Validan liquidación en juicio de divorcio al no exponer error del tribunal

Pese a que no se le corrió vista de la reformulación de la planilla al impugnante, éste -al presentar la casación- no expuso qué falla concreta existió en el nuevo cálculo efectuado que le produzca un perjuicio concreto, que no sea la impugnación por la mera disconformidad

El Tribunal Superior de Justicia de Córdoba (TSJ) rechazó un recurso directo y confirmó la denegatoria de casación resuelta por una Cámara de Familia, al validar que el recurrente omitió indicar cuál es el error del pronunciamiento impugnado, que aprobó la liquidación final en un juicio de divorcio a fin de que quede demostrada la causa determinante y el interés en obtener la nulidad cuya declaración pretendió.[privado]

El impugnante confrontó la decisión del tribunal a quo, señalando que la Cámara de Familia defiende su resolución, para lo cual se conduce y comporta como juzgador de su propia decisión en el aspecto sustancial, al afirmar dogmáticamente la eventual carencia de interés para recurrir por parte de su mandante, conducta que de manera expresa le resulta vedada.

El casacionista expone que la Cámara de Familia no tuvo en cuenta que el fundamento del recurso de apelación radicó -esencialmente- en la falta de oportunidad procesal para ser escuchado con violación al debido proceso, ya que su parte fue notificado en un mismo acto procesal de la aprobación de liquidación realizada mediante decreto; sin que el auto interlocutorio dictado por el juez de Familia estuviera firme y consentido.

Agregó igualmente el impugnante que tampoco se le dio la oportunidad procesal -con posterioridad- para ejercer su derecho ante el embate patrimonial, incurriendo en violación a su derecho de defensa al considerar “absolutamente extemporáneo” la impugnación a la planilla.

En vista de esta controversia, el TSJ integrado por los vocales María Marta Cáceres de Bolatti, Domingo Juan Sesin, María de las Mercedes Blanc Gerzicich de Arabel , al analizar la denegatoria de casación efectuada por la Cámara de Familia, sostuvo que ésta precisó claramente los motivos por los cuales se desestimaron los vicios denunciados, dando adecuada respuesta a todas y cada las censuras incoadas.

Perjuicio

Así, precisó el Alto Cuerpo que la Cámara claramente expuso que el recurrente no expresó ningún perjuicio concreto que le cause la aprobación de la planilla reformulada y ello importa un límite a la actuación de la alzada.

El Alto Cuerpo concluyó que el recurrente se limitó a presentar una mera disconformidad con una decisión que finalmente le resultó adversa.

En ese contexto, los vocales argumentaron que no era suficiente “argumentar que se había omitido correr vista de la planilla reformulada, pues ese sólo defecto no alcanzaba para provocar la revocación del pronunciamiento sino que era necesario invocar algún agravio concreto; más lo cierto es que no habiendo denunciado yerros de cálculo y resultando -a esa altura- extemporánea cualquier alegación de supuestas caducidades, se evidenció la ausencia de fundamento de la queja, lo que propició su rechazo”.

En ese orden de ideas, el Alto Cuerpo concluyó que el recurrente se limitó a presentar una mera disconformidad con una decisión que finalmente le resultó adversa.

Así, los magistrados recordaron que en nuestro sistema la admisibilidad de cualquier vía recursiva requiere, insoslayablemente, que la impugnación contenga un ataque de los fundamentos del pronunciamiento opugnado y una referencia a los errores que lo viciarían.

Omisión

En esa dirección, el Máximo Tribunal provincial destacó que el recurrente omite indicar cuál es el error de cálculo que se le endilga al pronunciamiento impugnado, para que de tal manera quede demostrada la causa determinante y el interés en obtener la nulidad cuya declaración pretende.

De lo expuesto, se derivó el TSJ que las censuras expuestas por el impugnante lejos de poner de manifiesto la configuración de irregularidades formales susceptibles de ser intervenidas por la hipótesis elegida, se circunscriben a cuestionar el valor intrínseco del pronunciamiento, usando la vía extraordinaria y de excepción como si se tratara de una apelación ordinaria, lo que en modo alguno puede ser admitido.

En definitiva, en el fallo se resolvió que el recurso ha sido correctamente denegado, por lo que corresponde desestimar la queja y declarar bien denegado el recurso de casación.