miércoles 8, mayo 2024
El tiempo - Tutiempo.net
miércoles 8, mayo 2024

Los pronósticos sobre la economía argentina en 2017

Por Salvador Treber. Exclusivo para Comercio y Justicia
ESCUCHAR

El Fondo Monetario Internacional ha retornado a la elaboración de los informes anuales en nuestro país, los cuales se habían interrumpido a inicios de 2006, cuando se canceló en un solo pago la deuda total de US$9.850 millones, y comienza nuevamente a hacer incisivas “sugerencias”

Por Salvador Treber

A fines de octubre de 2010 la población de nuestro país llegó a 40 millones de habitantes y las proyecciones señalan que ,al término del año 2056, aunque un ritmo cada vez menor, seguirá creciendo hasta llegar a 56,3 millones; pero si no se adoptan medidas al respecto, desde entonces hasta fin del presente siglo, se reducirá a sólo 49,7 millones. Según las estimaciones oficiales, al 30 de octubre de 2016, la población argentina era de aproximadamente 43,7 millones de los cuales 20,2 millones (46,3%) correspondían a la población económicamente activa. De ella, 1,7 millón son desocupados absolutos y 14,2 millones revistan como asalariados.
Debe tenerse muy presente la relevancia que tiene la situación de “informalidad”, no incorporados a los registros o habitualmente identificados como “personal en negro” que representan un tercio de los empleados en relación de dependencia (33,8%); proporción que varía según la respectiva región. En el NOA y el Gran Buenos Aires superan esa proporción media y coinciden con ella en Cuyo, el NEA y el área Pampeana; mientras en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desciende al 24,6% y en la Patagónica se da la expresión más baja con 17,5%.
La primera visita del FMI ocurrió en octubre pasado, después de diez años de haberse interrumpido por decisión del Gobierno argentino. Luego se reiteraron en otras dos oportunidades casi inmediatas y consecutivas desde que se reanudaron las misiones de sus técnicos a nuestro país. La visita inicial citada fue posterior a la adopción de una serie de medidas que comenzó con una macrodevaluación, la eliminación y/o reducción de derechos de exportación y el comienzo de un acelerado proceso de incrementos en el nivel general de precios vinculados a sensibles actualizaciones en todos los servicios públicos; en especial agua, gas y electricidad. Para 2017, dicha entidad elaboró un primer pronóstico en que estimaban se concretaría un incremento del Producto Bruto Interno (PBI) de 2,7%; en abierta disidencia con el 3,9% que usaron los funcionarios nacionales del Ministerio de Hacienda y Finanzas para elaborar el respectivo Presupuesto de la Administración Pública Nacional para el año en curso.

Las revisiones que modifican anteriores estimaciones
En el transcurso de la segunda visita procedieron a comunicar que habían corregido a la baja la expectativa de crecimiento de 2017; lo cual notificaron luego de revisar sus propias elaboraciones y contrastarlas con lo que ahora creen que la tasa más probable de crecimiento del producto será de sólo 2,2%. Debe recordarse al efecto que el Indec ha establecido que en 2016 el mencionado indicador fue de -2,3%, constituyéndose en el primer ejercicio de signo negativo al cabo de 14 años (2003-16). El FMI tampoco coincide con el pronóstico oficial sobre la evolución que exhibirá el incremento general de precios que, para la elaboración del precitado presupuesto, el Gobierno estimó en 17%.
Lo referido en primer término esta desarrollado en el informe sobre Perspectivas económicas para América Latina y el Caribe que presentó en Washington Alejandro Werner, director del ente para dicha región. Con tono muy medido y diplomático dejó expuestas las disidencias del organismo, aunque admitió que descenderá muy “considerablemente” el índice de precios, pero se abstuvieron de “dar números” ciertos y sólo se circunscribió a mencionar que se colocarán “levemente por encima” de los pronósticos oficiales. Al ser requeridos por las diferencias y omisiones prefirieron señalar que tales tareas son verdaderos desafíos en “pronosticar el crecimiento de una economía como la de Argentina”.
Explicaron al efecto que nuestro país está pasando por “un proceso de transformación importante” cuya correcta evaluación conlleva un serio riesgo; argumento éste con el cual lograron obviar responder concretamente dicho interrogante. En la misma línea pretendieron aclarar que “las autoridades de los países tienen mayor conocimiento de los detalles de la actividad económica local, de la implementación de proyectos de políticas en los próximos doce meses y un mejor pulso del sentimiento económico de las empresas, los consumidores, etc”. Pese a esas consideraciones subrayaron que, basados en la visión internacional que ellos aportan, sostienen: “Nuestros pronósticos se ven alimentados por un mayor conocimiento de detalles de la economía internacional y una perspectiva de otras economías que pasaron por procesos similares”.
También advirtieron que a partir del 8 de noviembre pasado, el escenario internacional ha variado debido a la elección de Donald Trump en Estados Unidos. Antes de este acontecimiento, para nada previsible, el FMI calculó que la caída del producto bruto argentino para 2016 sería de 1,8% y que reaccionaría en 2017, registrando un tasa de 2,8% pero rápidamente corrigieron ambos porcentajes a la baja. Como curiosidad cabe subrayar que les satisface la concreción del llamado “blanqueo de capitales”. Dicen al respecto que esperan “que los resultados satisfactorios de la amnistía estimulen en cierta medida la demanda interna”.

