Utilizan las reglas de la experiencia para identificar al conductor en un accidente

El tribunal entendió que la habitualidad indica que después de un choque los automovilistas comparten sus datos personales para hacer las denuncias antes sus aseguradoras y que, al ser así en este caso, el demandado debió probar que no era quien manejaba el vehículo cuyo titular fue codemandado

Con base en las reglas de la experiencia, de las que surge que después de un accidente de tránsito los conductores de los vehículos que lo protagonizaron suelen intercambiarse sus datos personales, lo cual también realizó la accionante en esta causa, quien a los pocos días del siniestro brindó esta información al seguro, la Cámara 4ª en lo Civil y Comercial de Córdoba admitió la apelación de la parte actora y revocó la parte de la sentencia de primera instancia que había considerado no acreditada la identidad de quien era el conductor del otro vehículo involucrado, persona diferente de su titular registral.

Para decidir así, el tribunal consideró que el codemandado sindicado como conductor con base en la información colectada por la actora, debió ser quien lleve prueba contraria a lo que las mencionadas reglas de la experiencia indican.

En el marco de un juicio ordinario en el que se perseguía el resarcimiento de los daños ocasionados por el choque en cuestión, el juez a quo admitió parcialmente la pretensión en contra del titular registral pero, en cambio, la rechazó respecto del sindicado como conductor del rodado, al acoger la defensa de falta de legitimación pasiva interpuesta por éste.

El magistrado de grado había tenido en cuenta la negativa del hecho brindada por aquél, la circunstancia de que el único testigo no pudo identificarlo y el hecho de que no se diligenció prueba informativa a la aseguradora citada en garantía, que habría podido corroborar los dichos de la actora, quien interpuso recurso de apelación.

La cámara integrada por los vocales Raúl Eduardo Fernández, Federico Alejandro Ossola y Viviana Yacir consideró que, contrariamente a lo sostenido por el juez a quo, las reglas de la sana crítica, en particular de la experiencia diaria, justifican la condena del codemandado.

Al respecto la alzada precisó que el evento dañoso quedó situado temporalmente el día 28 de octubre de 2003, en tanto el 4 de noviembre del mismo año la actora formuló la denuncia ante su aseguradora, oportunidad en la cual además del relato del siniestro, incluyó los datos identificatorios precisos del conductor L. C., con indicación de su DNI, domicilio, teléfono y número de registro.

Unilateral

En ese sentido, el fallo consideró que es cierto que tal denuncia importa una manifestación unilateral del asegurado frente a su seguro y que, en principio, no tiene valor de plena prueba, pero observó que en el caso de autos no podía pasarse por alto la cercanía temporal entre el choque y la denuncia y que el codemandado no probó que los datos contenidos en esta última no se correspondían con la realidad.

En otros términos, los jueces valoraron que es usual que, ante un choque, los conductores involucrados se intercambien sus datos, sobremanera al no ser la contraria titular dominial del rodado, circunstancia específica para poder realizar la denuncia del siniestro a la aseguradora. En tal sentido, la cámara remarcó que la información del titular registral es fácilmente obtenible, con el sólo chequeo de la patente; en cambio, los del conductor (en caso de que sea una persona diferente) sólo pueden ser obtenidos si éste los proporciona.

De ello, el tribunal derivó que lo expuesto es la regla que emana de la experiencia; si el codemandado hubiera sostenido una hipótesis distinta, quedaba a su cargo la argumentación y prueba de tal circunstancia, lo que no ha ocurrido en autos.

La decisión consideró asimismo que si bien el artículo 192 del Código Procesal Civil y Comercial (CPCC) impone la carga de reconocer o negar los hechos, la negativa debe ser “fundada, aportándose en ella la propia versión de los hechos”.

Argumento

Así las cosas, la cámara argumentó que, para persuadir al tribunal de que no había participado en el accidente, “el sindicado como conductor tenía a su alcance argumentar que (...) sus datos personales y pertinentes para el caso, estaban (de antemano) en poder de la parte actora y fueron suministrados a la aseguradora de esta última”.

De tal modo, infirió que la cerrada negativa habida en la contestación de demanda, respecto de su calidad de conductor, se ve perjudicada por su actitud omisiva conforme la línea jurisprudencial antes descripta.

Por lo expuesto, el tribunal concluyó que carece de trascendencia que el único testigo no haya podido identificar al conductor (lo que puede deberse a múltiples razones, v.gr. el paso del tiempo) y, por el contrario, la actora contaba con los datos pertinentes y que hizo conocer a su aseguradora a pocos días del accidente, por lo cual entendió que quedó acreditada la participación del codemandado en el evento dañoso.

En definitiva, en el fallo se resolvió acoger el recurso de apelación y revocar parcialmente la sentencia dictada, en tanto hizo lugar a la defensa de falta de legitimación pasiva del señor L. B. C., haciéndolo también responsable por los daños y perjuicios comprobados en la causa.