Unifican criterio sobre responsabilidad del titular cuando el auto no fue transferido

El TSJ valoró que la víctima de un siniestro no puede verse desprotegida por las irregularidades cometidas por el verdadero dueño del rodado involucrado en el accidente

Al existir fallos contradictorios relativos a si el titular registral de un vehículo que interviene en un accidente puede o no eximirse de responsabilidad mediante acreditación de que se desprendió del automotor sin hacer transferencia a quien se lo compró, la Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) unificó el criterio al respecto y determinó que no puede exculparse por los daños a terceros con la sola demostración de haberlo vendido pues sigue figurando a su nombre .

Señaló que ello es así salvo que haya formulado la denuncia de venta, que sólo resultará operativa si fue comunicada al registro automotor con anterioridad al hecho lesivo.

El Alto Cuerpo integrado por Marta Cáceres, Domingo Juan Sesín y Luis Eugenio Angulo analizó la legislación y apuntó que la regla general que -de manera coherente con el artículo 1113 del Código Civil de Vélez y con el artículo 1 del decreto-ley 6582/58- declara civilmente responsable al titular registral por los daños y perjuicios que se produzcan con el automotor, establece que esa responsabilidad se mantiene “hasta tanto se inscriba la transferencia”.

Recordó que la excepción a dicha regla implica una eximición de responsabilidad del dueño cuando se dan dos elementos condicionantes, a saber: la realización de una actividad específica, de tipo administrativa, por parte del titular registral, que consiste en “comunicar al registro que hizo tradición del automotor”; y el componente temporal, que consiste en que tal comunicación debe haber sido realizada con anterioridad al hecho que motivó su responsabilidad.

Consecuencia jurídica

De este modo, indicó que sólo ante el cumplimiento de ambos requisitos “la norma proyecta la consecuencia jurídica”; es decir que el adquirente será considerado, con relación al transmitente, “un tercero por quien éste no debe responder” y que “se presume que el automotor fue usado en contra de su voluntad”.

Por otra parte, el TSJ interpretó que la postura contraria implicaría, lisa y llanamente, equiparar -al menos en lo que concierne a la responsabilidad civil por daños- las consecuencias del desprendimiento voluntario de la guarda por parte del titular registral a favor de un tercero con aquellas que derivan de su inscripción a nombre de otro.

En esa dirección, subrayó que resultaría inconcebible que el propósito del legislador haya sido agravar la situación de la víctima del siniestro. “Tal lo que sucede si la judicatura pone sobre su espalda la carga de investigar quién es el actual guardián de la cosa, para poder ejercer contra él la acción resarcitoria, en clara contradicción con el sistema de inscripción constitutiva y publicidad registral que surge de la ley”, señaló.

Además, insistió con que “no resulta justo ni razonable favorecer al titular registral en desmedro de la víctima”; ello así porque la inactividad del primero fue lo que dio lugar a la promoción de una demanda en su contra. En tanto, precisó que el dueño conserva expedita la acción de repetición contra el adquirente corresponsable en el evento dañoso.