Las costas a la parte vencida no requieren ser fundadas

EL TSJ cordobés interpretó que lo que agraviaba a la demandada no era la falsedad de la escritura pública sino la valoración de la prueba y agregó que no es necesario tener una fundamentación cuando las costas se imponen a la vencida [privado] Al desestimar el agravio referido al rechazo de una redargución de falsedad de escritura pública, la Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba (TSJ) confirmó que las costas a la parte vencida se imponen, sin necesidad de contar con una fundamentación autónoma, ya que es la regla general que rige en nuestro sistema. En un juicio de daños y perjuicios por daños entre viviendas colindantes la demandada condenada se agravió por el rechazo de la redargución de falsedad de la escritura pública, al argumentar que, diversamente de lo señalado por la Cámara a quo, la crítica no importó una alegación contra la valoración de la prueba sino que denunció que los sentenciantes omitieron considerar el hecho de que la escribana interviniente en el acta atacada de falsedad suscribió las fotografías del techo como tomadas en presencia de su campo visual y que tal aseveración de la notaria es falsa, ya que se demostró en el expediente que en ningún momento subió al techo de la vivienda. El régimen causídico se rige, en nuestro sistema procesal, por el denominado principio objetivo de la derrota en juicio, consagrado en los arts. 130 y 132 del CPCC, que establece que las costas no se imponen a la parte a modo de sanción sino como consecuencia del vencimiento. La accionada sostuvo que, de haber considerado tal prueba, se arribaría a una resolución de declaración de falsedad de la escritura pública impugnada, por lo que la omisión resulta dirimente en el resultado del incidente de falsedad interpuesto por su parte. Asimismo argumentó que no puede pretenderse “legalizar” la escritura pública redargüida de falsedad porque otros elementos probatorios -también cuestionados- puedan ratificar los mismos hechos, toda vez que tal instrumento es falso y así debe ser declarado. Finalmente, la demandada denunció que la imposición de costas resultaba injusta y arbitraria por falta de fundamentación. El Alto Cuerpo integrado por María Marta Cáceres de Bollati, Domingo Juan Sesin y Sebastián Lopez Peña, al analizar la impugnación, señaló que el tribunal a quo puntualizó que los cuestionamientos relativos a lo decidido respecto de la impugnación de falsedad de la escritura pública constituían una discrepancia con la valoración de la prueba. Trascendencia Además, el TSJ consideró que puso de manifiesto la falta de trascendencia de la objeción por cuanto “el elemento de prueba que surgiría de las observaciones efectuadas en la terraza (…) también se recaba del resto de los medios de prueba, por caso, de la pericial”. El fallo expuso que la impugnante afirma que no se agravia por la valoración que de tal prueba se hace sino por la omisión de valoración de prueba dirimente que, de haber sido considerada, conduciría a una resolución contraria del incidente de redargución de falsedad por ella interpuesto, agregando que insiste en que si la escribana interviniente dio fe de un hecho que supuestamente no pasó en su presencia o campo visual, tal falsedad no puede validarse con otros elementos de prueba. De lo expuesto, el Alto Cuerpo derivó que la crítica no logra revertir el fundamento de la repulsa en tanto importa una mera insistencia con las críticas llevadas en apelación, en tanto no logra poner de manifiesto un vicio de naturaleza formal sino que expresa la discrepancia con el criterio jurídico sustancial asumido por el tribunal de mérito en orden al valor probatorio del acta notarial en cuestión, lo que resulta irrevisable por la vía propuesta. Agravio Acerca del agravio sobre la imposición de costas el TSJ sostuvo que el régimen causídico se rige, en nuestro sistema procesal, por el denominado principio objetivo de la derrota en juicio, consagrado en los arts. 130 y 132 del CPCC, que establece que las costas no se imponen a la parte a modo de sanción sino como consecuencia del vencimiento. Desde esta perspectiva, derivó que la parte vencida -total o parcialmente- es aquella que obtiene un pronunciamiento judicial adverso a la posición jurídica que asumió en el proceso. Es así que definió que el artículo 130 del CPCC autoriza a decidir la imposición de costas sin brindar fundamentación autónoma, cuando éstas se carguen al vencido, razón por la cual el temperamento adoptado no exigía una motivación especial, en tanto la recurrente resultó vencida en la instancia extraordinaria del recurso de casación. Autos: "Barrionuevo, María Teresa c/ De La Fuente, Elisa del Valle y Otro - Ordinario - Daños y Perjuicios - Otras formas de responsabilidad extracontractual - Recurso Directo" Descargá el fallo [/privado]

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