Rechazan que el hijo por nacer sólo lleve el apellido materno del padre

El hombre expuso que su progenitor se separó de su madre y los abandonó, y que nunca realizó aporte alguno para su manutención. Sin embargo, el fallo le denegó el planteo

La Sala H de la Cámara Nacional en lo Civil confirmó una sentencia de grado que desestimó el pedido de una pareja para inscribir a su futuro hijo con el segundo apellido paterno del progenitor y suprimir el primero de éste.

En primera instancia se desestimó la pretensión, aun cuando los peticionantes alegaron que el padre del coaccionante se separó de la madre de éste, nunca realizó aportes para su manutención y los abandonó.

Para decidir en tal sentido, el juez de grado señaló que, por aplicación del artículo 64 del Código Civil y Comercial (CCyC), los hijos deben llevar el primer apellido de alguno de los progenitores.

No obstante, el magistrado hizo saber que, de considerarlo viable, "podrían realizar la inscripción del hijo únicamente con el apellido materno y/o, en su caso, que el coactor podría iniciar la acción de supresión de apellido paterno correspondiente".

El fallo recordó que en otros casos ha resultado que el abandono de uno de los progenitores en la temprana edad de un menor “es una causa que encuadra en los justos motivos que requiere, tanto la actual norma como el nuevo Código Civil y Comercial, a fin de suprimir, en el caso, el apellido paterno”.

En instancia de alzada, los jueces José Fajre y Claudio Kiper explicaron que en el caso “no se persigue cambiar el propio apellido del coactor quien -según invocó- fue abandonado por su padre”, sino que “con motivo de dicho abandono, los hijos de este último lleven un nombre distinto del que por ley les corresponde”.

El pronunciamiento afirmó que el "ordenamiento sustantivo" brinda solución al caso en estudio, pero mediante la vía intentada por los actores sino "a través de la acción de supresión de apellido paterno que el coactor podrá promover en caso de que se configuren los justos motivos a los que se refiere el artículo 69 del CCyC".

En esa línea, los jueces arguyeron que el codemandante “ha invocado que llevar el apellido de su padre le provoca angustia y dolor pero que la acción de supresión de su apellido paterno le provocará daños que no está dispuesto a soportar, tales como el cambio de sus documentos y de su amplia identificación social. Incluso, sostuvo que entre tales daños se encuentra verse obligado a aclarar todo el tiempo que lleva un apellido distinto al de su hermano”.

Finalmente, la sala añadió que, a pesar de lo reseñado, “no se ha tenido en cuenta el daño que podrá provocarle a su hijo llevar un apellido distinto al de su padre en los términos que el ordenamiento lo dispone”, razones por las cuales “el coactor no está dispuesto a llamarse distinto que su hermano pero consiente llamarse distinto que su propio hijo”.

En conclusión, el tribunal resolvió que la solución que pretende la pareja “no es la que satisface el interés superior del hijo en común, en los términos previstos por el artículo 3 de la Convención de los Derechos del Niño”.