En su discurso triunfal, el ganador del balotaje pidió “no gastar energías en tomarse revanchas”. Ratificó los ejes de su campaña: pobreza cero, desarrollo y lucha contra el narcotráfico. Envió un mensaje a los países de la región y pidió el apoyo de quienes no lo votaron.
Exultante, emocionado y, por momentos, hasta carismático. A las 21.55 irrumpió en el búnker de Costa Salguero Mauricio Macri, y la militancia de Cambiemos explotó de emoción. “Yo estoy aquí porque ustedes lo han decidido”, saludó el electo presidente de la Nación.
Atado a su libreto de campaña, Macri saludó diciendo: “Yo estoy acá jugado por todos los argentinos, para ayudarlos a que cada día vivan un poco mejor y sean más felices”, matizó, entre los profusos agradecimientos a sus socios electorales, a los dirigentes de su espacio, a su familia y su esposa, y hasta a su niñera, Anita.
“Estoy representando a todos los argentinos que se preparan a esta hora para ir a trabajar mañana. A todos los que han creído que lo importante es el camino del trabajo y del esfuerzo, y de no querer sacar ventajas”, dijo el ganador del balotaje. “De no creer que el vivo es el ejemplo, ése que toma el atajo a costa del que tiene al lado. Los argentinos sabemos que el país que queremos y soñamos lo tenemos que construir juntos, compartiendo el esfuerzo”, señaló.
Sin ajustes de cuentas
Por momentos Macri pareció emocionado, por momentos jugó con la reacción de la multitud, y por momentos envió mensajes claros a quienes sostuvieron con el voto su candidatura. “Este cambio no puede detenerse en revancha o en ajustes de cuentas. Este cambio tiene que poner toda la energía y la vitalidad en construir una nueva Argentina”, señaló.
Entonces recordó los ejes discursivos de su campaña, señalando que ha venido construyendo “desde Tierra del Fuego hasta Jujuy, repitiendo la consigna de construir una Argentina con pobreza cero. La vamos a hacer juntos”, exclamó. Luego volvió a reiterar la consigna de “enfrentar y derrotar al narcotráfico”.
Con ello recordó la necesidad de no perder la vitalidad. “Toda esta vitalidad que tenemos los argentinos, debe ser puesta en función de nuestro futuro”.
También se ocupó del escenario regional, ratificando la intención de “tener buenas relaciones con todos los países de nuestros hermanos de Latinoamérica y del mundo. Queremos trabajar con todos”, sostuvo. “Sabemos que el pueblo argentino tiene mucho para aportarle al mundo y esperamos encontrar una agenda de cooperación”, añadió.
Mensajes al electorado
Dedicó una porción de su discurso para referirse a quienes no lo votaron, invitándolos a “que se sumen, ya que Argentina necesita que desarrollemos todas nuestras capacidades”.
Insistió en una posición de prudencia, al decir que el bienestar del país “no va a ser fruto de un iluminado, de uno que lo sabe todo, que tiene todas las soluciones y que resuelve todos los problemas. Eso no existe”, destacó.
Por el contrario, dijo que el desarrollo se podrá lograr “si cada uno de ustedes encuentra el camino del progreso. Yo estoy acá para ayudarlos a encontrar ese camino. Ésa es mi tarea”, arengó.
Sobre el final de su discurso, destacó que Argentina “es uno de los países del mundo con mayor espíritu emprendedor”. Y dijo que hay una razón: “Es porque nuestros abuelos cruzaron el océano sin saber con qué se iban a encontrar, y vinieron a nuestro país buscando una oportunidad, construyendo una etapa maravillosa de Argentina. Ahora nos toca a nosotros continuar esa posta”. Al cerrar, le pidió a Dios que no lo abandone “para poder ayudar a cada argentino”, e imploró a sus seguidores: “No me abandonen. Sigamos juntos porque comienza una etapa maravillosa”.