Otras disidencias
No admiten explícitamente y hacen una acerba crítica porque los fondos así captados sólo hayan servido sólo para cubrir parcialmente el pronunciado desequilibrio presupuestario de 2016 y no aplicados a financiar nuevas inversiones. Se trata del noveno “blanqueo” desde 1956; nunca generaron efectos positivos, salvo reforzar transitoriamente la caja de la Tesorería. En dicho país creen que se generaría un mayor ritmo de crecimiento del producto pero también de la inflación, lo cual restaría corrientes inversoras dirigidas a toda a América Latina. Específicamente referidos en ese aspecto a Argentina, consideran que “el ritmo de contracción de la actividad económica disminuyó en el segundo semestre de 2016 pero para este año se proyecta un repunte del PBI real”.
En este aspecto señalan que ello se verificará a medida que los mayores salarios en términos reales aviven el consumo, la mayor demanda externa estimule las exportaciones y la inversión pública aumente.” pese a que en el último trimestre de 2016 obligaron a hacer sendas correcciones que quedaron fijadas en -2,4% (2016) seguido de +2,2% (2017). Hasta donde se conoce, las actualizaciones en los niveles de salarios concertados, en el mejor de los casos cubrirá sólo el incremento operado en el nivel de precios pero persisten muchas disidencias y reserva que no han logrado ser compensadas, la cantidad de desocupados crecieron durante el último año en todo el país creció en 1,12 millón que, en general, no logran acceder a otro trabajo, salvo las “changas”, esporádicas e irregulares.
En el caso de los “trabajadores en negro”, que superan holgadamente cuatro millones, éstos afrontan 20,4% de los conflictos que se suscitan (uno de cada cinco) y su número en vez de bajar crece en forma incesante. Debe recordarse que carecen de obra social y tampoco están registrados en función de una jubilación; lo cual les ocasiona una sensación de incertidumbre hacia un incierto futuro. Por supuesto, el mayor interrogante se traslada sólo temporalmente hacia adelante, amenazando estallar como si fuera una “bomba de tiempo” cuando por cualquier causa no estén en condiciones de trabajar. Durante los últimos tres años esta situación se agravó pues se ha multiplicado su proporción sobre el total de asalariados.

Otro de los aspectos más preocupantes es que en la mayoría de los sectores no sólo se ha hecho imposible recuperar satisfactoriamente lo que “devora” la inflación sino que las respuestas oficiales están siempre bastante por debajo de los índices de devaluación, incluso donde el Estado ejerce la función de patronal (vgr. los docentes públicos de los tres niveles). En el caso especial de la ciudad de Buenos Aires creció la desocupación de 5,8% a 8% y, además, el empleo informal pasó de representar 24% a 27,1%, según lo informa la Dirección de Estadísticas local pues pasaron de 115,7 miles a 136,6 miles desde fines de 2015 al 2016. Ese incremento de 20,9 miles fue en esta circunstancia la causa por la cual el numero de ocupados virtualmente no ha variado.
Por su parte, la subocupación pasó de 8,8% a 9,2% y lo ha hecho en mayor medida operando sobre la franja “en negro” con jornadas reducidas que, en promedio, no son superiores a cinco horas diarias mientras las remuneraciones son 28,5% inferiores por hora. Existen alrededor de 300 mil trabajadores informales en esta jurisdicción que generan una “plusvalía” adicional a sus empleadores. Otro lugar del país muy crítico es la provincia sureña de Tierra del Fuego, donde la apertura al ingreso de bienes importados no sólo disminuyó las ventas locales de productos argentinos en 42,4% sino que obligó a cesar su gestión a nada menos que 118 empresas pequeñas y medianas, hasta el momento.
En cuanto al desempleo, en promedio, llega a 9,3% y abarca por lo menos a 1,65 millones de personas que buscan trabajo aunque las mujeres en esa situación alcanzan 10,5% mientras en el respectivo colectivo de varones esa proporción es menor (8,5%). En los subocupados, 11,1%, trabaja pocas horas aunque desearía hacerlo en un horario más amplio. Si se analiza por franjas de edades se constata que 16,6% del total de varones hasta 29 años y 22,3% de las mujeres menores de edad sufren largos y reiterados períodos de desocupación. Esta situación suele ser muy deprimente y cuando se extiende temporalmente impulsa con frecuencia a que se sumen al segmento conocido como “ni-ni”, llamado así porque ni estudian ni trabajan, que en Argentina supera un millón de personas.
El escenario de la economía argentina en el año en curso es probable que, tal como estima el FMI, registre una suave recuperación. Pero el principal obstáculo para una mayor reactivación en nivel depende de que también se reactiven las actividades en toda Sudamérica, en especial por parte de Brasil, que sufre por tercer año consecutivo la peor crisis socio-económica de los últimos 60 años.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Leé también

Más populares

¡Bienvenid@ de nuevo!

Iniciá sesión con tu usuario

Recuperar contraseña

Ingresá tu usuario o email para restablecer tu contraseña.

Are you sure want to unlock this post?
Unlock left : 0
Are you sure want to cancel subscription?