ESCUCHARPese a que el consumo de helado artersanal se ha duplicado en los últimos diez años, durante ese período las nuevas aperturas de heladerías de este tipo se han frenado debido a múltiples factores.
“En el interior, el mercado está muy bastardeado por la gran competencia de precios que existe por parte de heladerías de otros formatos que nivelan para abajo, a lo que se suma que muchas bocas tradicionales cierran porque las nuevas generaciones no desean continuar con la actividad iniciada por los primeros heladeros artesanales, principalmente provenientes de Italia”, comentó a Comercio y Justicia Gabriel Fama, presidente de la Asociación Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (AFADHYA).
El factor económico es predominante y si bien Fama explicó que el público ha aprendido a valorar al helado artesanal por sus condiciones de calidad, nutrición y fuente de vitaminas y proteínas, también entiende que en muchos casos el precio es limitante. “El cliente que puede paga la relación precio y calidad, pero al que no le alcanza, aunque lo valore, no lo paga”, apuntó.
Por ese motivo, la asociación se hace campañas de difusión y promoción de los productos. Por ejemplo, desde el lunes y hasta el domingo se desarrolla la Semana del Auténtico Helado Artesanal, en la que hay descuentos de 50% en productos, sorteos en las redes sociales y donaciones de helado artesanal.
Sin techo
No obstante, pese a la coyuntura del momento, el mercado tiene potencial para seguir creciendo. En diez años, el consumo per cápita se duplicó, llegando a la actualidad a más de siete kilogramos por persona por año. Además, los países que más consumo registran, como Alemania, lo hacen en el orden de 20 kilogramos por persona por año.
“Hay mucho por cubrir; pese al amesetamiento momentáneo, se han observado nuevas aperturas, y un cierto dinamismo (bajas y altas) en estos últimos años”, consideró Fama.
Las causas que han impulsado ese crecimiento no han sido sólo un mayor reconocimiento del producto sino también el hecho de que su consumo se ha extendido también al invierno, por las altas temperaturas que se han vivido durante esa estación en los últimos cinco años. “Desde la asociación venimos trabajando mucho para que haya consumo a lo largo de todo el año, sobre la base de un producto con ingredientes primera calidad”, apuntó el directivo.
En ese trayecto, el formato de las heladerías artesanales ha ido mutando. “Quedan pocas de las que son atendidas por los mismos dueños, que elaboran y venden a la vista, abren y cierran ellos mismos. Sucede que por las actuales leyes de trabajo – que en muchas ocasiones son desfavorables a los dueños- éstos prefieren no contratar empleados, lo que implica un gran esfuerzo en tiempo y dedicación que los lleva a terminar cansados y a abandonar la actividad”, comentó Fama.
