Reconocen vínculo laboral a médica de emergencias

Aunque la profesional estaba inscripta como monotributista, en el caso se demostró que la empresa demandada ejercía la organización y dirección de sus tareas. [privado] La Sala 6ª de la Cámara del Trabajo reconoció la existencia de relación laboral entre una médica que realizaba consultas domiciliarias para Socorro Médico Privado Córdoba SA - Vittal, desechando la presencia de la locación de servicios, ya que pese a que la profesional estaba inscripta como monotributista, imperó el principio de primacía de la realidad, debido a que la dirección y organización de las tareas eran ejercidas por la demandada. Milagros Yamila Cura Carosini denunció que realizó tareas a favor de la demandada como médica para urgencias, en la actividad de emergencias médicas y medicina domiciliaria en el móvil que le asignaba la empresa y que el salario que le pagaba la empresa antes citada, fue desde su ingreso hasta su despido mediante recibos, en formulario “C”. La accionada negó el vínculo laboral estimando que la médica se desempeñaba como autónoma. Prueba Tras analizar la prueba la Sala integrada por la jueza Susana Castellano, señaló que “ha quedado acreditado que la actora prestaba para la demandada Socorro Médico Privado Córdoba SA - Vittal, servicios en virtud de su título profesional de médica, realizando consultas domiciliarias de menor complejidad a los pacientes que requerían a la central telefónica de la mencionada razón social esa asistencia, trasladándose en un automóvil que le proporcionaba la empresa”. En ese sentido, el fallo indicó que “no es determinante para la calificación de autónomo de un trabajo, la ausencia de subordinación técnica, ya que precisamente en los profesionales, por su grado de conocimiento, ésta puede llegar a verse de gran manera atenuada e incluso desparecer”. Circunstancia Por otra parte, se precisó que “la circunstancia de que se haya celebrado un contrato denominado ‘De Asistencia Técnica’, locación de servicios o vinculación comercial, declarándose su ajenidad a las normas del derecho del trabajo y su exclusión de la Ley de Contrato de Trabajo y la contraprestación de ellos, se llame honorarios y se facture por medio de la figura tributaria de monotributista, no es obstáculo a que pueda darse una relación subordinada de trabajo, pues en el ámbito del Derecho del Trabajo impera el principio de primacía de la realidad”. Llegado a este punto la vocal consideró que “para que exista dependencia laboral se requiere que la persona que presta su servicio, en este caso una profesional médica, no corra con los riesgos de la explotación, los que deben serle ajenos, de manera tal que no pueda tildársela de empresaria; pues bien, estimo que esa nota ocurre en el ‘sub examine”. En este orden de ideas, destacó que “la demandante no podía elegir a sus pacientes, sino que éstos le eran proporcionados por la sociedad accionada, a través del requerimiento telefónico atendido por sus empleados”, agregando que “el ejercicio del poder de dirección y de organización por parte de la accionada, se evidencia tanto en la posibilidad que ella tenía de establecer las condiciones de pago de la retribución como en la decisión de fijar las condiciones en que la actora debía desarrollar sus tareas y cumplir una cantidad de horas semanales, más allá que los días de prestación se convinieran”. Relación Establecida entonces la relación de dependencia laboral, la magistrada precisó que “se torna operativa la presunción contenida en el art. 55 del de la Ley de contrato de Trabajo”, en consecuencia “al no existir prueba dirimente que modifique el curso de la presunción legal, corresponde tenga por cierto que el inicio de la relación laboral ocurrió el 30 de enero de 2009 y se extendió en forma continua e ininterrumpida hasta el 11 de junio de 2010”. Por lo cual en el fallo se resolvió que “resulta legítimo el despido indirecto en que se colocó la accionante y devienen procedentes las indemnizaciones por antigüedad, falta de preaviso e integración del mes de despido reclamadas”. Autos: Cura Carosini c/Vittal SA

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