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La venta minorista desaceleró su caída en septiembre con una baja de 10% interanual

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Lo indicó un relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Se destaca un incremento importante en los canales online, mientras que los negocios físicos continúan en retracción

Las ventas en los comercios minoristas retrocedieron 10% en septiembre respecto a igual mes de 2019, según el último relevamiento mensual realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

Los números informados por la entidad muestran, a la vez, una ralentización en la caída respecto a los meses previos, ya que en agosto la baja interanual fue de 17,8% en las ventas, mientras que en julio se ubicó en 27,7%.

La organización que representa a las pequeñas y medianas empresas del país, en un comunicado de prensa, señaló que “la desaceleración en la tasa de caída estuvo muy influenciada por la normalización de buena parte del comercio en la zona AMBA. De todos modos, sigue complicada, en dos años retrocedió 23%”.

“Las cantidades vendidas por los comercios minoristas pyme cayeron 10,1% en septiembre frente a igual mes de 2019, medidas en cantidades. Así, en lo que va del año acumulan un descenso anual de 27,9% que se explica por las fuertes bajas registradas a partir del inicio de la cuarentena en marzo”, precisó la entidad.

En los locales a la calle declinaron 13,7% mientras que el comercio online creció 21% en términos interanuales.

En tanto, CAME también recordó que septiembre de 2019 -luego de las elecciones primarias de agosto- fue un mes de “altos retrocesos”, ya que ese mes las ventas tuvieron una disminución anual de 14,5%.

“Así, si se compara contra septiembre de 2018, en la actualidad el comercio está vendiendo 23% menos que dos años atrás”, enfatizaron.

 

Rubros

En septiembre de este, todos los rubros comerciales marcaron retrocesos, incluso aquellos considerados esenciales como alimentos, farmacias o materiales eléctricos y ferreterías.

En el caso de alimentos, el mes finalizó con un descenso de apenas 2% anual y en farmacia, de -1,1%.

El segmento en el que las ventas vienen mejorando mes a mes es indumentaria y artículos deportivos, donde las operaciones bajaron 7,3% anual -medidas en cantidades- pero con mejoras en aquellos comercios que venden artículos vinculados a todo lo que es ejercicio (gimnasia, caminata, correr, bicicleta), situación que no sucede en los locales de artículos vinculados a deportes tradicionales.

La medición de CAME abarca a un total de 1.300 negocios de todo el país que fueron relevados entre el miércoles 30 de septiembre y el pasado sábado 3.


 

POSITIVO

El consumo con crédito y débito creció levemente

El consumo con tarjetas de crédito y débito creció levemente en septiembre en comparación con agosto, impulsado por un mayor dinamismo en la compra de bienes, aunque continúa cerca de 15% por debajo de los niveles que exhibía previo a la pandemia, según un informe del sector financiero.

En ese sentido, la recuperación del consumo que mostraron los rubros moda, deportes y juguetes, construcción, combustibles y -muy levemente- bares y restaurantes no alcanzó para que septiembre pudiera ubicarse en terreno positivo en comparación al mismo mes de 2019, pero sí para desacelerar la caída y remontar marginalmente contra agosto, menos de uno por ciento.

«Septiembre nos viene dando un poco mejor que agosto, pero la recuperación viene mucho más lenta que el rebote observado en mayo y junio. Luego del shock de oferta que trajo la pandemia y cuarentena hay que lidiar con el de demanda (recesión, desempleo, e ingresos alicaídos) para levantar», señaló Federico Forte, economista Principal del Banco BBVA, que publica semanalmente un informe sobre la dinámica de consumo con tarjetas en Argentina y otros países.

Después de un repunte en las primeras semanas del mes, septiembre cerró con caída en los indicadores de consumo en bienes y servicios, que mantuvo el promedio de descenso interanual de 15% que muestra desde julio.

La dinámica también se refleja en el consumo de combustibles que, después de un rebote inicial en abril, exhibe una cierta ralentización en su recuperación que no le permite volver aún al nivel prepandemia.

