La compra de inmuebles continúa siendo el resguardo más elegido por los inversores, a pesar de la incertidumbre ocasionada por el conflicto con el campo, la que agregó cautela a las decisiones.
Las operaciones de bienes inmuebles en Córdoba siguen a buen ritmo, indicaron a Comercio y Justicia referentes del sector, aunque recordaron que la cantidad de consultas mermaron durante los días del paro agrario. “El sector que más se favorece en estos momentos es el inmobiliario. Después del crack del 2001, el ahorro inmobiliario vino para quedarse porque la gente no se va a volcar a los bancos por más que salgan a ofrecer mejores tasas. El pequeño ahorrista sigue en este negocio, no se juega ni en la Bolsa, ni en los títulos”, aseguró Sergio Villella, presidente de la inmobiliaria homónima.
Coincidió el gerente general de JB Srur, Fernando Testa, quien señaló que frente a la “situación económica y política actual no hay demasiadas opciones para el que tiene excedentes”. “No hay opciones en el mercado financiero y el dólar no es una moneda de resguardo ante la inflación, entonces el inmueble asegura la integridad del patrimonio”, ratificó Testa.
En ese orden, los especialistas vaticinan que el mercado inmobiliario continuará en alza, impulsado por un marcado equilibrio entre la oferta y la demanda.
“Nadie ha salido a construir por demás, no veo constructores comprometidos con más metros de los que la oferta pueda absorber”, corroboró Villella, quien añadió que el sector desarrollista se encuentra sólido y profesionalizado.
En comparación al año pasado, Testa advierte un leve amesetamiento en la construcción. “Los constructores de productos están más cautos porque los márgenes se están reduciendo. El costo de la tierra sigue creciendo y la inflación se traslada a los precios, disminuyendo la rentabilidad”, explicó el gerente, quien observa “mesura y calma en el constructor”.
Según el gerente de JB Srur, comprar un departamento ‘en pozo’ hace un año atrás, dejaba una rentabilidad de entre un 30 y un 40 por ciento, y en la actualidad, es un poco menor, de entre el 25 y el 30 por ciento. “A pesar de la reducción, la rentabilidad en este negocio, siempre va a ser positiva”, aseguró Testa. “El inmueble es el único activo que seguirá estando hacia arriba, más moderado que el año pasado y a pesar de las crisis externas o internas”, confió.
No obstante, como consecuencia de una disminución en la rentabilidad, el negocio comienza a depurarse y tienden a desaparecer los pequeños grupos ocasionales que se asocian para construir edificios, y permanecen los operadores consolidados en el mercado de la edificación. Según Testa, esta situación anticipa una retracción en la oferta y con ello, un horizonte de precios firmes.
Precios al ritmo
“Habrá un acomodamiento de precios en departamentos y oficinas por dos motivos, la inflación y la menor oferta”, precisó Testa.
Los precios de los emprendimientos acompañarán el ritmo de la inflación, según remarcó Villella. “Tanto para los desarrollistas como para las inmobiliarias, las formaciones de precios vienen dadas por el aumento de la mano de obra y de los insumos”, aclaró.
Se pueden observar valores reales más altos en edificios o emprendimientos dotados de algunas c