Diamantes, un activo en el que se subasta la conciencia

Los grandes medios de comunicación no se atreven a decir la verdad sobre la guerra. Desde tiempos inmemoriales sus grandes teóricos señalaron la existencia de socios ocultos que alentaron la casta de los guerreros para que se alzaran en el poder. Los medios se conformaron con pasar el cepillo y alzarse con ganancias extraordinarias.

Se aprovecharon así del estado de extrema necesidad de la población sometida a invasiones de ejércitos que asesinan, violan y matan. Bombardeos espantosos que no sólo buscan quebrar la economía de la nación agredida sino someter y quebrar la moral de la población agredida.

Por cercanía y fama, es posible observar tales consecuencias en la guerra en Ucrania. Todo es volátil. Los empresarios de la muerte crean climas aún más inestables. Agitaciones que les permiten multiplicar dos, tres o cien veces el valor del agua potable, los alimentos, los medicamentos y el abrigo, así como el de los costosos petróleo y gas.

¿Cuándo entenderemos los motivos subyacentes en los conflictos que explotan en cualquier rincón del globo? ¿A quiénes sirven los nacionalismos que claman acabar con las naciones vecinas y los pueblos en tránsito forzoso por el hambre y las guerras?

¿Quiénes están detrás de la fiebre de diamantes que sacude, una vez más, a Sudáfrica -y toda el África Negra-, que ha profundizado la grieta racial que divide desde siempre a los sudafricanos?

Insistimos en un concepto: ¿quiénes están detrás del racismo que enmarca el conflicto social sudafricano? ¿Las religiones que olvidan su misión y tienen intereses en la compraventa de armas o justifican la pobreza y explotación con promesas de redención en el más allá?

Pruebas al canto. El precio de la hora de trabajo en los socavones es diferente para blancos y negros. También lo es para nativos y extranjeros. El látigo (que los iguala), la tortura y la muerte son los incentivos a los que se apela para incrementar la producción.

Organizaciones humanitarias desplegadas en la región aseguran que su compromiso no sólo busca humanizar el trabajo sino lograr salarios más justos; y que ellos sean de libre disponibilidad por los trabajadores.

Más allá de estas cuestiones tan primarias y de justicia social, que las patronales evitan discutir, se busca asegurar la estabilidad económica del país y la de las pequeñas comunidades que son expoliadas por comerciantes inescrupulosos `que venden alimentos en mal estado o contaminados, tal como denuncia la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, más conocida como FAO.

El plan propuesto por la Cruz Roja, junto a otras organizaciones humanitarias, contempla facilitar un tránsito tranquilo entre un pasado oprobioso y una sociedad que -aparentemente- será más justa. Para ello es necesaria una fuerte reducción en los gastos de administración del Estado, la anulación de los costos de gestoría y asesoramiento externo, como también una fortísima reducción de las canonjías de que goza la clase política y el alto costo de la corrupción heredada de los tiempos en que gobernaban los bóeres y la implantación del apartheid .

Ante ese panorama, las empresas multinacionales que dominan el negocio de los diamantes están de parabienes. Mucho más cuando la producción y la venta han alcanzado los niveles anteriores a la pandemia.

En 2021 festejaron las ventas hechas en el Año Nuevo Chino y en el Día de San Valentín, dos momentos que marcan los ingresos anuales del sector.

Tanto fue el flujo y la expansión de negocios, que se derramaron hasta en zonas que se consideraban marginales. Los planes de ahorro previo siempre han impulsado la compra de joyas con diamantes. Como también el de reventa de joyas.

Los comerciantes minoristas online estuvieron de parabienes, según leemos en páginas especializadas. Experimentaron un crecimiento superlativo de ventas en Asia Central, África y América Latina.

Se cree que los compradores fueron los poseedores de fortunas de dudosa legitimidad, que lavaron online miles de millones de dólares. Tantos que durante la segunda mitad de 2021 y principios de 2022 los joyeros de Amberes, en Flandes, se vieron atiborrados de pedidos.

Esta fuerte demanda de joyas de diamantes se tradujo en un crecimiento casi abismal de los precios. El aumento fue por “cuestiones estacionales”, explicó el vicepresidente para América del Sur de la Casa Bain & Company, con sede central en la ciudad de Amberes.

Por primera vez en varios años -explicó a esta columna otro gestor de negocios en diamantes- no hubo escasez de financiación de éstos. Pero la prostitución VIP no mantuvo su nivel histórico. “Este segmento de ventas estalla con habitualidad. Quizás su retracción se debió a la pandemia”.

Con más liquidez -abundó la fuente-, los operadores intermedios pasaron a vender en efectivo. Disminuyeron su dependencia de los préstamos bancarios y, así, reinvirtieron sus beneficios en el negocio.

Las instituciones financieras, a pesar de ello, ampliaron el portafolio a los planes de “ahorro y préstamo”, que olvidan preguntar por el origen del dinero.

Es menester volver al centro de la cuestión. El prefacio de un informe confidencial dirigido a la Bolsa de Metales de Londres sorprende con algunos números allí volcados.

“Combinados, los actores mineros y minoristas generaron 7.000 millones de dólares más de beneficios en 2021 en comparación con 2020. Esto fue el resultado de la mejora de las condiciones del mercado y de los programas de excelencia operativa que la industria emprendió para combatir los cierres y las amenazas de la competencia. El downstream también se benefició del crecimiento en las regiones más rentables, y un aumento de las compras en línea contribuyó a una rotación de inventario más rápido y menores costos operativos”.

“Se espera que la demanda de joyas de diamantes y de diamantes pulidos y en bruto siga creciendo hasta la primera mitad de 2022. El mercado anticipa una fuerte temporada de vacaciones, el fortalecimiento de la confianza del consumidor en los principales mercados y una oferta limitada de diamantes en bruto. A medio plazo, la demanda podría verse afectada por las políticas gubernamentales en torno a los estímulos económicos y las restricciones a los viajes, incluidos los cierres por la actual situación de epidemia. A pesar de ello, se espera que en 2022 el mercado muestre un crecimiento superior al del periodo prepandémico y que vuelva a su ritmo de crecimiento histórico en 2023-24”.

En el mercado argentino del diamante -que también ha crecido en forma notable- circula una recomendación no escrita. Se deben seguir aplicando programas de excelencia operativa, invertir en tecnología y avanzar en los conceptos de marketing y en la propuesta de valor de la joyería de diamantes para prepararse para posibles cambios en las condiciones del mercado.

Un viejo joyero, ya retirado, amante de las confidencias en un pequeño bar de la Galería Central, celebra la llegada de las elecciones. “Estos periodos -se entusiasmaba- son excelentes para buenos negocios. Se debe visitar a los nuevos (candidatos) para enseñarles cómo hacer negocios. Hay que explicarles que no debe notarse demasiado su incremento patrimonial. Las joyas y diamantes son la mejor inversión. Lástima que hace años murieron dos excelentes intermediarios. Uno radical y el otro peronista. Los que llegan son demasiado torpes y chabacanos”.