en cabeza del ACA, por lo que desde esa óptica, estimó que devino incumplida.

Profesionalidad

Asimismo el magistrado consideró que, por la profesionalidad del organizador, debería saber que es común que las personas se resistan a ubicarse correctamente, por lo que debió prever y disponer de todos los recursos a tales fines, sobre todo brindarles a todos los miembros a cargo de la seguridad un múltiple canal de comunicación inmediata con la largada del evento a fin de evitar estos accidentes.

Remigio añadió que la suspensión del tramo debió ser inmediata cuando las personas “que no saben disfrutar de la magnitud del evento y lo que implica un Rally Mundial en el país” se ubicaron en un lugar donde no debían estar, incluso luego de la largada del primer coche.

Por lo expuesto, la minoría concluyó que la negligencia de la víctima al ubicarse en un lugar prohibido, junto a las graves fallas en la seguridad, hicieron que ambas conductas fueran concurrentes en la generación del daño, concluyendo que sería equitativo distribuir la responsabilidad en el evento dañoso, atento a tratarse de un supuesto de culpa concurrente, en 90% a cargo del ACA y en 10% a cargo del actor.