ESCUCHARA pesar de ser argentino, Rubén Pesci es un arquitecto universal y su desvelo es el desarrollo sustentable. Este platense, presidente de Centro de Estudios y Proyectos del Ambiente (CEPA), cuenta con una vasta trayectoria en cargos públicos y privados, asesorando en cuestiones metropolitanas de provincias como Buenos Aires, donde también diseñó el proyecto privado Nordelta; o trabajando para países como México o Brasil, donde reside actualmente.
Ayer, el creador del Foro Latinoamericano de Ciencias Ambientales (Flacam), una red que agrupa a 30 universidades de la región con el fin de recuperar y consolidar la capacidad emprendedora y la innovación para proyectos de interés social y ambiental, participó del “Foro de Escenarios Futuros” organizado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Provincia para discutir temáticas trascendentales para la vida de las sociedades. En ese marco, dialogó con Comercio y Justicia. Hoy, a partir de las 11, disertará en la sede ministerial frente a científicos, profesionales y empresarios de la arquitectura y la construcción.
“Creo que mis observaciones respecto de la insustentabilidad de la ciudad actual valen para Córdoba. Conozco la enorme dispersión que están tomando los barrios cerrados, que van para todos lados; me horroriza”, advirtió en una primera impresión.
Para transitar hacia un desarrollo sustentable, Pesci propone avanzar hacia el “stepping stone”, una teoría de ocupación humana del territorio que supere la mera mirada urbanística. “La idea es que las ciudades grandes son muy difíciles de volver sustentables. Tan es así que mi teoría es que hay que desarmarlas, fragmentarlas en pedazos, a través de grandes intervenciones verdes, grandes parques salvaguardas de sus ríos, de sus barrancas, de sus bordes naturales”, explicó.
– ¿De qué manera se hace sustentable una ciudad?
– La ciudad muy grande es muy difícil de volver sustentable porque exige traslados gigantescos, se produce una anomia y una falta de identidad. Creo que tenemos que pasar a un mundo de pequeñas ciudades confederadas, como era en la Edad Media, como era el renacimiento en Italia, como la liga de ciudades hanseáticas en Holanda y Bélgica, que fueron los lugares más ricos y desarrollados del mundo. Hoy las nuevas teorías urbanísticas están demostrando que en los países donde hay pequeñas ciudades confederadas se produce la riqueza. Esto implicaría acentuar, promover la vida en las ciudades del interior y mejorar la interrelación cultural, productiva, del transporte, entre ellas.
– ¿Existen ejemplos en Latinoamérica?
– El Estado de Santa Catarina en Brasil está haciendo un esfuerzo muy grande de pequeñas ciudades con un gran sentimiento de región. Estuve trabajando mucho en México y el eje Querétaro–Distrito Federal comienza a ser un gran eje de desarrollo confederado de varias ciudades interligadas como León, Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí. En este sentido, las distancias no deberían ser superiores a los 50 kilómetros entre ciudades. Conociendo un poco la provincia de Córdoba, creo que toda la región de las sierras, incluida la ciudad tiene una capacidad fantástica para ser una región urbana confederada.
– Como arquitecto tiene una visión crítica sobre el rol de los desarrolistas, ¿qué deberían cambiar?
– Tengo muy buena relació
