Los empleadores del servicio doméstico eran los demandados, no su madre ni su abuela

Al confirmar que los demandados fueron los reales empleadores de la accionante, ya que se consideró que ellos eran los empleadores directos y no su madre ni su abuela, la Sala Laboral del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Córdoba admitió el agravio referido a la diferencia de haberes y rechazó el rubro que había sido admitido en la sentencia de la cámara a quo, al advertir que el monto depositado por los accionados fue superior al que correspondía por lo cual no que quedaba saldo a favor de la accionante.

En el caso, los recurrentes se agraviaron por la condena en su contra y denunciaron que el pronunciamiento fue infundado y omitió valorar prueba dirimente.

Paralelamente, insistieron que la empleadora de M. fue la señora V., porque se acreditó que ninguno de ellos residía en el domicilio de la prestación de servicios.

De igual modo, los recurrentes cuestionaron el alcance dado a la declaración de la señora L., al expresar que la informativa diligenciada a Migraciones reveló que N. no vivió en el país entre 2015 y 2020.

Finalmente, los demandados indicaron que del informe del Banco Galicia surgió que los pagos los realizaba V. y que los montos transferidos fueron superiores a los indicados como percibidos en la demanda. Asimismo sostuvieron que la confesional de la actora fue dejada de lado y que los testimonios demostraron que V. gozaba de salud mental, destacando que la pericia informática evidenció que M. no tenía agendado el número de los demandados, al tiempo que negaron que el precedente de la Sala, citado en el pronunciamiento ,sea similar al presente caso.

A su turno el Alto Cuerpo integrado por los vocales Luis Eugenio Angulo (autor del voto), Luis Enrique Rubio y Mercedes Blanc de Arabel analizó el recurso planteado, indicando que el planteo relativo a la calificación como empleadores era inadmisible.

Responsabilidad

En ese sentido, se sostuvo que “ los recurrentes pretenden desligarse de responsabilidad señalando que la verdadera empleadora era su madre y abuela, respectivamente, sin rebatir los argumentos que llevaron al a quo a concluir que ambos se comportaron como empleadores directos ”.

Asimismo, el TSJ consideró que los recurrentes “ soslayan la relevancia que tuvo para el Juzgador la ausencia de registro y la falta de precisión sobre la situación laboral de la actora al momento de responder las intimaciones prejudiciales ”.

Además, el fallo indicó que el tribunal a quo expuso, concretamente, “ que el hecho de que no habitaran el mismo domicilio y la salud mental de la Sra. V., no obstaban a tal conclusión, pues los testimonios acreditaron que los dos accionados (hija y nieto) se beneficiaron de las tareas de la actora e intervinieron durante la vinculación ”.

De este modo, el Alto Cuerpo concluyó que el planteo “ no demuestra arbitrariedad, sino mera discrepancia con la derivación que hizo el a quo de la prueba producida, por lo que no resulta hábil para provocar la revisión extraordinaria de esta Sala ”.

Diferencias

Por otra parte, el TSJ evaluó el que distinto ocurría con el agravio sobre la cuantificación de las diferencias de haberes. Y en esa dirección apuntó que “ los resúmenes de cuenta incorporados en virtud de la informativa diligenciada al Banco Galicia reflejan que los montos depositados a la actora entre julio de 2019 e igual mes de 2020 detallados por el recurrente son superiores a los considerados por el a quo con base en las sumas denunciadas como percibidas en la demanda ”.

Por ende, en el fallo se resolvió que debe anularse la sentencia en este aspecto y al entrar al fondo del asunto y, en función de las constancias aludidas, ordenó que “ corresponde determinar que las diferencias de haberes ascienden a la suma de $63.413,53 ”.