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Una reforma positiva tanto para la Justicia provincial como para la federal

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Para el funcionario, la desfederalización de los delitos de venta minorista de droga agilizaron los procedimientos judiciales. Auguró que también permitirá al fuero federal abocarse al narcotraficante de mayor envergadura.

Desde hace siete años, Maximiliano Hairabedián ejerce como fiscal en la Justicia federal de Córdoba y desde ese momento hasta la feha instruido numerosas causas relacionadas con el narcotráfico, de mayor o menor envergadura. Transcurridos tres meses de la desfederalización de los delitos de venta al menudeo de droga, Comercio y Justicia dialogó con Hairabedián, quien hizo un análisis de la incidencia de esta ley tanto en fuero federal como en la Justicia provincial de Córdoba. Aquí algunos extractos de la entrevista que brindó en exclusiva a este medio.

– ¿Qué evaluación Ud. hace a tres meses de la desfederalización de los delitos de venta de droga al menudeo?
– A poco de andar creo que la reforma ha sido positiva tanto en lo que hace a la persecusión e investigación del narcomenudeo como también en lo que atañe a perseguir los delitos de mayor gravedad, que son los que se ha quedado la Justicia federal. En orden a la venta de droga minorista, se ha notado un notorio avance en la agilidad de los procedimientos, sobre todo esto se ve con mayor fortaleza en el interior de la provincia. Esto se debe principalmente a que se ha implementado el denominado plan piloto, que es un procedimiento que permite obtener la culminación de un proceso en un tiempo mucho menor que en los procesos tradicionales. Además, el hecho de que la Justicia de la provincia esté suficientemente extendida, con fiscales en todo el interior, permite una cercanía entre la problemática y los operadores judiciales que redunda en muchos beneficios: un mayor conocimiento del lugar, una mejor apreciación de las pruebas, una mayor rápidez de las investigaciones, menores costos, etc. Por citar un ejemplo, antes, si una investigación de droga de Traslasierra requería una orden de allanamiento, una intervención telefónica o cualquier diligencia, se debía pedirlo al juzgado federal de Córdoba. Era una locura estar investigando un delito de droga, que a veces requería acciones judiciales rápidas, en un lugar que está a tres horas de la ciudad de Córdoba.

Por otra parte, creo que es muy positivo que los fiscales de la provincia hayan tomado con mucho entusiasmo este desafío que se asignó por una decisión política. Cuando se sancionó la ley, yo pensé que el tema iba a ser tomado con muy mala gana, no por nada en particular, sino por la mala predisposición que suele haber cuando a alguien de «arriba» le «encajan» un trabajo que nunca pidió y que encima lo vienen a recargar más de lo que está. Sin embargo, me equivoqué y esto es muy positivo. Sí reconozco que hay quejas de los defensores, que al menos refieren que estos cambios ha dado más severidad a los vendedores de droga al menudeo. La frase que anda dando vuelta entre ellos es que «nadie sale», esto es una frase que simplifica la respuesta pero que grafica una queja de la defensa en orden a un mayor rigor de la respuesta penal que puede tener la Justicia provincial.

– ¿Y qué efectos produjo en la Justicia federal?
– También la ha beneficiado porque, al sacarle el “chiquitaje”, que en números era mucho, permite volcar los esfuerzos a las causas de los narcotraficantes más grandes. Para esto es indispensable que los organismos de la investigación -Policía de la Provincia, Policía Federal, Gendarmería- no vuelquen la mayor parte de sus esfuerzos a combatir el narcomenudeo sino que haya un esfuerzo compartido en atacar también a las cadenas superiores del narcotráfico.

– ¿Hay quienes hacen la crítica de que con esta política sólo se investiga al pequeño vendedor de drogas y no se persigue a otros eslabones de la cadena. ¿Coincide con esas apreciaciones?
-A veces se quiere simplificar la cuestión diciendo que sólo hay que atacar el narcotráfico de mayor escala sin prestarle tanta atención al que se realiza a menor escala; creo que esta estrategia es errada, hay que atacar todos los eslabones de la cadena. Además, no hay que desmerecer el perjuicio social que causa la venta al menudeo. A nadie le gusta tener un vendedor de droga cerca de su casa y menos si tiene hijos menores de edad. En este sentido, creo que ha sido acertada la decisión de darle mayor eficacia a la persecusión de este fenómeno considerado menor.

– ¿Y cómo se hace para perseguir a los “grandes narcotraficantes”?
-La investigación de los delitos de narcotráfico requieren de una extensa investigación de calle, el narcotráfico no es un delito que se investiga desde una escritorio, la Justicia por sí misma, sin la ayuda policial, puede ser eficiente para investigar un fraude bancario pero no un homicidio o los delitos de droga. El brazo por el cual el Ministerio Público puede perseguir estos delitos es ineludiblemente la policía. Tras la desfederalización, lo correcto es que las fuerzas federales vuelquen todos sus esfuerzos en la investigación del narcotráfico federal de mayor escala. La Policía Federal y la Gendarmería ya no tendrían que dedicar ningún esfuerzo a lo que es un tema provincial, porque son fuerzas federales. Ya hay fiscales instruyendo a la Policía Federal en ese sentido.

– ¿Puede afirmar entonces que a corto plazo podrán verse en el banquillo de los acusados narcotráficantes de mayor envergadura?
– En los últimos tiempos se han incrementado los casos de secuestro de drogas en mayores cantidades y de detenciones y procesamientos de narcotraficantes con mayores responsabilidades. Obviamente siempre es poco pero se nota un importante progreso en este sentido.

– ¿Qué evaluación hace del fenómeno de la droga en la provincia?
– El fenómeno ha ido mutando a cuestiones más peligrosas. Por ejemplo, antes venía el clorhidrato de cocaína y a lo sumo acá se lo cortaba, ahora se ve muchísimo el ingreso de pasta base que es cocinada y transformada, aquí en Córdoba, en clorhidrato de cocaína. Antes era poco común que alguien supiera cocinar, hoy en día parece que cualquiera cocina. Se ha visto acrecentada la cantidad de drogas en las causas, el precio y las ganancias. Se aprecia una delincuencia violenta que ha ido surgiendo en forma colateral al fenómeno de la droga, traducida en narcosecuestros, muchos que ni siquiera llegan al conocimiento de las autoridades.

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