«Los datos observados de actividad confirman el estancamiento que nuestro indicador de consumo de combustible había captado durante julio y agosto. La tendencia en septiembre indicaría que la economía no logra despertar por completo, manteniendo variaciones interanuales en terreno negativo», apuntó el informe del BBVA publicado este fin de semana.

En comparación con otros países como Estados Unidos, España, Colombia, Perú y México, Argentina exhibe una recuperación del consumo con tarjetas desde el inicio de la pandemia más lenta, tanto en bienes como en servicios, pero sobre todo en este segundo rubro.

Sin embargo, el informe mostró que, luego de una mayor flexibilización de la cuarentena en la Ciudad de Buenos Aires y en los principales centros urbanos del interior del país, hubo un incremento de consumos de bares y restaurantes y de gastos relacionados con actividades deportivas.

Para el director de la consultora Focus Market, Damián Di Pace, el comportamiento del consumo en los últimos meses refleja un «efecto cruzado» producto de la pandemia, con la desaceleración de la caída de ventas minoristas en rubros como indumentaria, calzado y juguetería, que aún siguen en terreno negativo, que se combina con un fuerte crecimiento desde hace al menos tres meses en artículos para el hogar, construcción y ferretería.

«Son artículos que tienen que ver con consumo hogareño, que la gente se está dedicando mucho al hogar, a pesar de que hay mayor circulación. Evidentemente hay más tiempo disponible, además de que el Gobierno lanzó los créditos Procrear para comprar muchos de estos materiales», afirmó Di Pace.

«El dato es cruzado porque, si bien se está reabriendo la economía y haye mayor actividad industrial y de otros rubros, se empieza a sentir el efecto de la cuarentena estricta en el bolsillo, con una caída del ingreso, pérdida de empleo y muchas actividades que aún no pudieron retornar a la actividad», aseguró.


 

NEGATIVO

Advierten de que existe una acumulación de deudas que no se refleja en la situación crediticia

La normativa dispuesta en el marco de la pandemia que posterga hasta diciembre la calificación de morosidad para las personas y empresas que no puedan hacer frente a sus compromisos está generando «un efecto represa» que no permite analizar la situación crediticia actual y puede desencadenar «un gran caudal de deudas» cuando esta situación se normalice, según un informe sectorial.

El informe, elaborado por Darío Palmero, director del estudio Palmero de Belizán & Asociados, dedicada a la gestión de cobranzas, sostiene que la normativa del Banco Central de la República Argentina (BCRA) que establece que ninguna persona o empresa que caiga en mora en estos meses de aislamiento va a ser informada como morosa, «no permite ver con claridad la información crediticia actual y entender cuál es la situación real financiera».

Frente a esta situación, Palmero entendió que «cuando se abra la compuerta de esa represa que se está llenando» se va a encontrar en el sistema «un gran gran caudal de deudas que se están generando a lo largo del año».

Sobre la magnitud del problema, afirmó que «se están acumulando varias carteras de morosos con cheques rechazados y créditos impagos», y que en el caso del estudio «de los mil millones de pesos que gestionaba por mes, en enero 2021 seguramente se multiplique hasta los diez mil millones de pesos».

«Adicionalmente -aseguró-, hoy en el común de la población (pero principalmente entre la juventud) existe un grave problema: carece de educación financiera, motivo por el cual indefectiblemente entran en mora. La complejidad del panorama sin duda alguna, lejos de beneficiar esta situación, la agudiza».

Sobre las tendencias observadas en lo que va del aislamiento, el especialista destacó: «Como en muchos rubros de la economía, para la gestión de cobranza, el avance y la implementación de los medios de pago electrónicos fueron imprescindibles para la continuidad del negocio dado y representó un avance 100% hacia lo digital».

Más allá de la pandemia, también se advierte que así como hace 20 años la gestión de cobranzas se centraba en clientes de bancos y grandes empresas, «hoy el abanico de ofertas se amplió y las fuentes de financiación se diversificaron a múltiples plataformas y tarjetas de crédito o pequeños préstamos de diversa índole a disposición, incluso para personas no bancarizadas».

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