La cédula de notificación vale aunque la firma no sea del abogado que la envió

Si bien el letrado denunció que la rúbrica inserta en el documento era apócrifa, el tribunal concluyó que la misiva cumplió con su objetivo y no pudo demostrarse perjuicio alguno por la irregularidad

La Cámara 2ª en lo Contencioso-administrativo de Córdoba rechazó la nulidad de una cédula de notificación pese a que el propio abogado que la envió había denunciado que su firma, inserta en el documento, era apócrifa.

Por ende, el fallo declaró inadmisible, por insustancial, el recurso de reposición, pues pese a la aludida nulidad de la notificación que invoca la actora, no demostró haber sufrido perjuicio alguno, en cuanto a que ha tenido debido conocimiento del decreto de apertura a prueba y ha podido ejercer su derecho de defensa, al ofrecer las pruebas que hacían a su derecho, pruebas que fueron proveídas por el tribunal, dando eficacia a la notificación y al acto procesal, producido en su consecuencia.

La cámara integrada por Humberto Sanchez Gavier y María Inés Ortiz de Gallardo sostuvo que aun si se asumiera como verdadera la impugnación formulada por la actora, en el sentido de que la cédula tachada de nulidad no fue suscripta por el abogado D. L. B., esa posible irregularidad no amerita la declaración de ineficaz, toda vez que a su respecto ha cumplido con la finalidad establecida en la ley; esto es, poner en conocimiento el decreto de fecha 24/10/2018 en cuanto ordena la apertura a prueba de la causa de que se trata.

Asimismo, la cámara consideró que la parte actora insistió en esgrimir la violación al derecho de defensa, al debido proceso y a la igualdad de las partes, a partir de considerar que la firma de las partes es una condición esencial para la existencia del acto y que la notificación con firma apócrifa es nula, inválida, inexistente, no cumpliendo con las formas ni finalidades consagradas de la ley, cuya finalidad es la adecuada protección del derecho constitucional de defensa.

Artículo

Al respecto, la alzada observó que si bien la firma del apoderado, tal como surge del artículo 146 de la ley 8465 (procedimiento civil y comercial provincial) es un requisito de validez de la cédula, ante su inexistencia o existencia apócrifa, resultan de aplicación los principios generales en materia de nulidades.

En esa dirección, el fallo consideró que si la notificación cumplió su finalidad, no existiría perjuicio que ameritara la declaración de nulidad, sin perjuicio de la responsabilidad que pudiera incurrir el letrado.

Por consiguiente, los camaristas concluyeron que en las presentes actuaciones resultaba evidente que, pese a la aludida nulidad de la notificación que invoca la actora, no ha sufrido perjuicio alguno, en cuanto a que ha tenido debido conocimiento del decreto de apertura a prueba y ha podido ejercer su derecho de defensa, al ofrecer las pruebas que hacían a su derecho, pruebas que fueron proveídas, dando eficacia a la notificación y al acto procesal de la actora, producido en su consecuencia.

Autos: "G., A. B. c/ Tribunal de Disciplina de Abogados de la Provincia de Córdoba - Plena Jurisdicción - Cuerpo de prueba de la parte actora" (Expte. n.° 7801732)