Rechazan despido dispuesto por instituto médico en contra de un trabajador enfermero

Al demostrarse que el cambio de horarios afectaba económicamente al demandante, ya que además de laborar para la accionada lo hacía en un geriátrico, sumado a que el contexto de pandemia no sólo afectaba su labor en el Instituto Cardiológico sino también en un lugar vulnerable como un hogar de ancianos, la Sala 6ª de la Cámara del Trabajo del Córdoba declaró injustificado el despido del trabajador por supuesto abandono de su puesto y ordenó indemnizarlo.

El vocal Tomás Sueldo indicó que el actor demostró que tenía otro trabajo en el geriátrico, entidad que -al contestar el oficio- informó que el trabajador se desempeñaba desde el 9 de noviembre de 2018 hasta la actualidad, como enfermero y que su horario de trabajo es miércoles de 16 a 24, viernes de 16 a 21, y sábados o domingos de 8 a 24, siendo este último rotativo y cumpliendo, así, 29 horas semanales.

Por otro lado, los testimonios aclararon que en la pandemia el personal fue declarado esencial y se acomodaron los horarios de prestación de servicios, pues había que cubrir a médicos, enfermeros, mucamas y administrativos que se iban contagiando, como ocurrió con el actor, quien contrajo covid en pleno ejercicio de sus funciones de enfermero, según prueba documental aportada por la propia demandada. Igualmente se probó que el trabajador ya había hecho doble turno con anterioridad o cambiaban el horario para suplir a los compañeros que estaban en carpeta médica.

Así, el magistrado señaló que mediante telegrama del 11 de diciembre de 2020 el enfermero rechazó el cambio de turno exigido (de 14 a 22), argumentando su trabajo en el geriátrico y que ello le provocaría un perjuicio material al impedir realizar su otra actividad laboral.

Bajo esas premisas, el vocal analizó el contenido de la escritura mediante la cual se produjo la extinción del contrato de trabajo, advirtiendo que “ la imposición de un determinado horario laboral, en el marco fáctico descripto, no puede justificar el distracto ”.

Sin embargo, se observó que la accionada persistió en su posición sin contemplar que el planteo del accionante encuentra amparo legal en las previsiones, destacando que la facultad dada al empleador en el artículo 66 de la ley 20744, de introducir cambios en la prestación de los servicios del trabajador, “ no es ilimitada ni puede ser ejercida de manera irrazonable ”.

Argumento

El fallo reflexionó que “ si un trabajador, ante un cambio de horario de su jornada laboral, denuncia que el mismo le produce un perjuicio material y moral, es razonable que el dador de trabajo actúe, dentro del marco de la buena fe, ajustando su proceder y su conducta a los límites del ius variandi que surgen de la norma citada, y no persista, sin causa ni motivo en un cambio de horario, que al dependiente le ocasiona inconvenientes económicos y familiares ”.

En esa línea, agregó que “ ante la realidad expuesta por el trabajador bien (la demandada) pudo consensuar con él, de modo tal de mantener los horarios rotativos y no asignarle un turno fijo (...) para que no perdiera su otro puesto de trabajo, tal como lo hizo con otros enfermeros (...)”.

El juez referenció que “ claramente no se evidencia que haya sido intención del actor abandonar la relación laboral, toda vez que el intercambio epistolar lo inició el trabajador al remitir el primer telegrama el día 11 de diciembre de 2020, conforme las transcripciones efectuadas precedentemente, amparándose en una previsión legal (art. 66 LCT) que lo habilita incluso a perseguir judicialmente el restablecimiento de las condiciones alteradas, lo que no llegó a concretarse porque la empleadora finalmente decidió despedirlo ” sin respetar la situación personal del actor, quien informó acerca de la imposibilidad de acceder al cambio de horario dispuesto ante la posibilidad de perder su otro puesto de trabajo en el hogar de ancianos.

Circunstancias

De otro costado, el fallo destacó que las mismas circunstancias que esgrimió la accionada a su favor, vinculadas al contexto de la pandemia que azotó al mundo entero, particularmente durante el año 2020, en el sentido que requerían mayor contracción y dedicación al trabajo por parte de sus dependientes, “ también podrían haber sido válidamente esgrimidas por el otro lugar de trabajo del actor, casualmente un geriátrico, probablemente, unas de las instituciones más afectadas y donde más muertes se produjeron a causa del covid-19 en ese año, lo que fue de público y notorio conocimiento ”.

En definitiva, el tribunal concluyó que el trabajador invocaba una razón válida para oponerse al cambio de horario que justificó oportunamente y con sustento legal y la figura invocada como fundamento del distracto ha quedado huérfana de sustento probatorio, “ por lo que corresponde considerar injustificado el despido dispuesto por la patronal, lo que vuelve procedentes las indemnizaciones que de él se derivan ”.