El parque impulsado a GNC es el menor en 10 años y las conversiones siguen en baja

Alcanzó en marzo 266.101 unidades, 24.380 menos que en 2023 y más de 35 mil por debajo del máximo registrado en 2022. En tanto, las conversiones -que el año pasado fueron las menores históricas- en marzo volvieron a caer. El negocio no repunta pese a que la brecha con la nafta súper se ubica en torno al 100%

El parque automotor impulsado a Gas Natural Comprimido (GNC) en la provincia de Córdoba alcanzó en marzo pasado 266.101 unidades, la cifra más baja desde octubre de 2014.

En la misma línea, el traspaso de vehículos a GNC llegó en el tercer mes del año a sólo 666 unidades, 14,7% menor al año pasado y en los valores históricos más bajos desde que el Enargas mide la serie, desde 1998.

Los datos -relevados por Comercio y Justicia - muestran que el negocio sigue sin repuntar pese al fortísimo aumento de los combustibles líquidos particularmente tras la devaluación de diciembre.

Los expendedores de GNC -pero fundamentalmente los instaladores de equipos,-advertían allá por septiembre pasado en una nota publicada por este medio que, si bien 2023 iba a ser el peor año histórico en el nivel de conversiones, esa situación se iba a revertir cuando se sincerara el precio de los combustibles líquidos, frenado durante la gestión de Alberto Fernández.

De hecho, en aquel momento, la nafta súper de YPF costaba apenas 60% más que el metro cúbico de GNC, la menor brecha en las últimas décadas.

Efectivamente, tras la asunción de Javier Milei y la megadevaluación de diciembre, los combustibles líquidos subieron de manera contundente. Sin embargo, también el GNC aumentó, si bien es cierto que no lo hizo en la misma proporción.

De hecho, hoy el litro de súper ronda los mil pesos e incluso por encima, dependiendo de la petrolera, mientras que el GNC en la ciudad de Córdoba se consigue a entre 470 y 500 pesos.

Concretamente, en la actualidad, tomando como referencia la nafta súper de la petrolera estatal YPF en la ciudad de Córdoba, la distancia es de sólo 60% respecto al GNC.

¿Por qué entonces no repunta el negocio? Si bien los precios de los combustibles líquidos golpearon de lleno los costos, tanto de un automovilista en particular como del transporte en general -de hecho, el expendio de nafta premium cayó hasta 50% por el traspaso a súper-, esa situación no se vió reflejada en un aumento en la conversión de vehículos a gas.

La crisis llevó a que, aunque el costo de la instalación de equipos haya subido menos que la inflación, igualmente representa una inversión que muchos no están dispuestos a afrontar ya sea por lo oneroso o porque la amortización paso de unos pocos meses a un año o más, dependiendo del kilometraje que se realice por mes.

Paralelamente, la aparición de vehículos de baja cilindrada con motores cada vez más eficientes, desincentiva la colocación de un equipo que, en definitiva, es un elemento “extraño” a la unidad original.

Los números

Segúb los datos informados por el Enargas, en marzo pasado, la flota impulsada a GNC llegó a 266.101 unidades, ocho mil menos que en febrero último y casi 25 mil por debajo de un año atrás.

En tanto, si la comparación es con el máximo histórico constatado en mayo de 2022, la caída supera los 35 mil vehículos. Entonces, el registro era de 301.608 unidades.

En los años anteriores, la cifra se ubicó siempre entre los 280 y los 290 mil, con picos de hasta 294.742 en 2016.

Hay que remontarse a octubre de 2014 para encontrar una cifra inferior a la de marzo pasado.

Obviamente, eran años en los que el parque impulsado a GNC crecía mes a mes de manera ininterrumpida.

De hecho, en septiembre de 2014 se produjo el récord de conversiones. Fueron 4.654 en la provincia de Córdoba, muy por encima de las apenas 666 constatadas en marzo de este año.

¿Naftas atrasadas?

Bajo la política de internacionalizar el litro de combustible local, el sector advirtió en las últimas horas un abaratamiento de los precios del 12% respecto de los valores alcanzados en enero.

Sin embargo, el contexto indica que alcanzar precios de mercado podría ser posible recién en el tercer o cuarto trimestre del año.

La última suba de combustibles se produjo a principios de la semana pasada al aportar otro 4,6% en promedio a escala nacional.

En el marco del reacomodamiento de precios, la recomposición del sector fue marcada. En cuatro meses, acumularon incrementos en 196%.

Sin embargo, se observa que los dos últimos aumentos previos al de abril, correspondientes a marzo y febrero, corrieron por debajo de la inflación, con subas de 6,5% y 7,5%.

Esto lleva a concluir, según la consultora Economía y Energía, que a lo largo de los últimos dos meses los combustibles se abarataron 12% en términos reales respecto a los valores que habían alcanzado en enero de este año. La estimación no tiene en cuenta la última suba de la nafta.

Que los combustibles queden retrasados frente a la inflación aporta a la desaceleración de los precios en general pero no satisface a las petroleras que apuntan a que el valor acompañe la cotización internacional del petróleo.

Es que la propia consultora admite que la posibilidad de alcanzar un precio de paridad de exportación para el crudo “se alejó”, no sólo por el abaratamiento de los combustibles en el mercado local, sino también por la suba en el mercado internacional.